Monday 2 de December de 2024

SOCIEDAD | 18-08-2020 18:18

“Ojalá lleguemos al punto en que la diversidad sea natural en las empresas, mientras tanto, todo suma”

En medio de los debates por el cupo femenino en directorios, llega una nueva edición de los premios FLOR a la diversidad en todo tipo de organizaciones. Hablamos con su creadora, Andrea Grobocopatel sobre todos estos temas.

Economista, madre x 4 y miembro central de la familia y holding  Los Grobo (hoy preside Ampatel y Resiliencia SGR), Andrea Grobocopatel creó en 2012 FLOR, cuyas siglas significan Fundación Liderazgos y Organizaciones Responsables.

Su misión, desde entonces, es la de promover la diversidad de género en todo tipo de organización, ya sean empresas, ONGs o incluso entidades gubernamentales. Brindan talleres y charlas y además elaboraron un programa de gobierno con perspectiva de género llamado MED (Mujeres en Decisión).

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En paralelo, la fundación organiza también los premios FLOR, que buscan reconocer y dar visibilidad a las organizaciones “que tienen como parte central de su estrategia la gestión de la diversidad”.

Este año, aun en pandemia, se celebrará la quinta edición de esos premios para los cuales se acaba de abrir la inscripción en su sitio web. Allí las organizaciones interesadas pueden postularse, consultar las condiciones, fechas y jurado de este año, entre otros datos. De esa nueva convocatoria y del tan mentado concepto de diversidad, hablamos con Andrea.

-En principio, me gustaría saber qué significa para vos la diversidad

-La diversidad es el conjunto de valores, vivencias, experiencias y conocimientos que cada persona, cada grupo trae de sus historias, aprendizajes. Eso le permite tener diferentes visiones que aportan diferentes puntos de vista en la toma de decisiones, en los quehaceres diarios que sirven para responder a las amenazas y oportunidades que plantea el mundo VUCA (N de la R: acrónimo en inglés que sirve para identificar la Volatilidad, Incertidumbre -Uncertainty-, Complejidad y Ambigüedad del mundo actual).

-¿Por qué decidiste trabajar y promover ese valor en las empresas?

-Me di cuenta, a través de diferentes instancias de mi vida y mi carrera, que es un valor fundamental para trabajar, además de ser lo justo y ético. Observé que obtenía mejores resultados y mejores procesos cuando consultaba con personas de diferente formación, procedencia, género, edad, capacidad, etc.

Más tarde descubrí que lo que sospechaba en base a mi experiencia estaba fundamentado: el proceso de innovación se ve más favorecido en aquellos grupos que son más heterogéneos.

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-La fundación nació en 2012, desde entonces pasó muchísimo en la sociedad con respecto a este tema (las movilizaciones de #NiUnaMenos, por ejemplo). ¿Cuáles son los principales cambios que vieron o percibieron desde entonces a esta etapa?

-Creo que todos fueron cambios positivos. En algún punto en ciertos ámbitos éramos muy pocas las que llegábamos con mensajes en pos de la diversidad. De a poco, con el correr de los años y la puesta en el debate público sobre cada vez más temas en torno a la igualdad de género hicieron que cada vez sean más quienes se unan a esta misión, desde diversos lados.

Además, creo que se ha empezado a trabajar más articuladamente entre aquellas organizaciones que existían y las que se fueron creando. Por suerte ya está en la cabeza de las personas que ciertas cuestiones no son normales, desde la violencia hacia una mujer hasta que en una mesa o reunión importante sean todos hombres.

Andrea Grobocopatel
"Ya no pasa desapercibida una mesa o reunión importante formada solo por hombres", afirma.

A algunos les parecerá más grave que a otros, pero ya no pasa desapercibido. Eso ayuda a que las personas de a poco quieran trabajar estos temas, ya sea porque están convencidos, por reputación, por normativa o lo que fuere. Ojalá lleguemos al punto de que la diversidad sea un resultado natural, pero mientras tanto todo suma.

Nosotros decimos queremos inclusión inconsciente, que no sea necesario ponerse las gafas del género. No obstante, tenemos el premio FLOR a la diversidad para dar visibilidad a las organizaciones que gestionan bien estos temas.

Queremos que sean faros que iluminen a otros, que nos contagien, que nos motiven a ir por este camino. Ojalá muchas PyMes, grandes empresas, ONGs, y organizaciiones del sector público se postulen para ganar el premio, pero también para pasar por el proceso de mirarse hacia adentro y hacerse las preguntas, mirar sus propias estadísticas.  

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-¿Está creciendo la diversidad de género en las empresas? ¿Se puede cuantificar de alguna manera?

-Depende lo que miremos. Sea cual fuere la métrica que tomemos, lo más probable es que haya una brecha. De por sí se insertan menos mujeres laboralmente, lo cual tiene que ver con el rol de cuidado que se le asigna culturalmente. Luego, la tasa de empleo es menor en ellas, así como la de desocupación.

Muchas organizaciones se jactan de tener un 50% de mujeres, pero eso muchas veces es cierto solo en el agregado. A medida que se va subiendo en las jerarquías, las mujeres van escaseando. Incluso no es lo mismo entre áreas, siendo algunas más masculinizadas que otras (las famosas “paredes de cristal”).

Es verdad que de a poco se avanza, pero los cambios son muy lentos y pequeños. En el caso de las mujeres en directorios, el número en promedio ha subido, pero lentamente y en muchos casos ¡gracias a la imposición de cupos!

-¿Qué sucede con otros colectivos e identidades sexuales como los englobados en la sigla LGBT+? ¿Les interesa trabajar sobre ellos, ahora o más adelante?

-Creo que hay varias organizaciones que trabajan y muy bien por los derechos de estos grupos. Nosotros desde ya apoyamos su trabajo y todo avance en torno a la diversidad, sin importar de qué tipo, será celebrado por todo/as. Lo importante es poder articular bien desde lo que cada uno es fuerte, para potenciarnos y no duplicar esfuerzos.

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-“Somos idealistas, sin ser ingenuos”, dicen ustedes en su página web. ¿Podrías ampliar un poco esta idea?

-En realidad es redundante. Idealistas somos, porque creemos en un mundo mejor es posible. Sin embargo, ello no necesariamente implica que no sepamos ir paso a paso y reconocer el contexto y las circunstancias. De ninguna manera estos últimos son excusa para no hacer nada, siempre se puede poner una meta para avanzar.

En suma, ¿soñamos? Sí. Por ejemplo, siempre digo que me encantaría poder dejar de hablar de la brecha de género en tres años porque no será ya necesario. ¡Ojalá pueda! Lo importante es que bajemos a tierra en medidas concretas y realizables, con plazos y rendición de cuentas de sus resultados.

-Por último, me resulta imposible no pensar en tu propia historia. Venís de una familia muy asociada al campo, que a su vez siempre estuvo súper asociado a lo masculino. ¿Pudiste quebrar ese paradigma allí dentro? ¿En lo cotidiano y familiar también?

-Es cierto, vengo del campo, de lo rural, de una familia tradicional donde mi mamá era excelente madre, esposa, ama de casa. Mi papá era el que proveía el dinero y trabajaba muchísimo para tener todo lo necesario y más. Es el día de hoy que mi mamá no tiene su autonomía económica, ella está acostumbrada y yo me desespero porque esto sea así.

Por otra parte, yo decía cuando era chica que iba a ser la secretaria de mi papá. Nunca imaginamos que llegaría a ser su socia. En cuanto a lo familiar, éramos tres hermanas y un hermano. La empresa en un principio contaba con el recurso que más a mano tenía, que era la familia, así que todos trabajamos.

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No obstante, como en la mayoría de los lugares, de los hombres se esperaba ciertas cosas y de las mujeres, otras. De a poco demostramos a la familia y a terceros que las mujeres podemos trabajar a la par.

Sin embargo, hacernos un lugar por fuera de la compañía fue un poco más complejo. A mí particularmente me costó porque siempre fui segunda o tercera. Nunca invitan a dos personas de la misma organización. Pienso en las muchas hijas o hermanas que quieren participar, pero la visibilidad siempre la tienen los hombres.

Por eso ahora desde la Fundación promovemos que inviten a dos personas de diferente género de las organizaciones, instituciones, la alternancia en los cargos más altos, entre otras ideas para dar visibilidad a todos. Por suerte tuve la presidencia de una compañía, manejé las finanzas, así que algún lugar me hacían en eventos. No era fácil, aunque de eso me doy cuenta hoy. -

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