9 consejos indispensables para dejar de quejarte todo el tiempo y buscar soluciones a los problemas

El cansancio de fin de año y los momentos complicados pueden llevarte a la queja excesiva. Y es que esta es una respuesta automática que te permite al menos momentáneamente una pequeña liberación de estrés acumulado. Pero existen mejores formas y más saludables de relacionarte con el entorno con las que evitas el riesgo de convertirte una persona excesivamente quejosa. Descubrí cómo canalizar esa frustración. 

Sin caer en el otro extremo de la positividad tóxica, el comenzar a ver el vaso medio lleno ante situaciones incómodas o adversas puede ser una forma de mejorar tu ánimo y tu calidad de vida. 

Para lograrlo, te dejamos 9 consejos útiles que te van a ayudar a mejorar el hábito de la queja constante y comenzar a ver las cosas de una forma más optimista. 

La importancia de reconocer el tipo de queja

El quejarse en voz alta de forma constante se convierte en un hábito, que puede ser útil cuando requerimos de apoyo para resolver la situación que nos aqueja, pero que también se puede convertir en problema cuando nos llena de energía negativa y comienza a molestar a los demás. 

La queja persistente puede provenir de algo que aprendimos desde la infancia y que vimos repetir a los adultos que nos educaron.  También puede ser la forma en la que concebimos un diálogo con el otro, al no encontrar tema de conversación. 

Esto nos puede convertir en personas excesivamente pesimistas y llevarnos a perder la empatía. 

Por eso, es importante reconocer si esa queja se debe a un problema real o es algo que ya se convirtió en una costumbre dañina. 

 

Aprendé a que la queja deje de ser un hábito

 

1- Practicá la gratitud

 

Parece algo obvio, pero cultivar la gratitud como una costumbre no solo nos ayuda a reconocer los aspectos positivos de la vida, sino que también nos ayuda a disfrutar de las pequeñas cosas. 

Para habituarte a hacerlo, podés recurrir a un diario en el que puedas reflexionar sobre las cosas que te hacen sentir agradecida. Poco a poco vas a ver cómo ese simple acto diario modifica tu perspectiva, guiándote a una mentalidad más positiva y enfocada en lo bueno que te rodea. 

 

2- Cambia la perspectiva

 

Lo importante es comenzar a ver poco a poco cada desafío como una oportunidad de aprendizaje. Esto permitirá no caer en la queja y aprender a reflexionar sobre cómo superar cada dificultad y lograr como resultado un crecimiento personal. 

 

3- Aprende a identificar cuándo te quejás y por qué

Este es un punto indispensable en el proceso, ya que informar y quejarte son cosas diferentes. Para lograrlo, debés observar detenidamente de qué manera te comunicás y ver cuál es tu tono de voz y el lenguaje corporal. 

Lo necesario es comprender cuánto sirve esa queja e identificar si existe una búsqueda real de soluciones o una expresión de negatividad que no persigue una resolución del conflicto. 

 

4- Evita la negatividad

Además de cambiar tu actitud es importante que evalúes tu entorno para buscar que sea lo más positivo posible. Para lograrlo, comenzá a cultivar relaciones que te aporten optimismo.

Comenzá a filtrar tu círculo cercano y priorizá rodearte de gente que te inspire y te genere motivación. 

 

5- Desarrolla la resiliencia

 

Aprender a adaptarte a las dificultades y sobreponerte te permite desarrollar un actitud proactiva y positiva. Para lograrlo es necesario buscar soluciones a los problemas, como modo de enfrentrarlos. 

 

6- Entrena tu mente

 

Si la queja radica en un aumento del estrés, es importante que trabajes para reducir la ansiedad relacionada con lo que pasó y lo que puede suceder. 

Puede ser mediante la meditación, la práctica de algún deporte o alguna actividad que te permita relajarte, pero lo importante es preparar tu mente para afrontar la vida de manera optimista. 

 

7 - Establecé metas realistas

 

Soñar en grande es algo que se suele recomendar, pero también es importante que en el camino a ese objetivo comprendas que existen metas más pequeñas alcanzables. 

El ir paso a paso y obteniendo logros constantes, aunque sean pequeños, te permite mantener tu mente enfocada y lejos de la queja que deriva de la frustración por no lograr ese objetivo más grande. 

 

8 - Cuidate a vos misma

 

Comenzá a priorizar tu bienestar físico y emocional y comprendé que no solo tiene que ver con necesidades básicas. Aprovechá el tiempo para descansar, comer bien y divertirte cada vez que puedas. 

Esto impactará positivamente en tu estado de ánimo y cambiará la perspectiva sobre las cosas que te pasan. 

9 -No gastes demasiada energía

 

Si la queja es necesaria, procurá comunicarla de la mejor manera y no prolongarlo mucho en el tiempo. Es positivo expresar lo que sentís, pero hacelo en el lugar, momento y forma correcta para no generar el efecto contrario. 

Date el lugar y el espacio para hablar sobre temas que tiendan a construir un ambiente más positivo en las interacciones cotidianas. 

 

Aplicá estos consejos en tu día a día y comenzá de a poco a transitar tu vida con optimismo, sin perderte en las dificultades.