Fue en septiembre del año pasado, un tiempo que, más que remoto, ya suena a ciencia ficción. ¿El lugar? Nueva York. Allí, la carismática actriz, modelo y cantante Zendaya Maree Stoermer Coleman (simplemente, Zendaya) presentaba su primera colección de moda junto a la reconocida firma Tommy Hilfiger.
Invitados por la marca, fuimos testigos de un verdadero fashion show que no sólo contó con la presencia de figuras como las hermanas Bella y Gigi Hadid, Olivia Palermo y su partenarie en Euphoria, Hunter Schafer, sino que además tomó firme posición sobre varios temas.
La diversidad de cuerpos, siluetas y estilos, por un lado, pero también una vital y sentida reivindicación de la comunidad negra de los Estados Unidos, ya que toda la propuesta fue realizada en el barrio de Harlem y muy especialmente es su icónico teatro Apollo (cuna de la toda la movida musical y afro de los años 70).
“¿Por qué su imponente figura (mide casi un metro ochenta) se alzó con tanta fuerza en el competitivo mundo del espectáculo?”, nos preguntábamos entonces para destacar sobre todo su peculiar personalidad, que la acerca siempre a muchas de las causas que preocupan a su generación: el cambio climático, la libertad y diversidad sexual, la lucha contra el racismo y el empoderamiento femenino.
En aquella cita nos dejó varias declaraciones sobre sus visión de la moda y la autenticidad: “Con esta colección quise plasmar un vestuario personal. ¿Cómo me gustaría verme?, ¿cómo quisiera que se vista esa mujer en la que me estoy convirtiendo?”, comentó la actriz y enseguida admitió que no le resultaba sencillo crecer en el mundo actual y con tantos ojos sobre su figura.
“Sobre todo porque no me tomo las cosas a la ligera. Ni tampoco con apuro. No quisiera apresurar nada de este proceso. Quiero seguir creciendo, pero sobre todo quiero hacerlo con calma. Y autenticidad. Espero poder lograrlo”.
De ese desfile nos fuimos además con la certeza de que en efecto lo lograría y los pasos que la actriz y cantante viene dando desde entonces confirman esa marcha. No sólo fue confirmada como la nueva estrella de Dune, una mega producción junto al también ascendente Timothée Chalamet, sino que además rodó en plena pandemia el drama romántico e intimista Malcolm & Marie, dirigido por el creador de Euphoria, Samuel Levinson.
En el medio, además, consiguió su merecida primera nominación a los Emmy por su papel de Rue en esa aclamada serie de HBO (cuya segunda temporada se está haciendo desear muchísimo).
Con casi 80 millones de seguidores en Instagram (cuando hicimos aquella nota rondaba los 60 millones…) Zendaya se ha sumado en este tiempo a las principales cimbronazos políticos y sociales que sacudieron a su país. En especial, el movimiento Black Lives Matter, surgido de las entrañas de la comunidad negra en Estados Unidos que al día de hoy sigue sufriendo en carne propia el racismo, la opresión y la violencia policial.
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Los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor fueron más que emblemáticos y bisagra y a ellos se refirió bastante la joven actriz en sus redes (donde además realizó varios Lives y encuentros virtuales con activistas sociales de su país).
Súper buscada por el mundo de la moda y la belleza, Zendaya ha sido fichada recientemente por Lancôme y Bvlgari y retratada en grandes campañas, así como también en muchas tapas de revistas. Su inconfundible estilo hace rato que no pasa desapercibido para nadie.
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