Friday 2 de August de 2024

SOCIEDAD | 10-07-2024 13:01

En primera persona: una chica buscaba hacer amigas y creó Sister Vibes, un fenómeno que sumó a más de 5.000 mujeres

Por necesidad, búsqueda o curiosidad, miles de mujeres se sumaron a la iniciativa de Agustina Álvarez de armar un grupo para forjar amistades. Allí corren historias de rupturas amorosas, violencia de género, búsqueda laboral y siempre encuentran a alguien que las contenga.

“Vibras de hermanas” el nombre de la iniciativa Sister Vibes le hace justicia. Se trata de un grupo de Telegram que aglutina a más de 5.000 mujeres cuya premisa es “hacer amigas”. Allí las puertas están abiertas para escuchar, contener, desahogar. Hay historias pesadas, dolorosas, se cuela la actualidad - muchas desempleadas o buscando ingresos extras- y también las relaciones amorosas, sexuales, la salud, lecturas, gimnasio.

La creadora de contenido de skincare, Agustina Álvarez (@ampablog) contó a mediados de junio que se sentía sola después de una ruptura amorosa. Ella es de La Plata y vivía en la Ciudad de Buenos Aires hacía un tiempo porque estaba estudiando. En esos años porteños no había logrado hacerse amigas que atravesaran el umbral de la facultad y esa falta se convirtió en una iniciativa.

Sister Vibes
Agustina Álvarez (derecha), la fundadora del grupo

Voy a armar un grupo de WhatsApp para quienes quieran hacer amigas”, anunció a través de sus redes sociales. El grupo se llenó muy rápido y debieron pasarse a Telegram. Yo seguía los pormenores de esa propuesta a través de sus historias de Instagram. Lo que decía hacía sentido en mí. También migré, también me separé y la ciudad y las redes sociales muchas veces te devuelven soledad. “¿Pero no estoy grande para esto?”, me preguntaba. La creadora tiene 26 años y yo más de 40.

Las semanas pasaron y empecé a ver las fotos de algunos encuentros. Eran muchas, diferentes edades, variopintas. Me sumé cuando ya pasaban las 5.000 y aunque al principio fue abrumador, me encontré con que, además del grupo principal, había otros organizados por edades, por barrios, por intereses.

Sister Vibes
Uno de los encuentros del grupo general.

Siempre me había dado una sensación de injusticia cultural que muchos hombres con la excusa de un partido de fútbol juntan diez y se hacen amigos. A esos ahora se suman esos grupos de hombres crypto, hombre inversores, hombres proteína y fitness, etcétera. Sister Vibes creó un lugar seguro para nosotras –lo relaciono con otra iniciativa como fue la de Mujer Financiera que vio la necesidad específica de mujeres en el mundo de las finanzas-.

Amistad, contención y el aprendizaje de construir consenso entre muchas

Un highlight del espacio es que hackea el algoritmo. Una propuesta gestada en las redes, logró que el encuentro no sea targetizado. Quizás porque creció tanto que algunas se sumaron porque lo vieron en TikTok, otras en medios tradicionales y la diversidad le ganó al corset que reina en todos lados como en las aplicaciones de citas donde con tres likes se empieza a recortar un estereotipo de persona y se pierde la riqueza de ampliar el horizonte.

En Sister Vibes, antes que la afinidad política, los gustos estéticos, las profesiones, los hábitos de consumo, prima lo emocional, lo vivido, la experiencia, las ganas de acompañar y ser acompañadas.

Sister Vibes

En Telegram una chica contó que su ex pareja la amenazaba, una abogada del grupo la asesoró, otras contaron experiencias similares, otras acompañaron. Una contó que abortó, otra dijo que no estaba a favor y hoy son amigas. ¿Hay algo idílico en todo esto?

“Renuncié a mi trabajo”, contó una chica que se agotó de las condiciones laborales que debía soportar. “Y qué te gustaría hacer”, preguntó otra. “Tengo un emprendimiento, me gustaría que creciera”, relató. Al instante surgieron ideas para ayudarla, propuestas para comprarle lo que hacía, asesoramiento y apoyo en la difusión. Eso también es Sister Vibes.

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Entre los espacios abiertos también hay uno de networking y otro de emprendedoras. Allí a diario aparecen las nuevas desempleadas, las que necesitan nuevos ingresos porque ya no les alcanza. Y se pasan búsquedas, contactos, recomendaciones. La salida es colectiva.

No todo es color de rosas, somos seres humanas, con todos los vicios de la humanidad. En algún grupo arranca un chispazo, pero se apaga rápidamente. “El espacio es para hacer amigas y si no conectás te vas”, explicaba su creadora, Agustina Álvarez. En el experimento social también me daba cuenta de que construir consensos es un entrenamiento, somos 5.000. Allí llegan algunas que tienen muchos hermanos, otras que trabajan  en equipos grandes, otras que participaron en organizaciones sociales y ahí ejercitaron la construcción de acuerdos, pero muchas no se habían visto en esas circunstancias y es una capacidad que se trabaja. 

No hay vergüenza que valga, algunas rápidamente relatan historias de vulnerabilidad, otras necesitan más tiempo, alguna escucha lo vivido por otra, se identifica y se siente menos sola. Si muchas de nosotras no dudamos en elegir fotos, escribir tres oraciones y activar una aplicación para conocer hombres, ¿por qué no hacerlo para conocer amigas? Además, en el encuentro presencial no está la presión por gustar, la autoestima no trastabilla, hay una equipo de chicas que quieren pasarla bien como vos, si estás buscando amigas.
 

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