Thursday 17 de October de 2024

PERSONAJES | 26-07-2024 08:02

Juegos Olímpicos 2024: la historia de Yusra Mardini, de refugiada a atleta olímpica

A los 17 años, huyó de Siria -un país devastado por la guerra-junto a su hermana, ambas nadadoras de alto rendimiento. Encontró refugio definitivo en Alemania, Yusra logró cumplir su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de Río y Tokio. Netflix convirtió su historia en una película, Las nadadoras,

Yusra Mardini es una nadadora y refugiada siria, conocida por su valiente historia de supervivencia y su participación en los Juegos Olímpicos. Nació el 5 de marzo de 1998 en Damasco, Siria, y desde muy joven mostró un gran talento para la natación, representando a su país en competencias internacionales.

En 2015, debido al conflicto civil en Siria, Yusra y su hermana Sarah decidieron huir del país en busca de un futuro más seguro en Europa. Durante su viaje, las hermanas se encontraron en un bote sobrecargado que comenzó a hundirse en el Mar Egeo. Yusra, Sarah y otros dos refugiados nadaron durante tres horas, empujando el bote hasta la costa griega, salvando la vida de todos los pasajeros a bordo.

Tras su llegada a Europa, Yusra continuó entrenando en Alemania y en 2016 fue seleccionada para formar parte del Equipo Olímpico de Refugiados del Comité Olímpico Internacional. Compitió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y perseverancia para refugiados de todo el mundo.

Atelier Jolie: la firma de moda de la actriz de la mano de refugiados

 

Además de su carrera deportiva, Yusra Mardini ha trabajado como Embajadora de Buena Voluntad de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), utilizando su plataforma para abogar por los derechos y el bienestar de los refugiados. En 2018, su historia fue plasmada en su autobiografía titulada "Butterfly: From Refugee to Olympian – My Story of Rescue, Hope, and Triumph".

-¿Cuál fue el detonante para que decidieras huir de tu país? 

-Para ser sincera, no hubo ningún acontecimiento concreto. Simplemente no era seguro vivir en Siria. Perdimos nuestra casa a los dos años de guerra y empezamos a alquilar departamentos, que se volvieron muy caros por lo que teníamos que mudarnos cada tres meses. Mi padre se fue como entrenador de natación a Jordania, donde el sueldo era mejor. La piscina olímpica en la que entrenaba también era blanco de ataques todo el tiempo porque la consideraban una base militar. Una vez tuve que esconderme debajo de mi pupitre en la escuela. No era seguro. Las bombas caían al azar. Esperabas a que todo se calmara y seguías andando como si nada hubiera pasado. Se convirtió en algo tan normal, que es horrible. Un día, mi hermana y yo estábamos hablando en la habitación que compartíamos y decidimos que era hora de irnos. Encontramos a alguien en quien nuestros padres podían confiar, el primo de mi padre, y nos dejaron ir. 

YUSRA MARDINI - Refugiada- Atleta olimpica

-¿Qué es lo que más recordás de tu viaje como refugiada? 

-Probablemente el hecho de que nos miraran como criminales. Por desgracia, mucha gente nos tenía miedo, no creía que el dinero que llevábamos fuera real. Como si ser refugiado significara que no tenés nada. También tenía miedo cuando teníamos que confiar en los contrabandistas, por todas las historias sobre el tráfico de personas. Eso era aterrador. Igual que separarme de mi hermana durante parte del viaje. Mientras estaba con ella, me sentía segura. Pero al final, confiamos y quisimos ayudar, y todo salió bien. Siempre hay cosas buenas y malas en el mundo, estés donde estés y seas quien seas. Conocí a mucha gente increíble. Por ejemplo, Hungría fue uno de los peores puntos para nosotros como refugiados, pero incluso ahí algunas personas intentaban ayudarnos. Cuando llegué a Grecia, recuerdo que intentaba comprar algo en un restaurante y no querían atendernos. Y había una chica joven que vino y me dio zapatos, y le dio a un nene un buzo con capucha, y nos llevó a su casa a tomar agua. Siempre hay algo bueno, vayas donde vayas.

 

-Y ahora estás intentando contribuir positivamente al mundo… Hablanos de tu fundación. 

-Se puso en marcha el 20 de junio, el Día Mundial del Refugiado del año pasado, y el objetivo es ayudar a los refugiados de todo el mundo a través de la educación y el deporte. El deporte y la educación me ayudaron personalmente a llegar donde estoy hoy, y ahora sólo quiero devolver lo que recibí. Siento que tengo el poder de ofrecer la misma oportunidad a los jóvenes refugiados de todo el mundo.

“sólo quiero que entiendan que aunque imaginemos que nuestra vida va a ir en una determinada dirección, no siempre resulta así.”

Hace poco volví de Kenia, donde vi muchos programas increíbles que enseñan a algunos refugiados del campo a convertirse en directores, productores, futbolistas y basquetbolistas. Fue increíble ver que incluso en estas circunstancias tan, tan duras, siguen intentando perseguir sus sueños a través de la educación y el deporte.

Así que mi meta es dar al mayor número posible de refugiados de todo el mundo la posibilidad de perseguir sus sueños. Ahora tenemos programas en Kenia, Francia y Grecia.

-Hablando de deportes, ¿cómo fue competir en los Juegos Olímpicos con el equipo de refugiados?

-El equipo se formó cuando el Comité Olímpico Internacional y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se reunieron y decidieron que tenía que haber un equipo porque había muchos atletas que llegaban al exterior y no tenían equipo, atletas profesionales que, por la guerra y los desplazamientos, no tenían pasaporte.

YUSRA MARDINI - Refugiada- Atleta olimpica

Fui una de los 10 integrantes de este primer equipo para los Juegos Olímpicos de Río. En ese momento tenía 18 años, y sigo en contacto con muchos de los atletas. Al principio, fue difícil para mí. No quería que me llamaran refugiada. Por supuesto, entendía que lo era, pero no quería que me conocieran en todo el mundo por esa razón. 

Me llevó un tiempo aceptarlo. Pero al final comprendí que mucha gente nos iba a admirar, que muchos refugiados nos iban a ver desde los campos de refugiados. Nos dimos cuenta de que nuestra responsabilidad era mucho mayor que la de cualquier otro atleta. Cuando entré en el estadio para la ceremonia de apertura, sentí: “Ya no se trata solo de tu sueño. Se trata de cambiar algo. Se trata de demostrar que sí, que podés pasar por muchas cosas difíciles en la vida, que no necesariamente conseguís la vida que habías soñado, pero que aun así podés hacer grandes cosas”. Para Tokio, me había clasificado para estar en el equipo sirio, pero decidí quedarme en el de refugiados. 

-¿Y qué mensaje querés transmitir ahora? 

-Para los jóvenes, sólo quiero que entiendan que aunque imaginemos que nuestra vida va a ir en una determinada dirección, no siempre resulta así. Tenemos que ser flexibles y dar un paso atrás, no rendirnos e intentarlo de nuevo mañana, o intentar algo diferente. Para el resto del mundo, que no olviden nunca la humanidad de los refugiados. Y para los amantes del deporte, ¡apoyen al equipo de refugiados y sigan mis comentarios en Eurosport! 

Fotos: Spiro Stergiou.

at Galia Loupan

Galería de imágenes

Accedé a los beneficios para suscriptores

  • Contenidos exclusivos
  • Sorteos
  • Descuentos en publicaciones
  • Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.

En esta Nota

Comentarios