Por qué la visibilidad y el poder son claves para liderar con impacto

Cuando me preguntan qué define a una mujer líder, suelo responder que es clave que se hagan visibles y persigan y gestionen el poder.

Y para las que no se sienten cómodas con la palabra “poder” mi respuesta es “el poder sirve para hacer”. ¡Si quieres ser líder!

Las mujeres que lideran no solo desafían las normas establecidas, sino que redefinen el concepto de poder y visibilidad. Tienen que abandonar los viejos paradigmas y elegir qué espacios ocupar.

 

Un aburrimiento colosal

Me aburre bastante convencer a las mujeres con conceptos tan arcaicos como que “somos complementarias” y que, porque somos diferentes, “aportamos una perspectiva valiosa que fomenta un entorno más inclusivo y equitativo” o que “las mujeres somos más colaborativas y empáticas”. ¿Cuáles? ¿Quiénes?

¿Se imaginan si debiéramos justificar de esta forma la participación de los hombres?

 

Seguir hablando de temas que ya no deberían debatirse, nos desenfoca y nos obliga a utilizar energía que necesitamos para temas fundamentales y para estar en los foros donde se toman las decisiones más importantes que nos involucran.

En este sentido, en lugar de pensar en romper techos de cristal, prefiero construir puentes y abrir puertas para que mujeres y hombres tengamos libertad para elegir y perseguir lo que nos apasiona. 

 

 

Por eso insisto en que la visibilidad es poder

¿Por qué es crucial que seamos visibles y reconocidas por nuestros méritos? Cuando las mujeres ocupamos posiciones de liderazgo, no solo inspiramos a otras para seguir nuestros pasos: desafiamos los estereotipos que limitaron las oportunidades para tantas que vienen detrás y que nos lo reclamarán.

La determinación y la constancia son valores que fomento tanto en mis mentorías con altas y medias directivas españolas -como en los talleres como el que haré en Buenos Aires el próximo 24 de agosto- para que los procesos lleguen a buen puerto. Y estos 10 de los tips a los que debemos prestar atención:

 

1. Ser proactivas en la búsqueda de nuestros objetivos. 
2. Definir y redefinirlos según nuestros cambios vitales.
3. Comprometernos con la hoja de ruta que trazamos.
4. Tener determinación y constancia para no abandonar.
5. Pero ser flexibles para volver a elegir, si no es el adecuado.
6. Establecer prioridades con rigurosidad y controlando la agenda.
7. Invertir tiempo en redes de apoyo y de networking.
8. Dar espacio al reconocimiento y celebración de nuestros logros
9. Tender la mano y ensanchar el camino para quienes nos siguen.
10. Ser parte de la transformación que las empresas y la sociedad precisan y no perder el rumbo que las nuevas generaciones nos exigirán.

 

Si como lo hacen los atletas, incorporamos en nuestras vidas, estos y otros conceptos, ejercicios y rutinas que forjen otros derroteros, descubriremos que es posible no dejar caer el impulso. Y que seguir entrenando como si fuera un músculo vital en nuestra trayectoria profesional, será justo con nuestro talento, nuestro mérito y nuestros conocimientos.

 

Por  Mercedes Wullich, mentora y aceleradora de mujeres. Creadora del ranking Las Top 100 Mujeres Líderes en España.

 

at redacción Marie Claire