Seguramente durante la pandemia comenzamos a consumir casa vez más té. Es que siempre fue una infusión relacionada a la calma y el placer. Y, por supuesto, ese fue un gran momento para disfrutarla al máximo. Pero desde tiempos inmemoriales el té es mucho más que eso, por este motivo charlamos con Victoria Bisogno, presidente y fundadora de El Club del Té (que acaba de lanzar el libro Vitamina Té), que nos explicó por qué puede modificar nuestra vida.
1. ¿Por qué el té puede mejorar nuestra vida?
-El té es un instrumento que permite conectarnos con nuestro mundo interior. En un momento en el que estamos hiperconectados con la tecnología, perdimos un poco el contacto cercano de persona a persona e incluso hasta nuestra charla interior. El té nos regala esa oportunidad: para tomarlo tenés que medir la temperatura del agua, el tiempo de infusión, tenés que concentrarte. Esa concentración es una práctica de mindfulness.
Si al té lo preparas con conciencia plena se transforma en una meditación activa. Y eso brinda muchísimos beneficios a nivel espiritual y también mental. Si además compartís un té con otra persona, ese hecho genera emociones y sentimientos positivos (como sentirse acompañado o apoyado por el otro), lo cual alarga la vida. Está demostrado científicamente que sentirnos acompañados, apoyados o contenidos por otra persona, sentir que nos quieren o nos tienen en consideración contribuye a cuidar y a reparar los tejidos del cuerpo, a mantener las células sanas y a prolongar la vida.
-¿De qué manera debemos consumirlo y conscientes de qué?
-Beber un té es una experiencia sensorial y emocional. Por un lado, en el acto de beber un té interfieren todos los sentidos (no solo el gusto y el olfato) sino también la vista, el oído y el tacto, lo que genera estímulos físicos que se traducen en sensaciones.
Por otro lado, todos los sentidos, pero en particular el olfato, tienen un gran poder evocador. Sin darnos cuenta, un sorbo de té puede transportarnos a un lugar especial, a una situación pasada o generar sensaciones físicas y emocionales relacionadas con los recuerdos de ese olor o sabor. Es el gran poder evocador que tiene el té. Esto se da porque las señales sensoriales olfativas son procesadas en el cerebro por el sistema límbico, que rige los circuitos neuronales que controlan las emociones.
Hacerlo con conciencia plena además favorece el foco mental, estimula la neurogénesis (la generación de nuevas neuronas) y nos lleva a un estado de relajación, ideal para disminuir el estrés.
-¿Por qué afirmás que el té cambió tu vida?
-El té me acompaña desde muy chica. Cuando era niña bebía té con mi abuela en su jardín. Ella colocaba una mesita redonda debajo de un gran cedro, con un hermoso mantel bordado por ella. Mi abuela amasaba los scones y los servía calentitos junto a mermelada también hecha por ella y una rica taza de té negro. Ese fue un momento mágico para mí durante muchos años.
Cuando mi abuela falleció, implementé un ritual de introspección. Comencé a utilizar el té para realizar un corte (un recreo) en mi jornada laboral. Hace unos 15 años atrás, trabajando como ingeniera, en medio de las obligaciones y el estrés, me tomaba mis 5 minutos para prepararme un té con atención plena en su preparación, y ese momento se convertía en una meditación. Era un ritual de relax y paz interior.
De a poco fui incorporando el té a todas mis actividades saludables como el ejercicio físico, la meditación, el mindfulness, el yoga, entre otras prácticas. Así fue como con el correr de los años fui modificando mi ritual de té, para ahora presentarlo y compartirlo con todos en mi nuevo libro. ¡Y sé que puede mejorar la vida de cualquier persona!
-¿Cuáles son los beneficios de esta infusión?
-El té es un alimento natural que aporta múltiples beneficios para la salud tanto física como mental, espiritual y emocional. Si nos concentramos en los compuestos químicos contenidos en la infusión del té (Camellia sinensis), podemos destacar las siguientes propiedades:
- Tiene un efecto antioxidante gracias a los polifenoles presentes en el té, como las catequinas de diferentes tipos.
- Los flavonoides también fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a combatir el estrés dado que bajan los niveles de cortisol.
- El té ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, disminuye el riesgo de padecer cáncer y retrasa el envejecimiento.
- Posee propiedades cicatrizantes y antidiarreicas gracias a los taninos. Además, estos ayudan a disminuir el nivel de colesterol en sangre.
- Gracias a la L-theanina, un aminoácido antiestrés, el té nos ayuda a relajarnos sin provocar somnolencia y a mantener el foco mental. También favorece la generación de ondas alfa a nivel cerebral provocando un efecto similar al que se logra a través de la meditación. Esto lo observaron hace siglos los monjes budistas, por lo que incorporaron el té a su dieta para favorecer la disposición para meditar.
- La cafeína, por su parte, ayuda a mantenernos despiertos y con la mente alerta, además de ser un probado termogénico que favorece la pérdida de peso.
- El té también aporta nutrientes (en pequeñas cantidades) como vitaminas, sales y minerales, muy beneficiosos para la salud (hierro, flúor, calcio, cinc, potasio y magnesio y vitaminas.
- Por otro lado, al ser 100% natural, no aporta calorías ni grasas.
Además de sus beneficios sobre la salud física, el té se disfruta desde hace miles de años por sus efectos sobre el estado de ánimo, provocando bienestar y beneficios espirituales y emocionales, tales como:
- El té nos regala un momento para disfrutar de nosotros mismos: un momento para la reflexión y el sosiego: un momento para serenar la mente y conectarnos con nuestro interior.
- Es una linda forma de agasajar a un ser querido y nos invita a compartirlo entre amigos. Las neurociencias han demostrado los beneficios a nivel celular que provocan la sensación de contención y de apoyo de otras personas, lo que prolonga la esperanza de vida.
- Nos hace compañía cuando estamos solos.
- Nos permite celebrar rituales antiguos o crear una ceremonia propia, lo que provoca una sensación de bienestar y felicidad.
- Nos regala un momento de placer y de disfrute para todos los sentidos.
- Nos lleva a lugares lejanos y nos permite conocer diferentes culturas.
- Nos invita a desarrollar nuestra espiritualidad, conociéndonos internamente, gracias a la contemplación que implica el acto de beber un té con conciencia plena.
- ¡Nos hace sentir bien!
-¿Cómo uno puedo saber cuál es el mejor té para cada ocasión?
-Lo que siempre recomiendo es elegir el tipo de té que más te apetezca según el momento o la ocasión. Yo personalmente en el desayuno elijo y recomiendo tomar té negro, ya que tiene un sabor intenso y es ideal para beber aún con el estómago vacío.
Con las comidas suelo beber té verde, ya que su sutil astringencia limpia el paladar y suele maridar de maravillas con muchos platos, especialmente los vegetarianos.
A media mañana elijo generalmente un puerh, que preparo con la tradicional ceremonia china y me sirve de corte y meditación activa. A media tarde elijo siempre un oolong, ¡me encanta este tipo de té! ya que es super complejo sensorialmente, y como en ese momento del día tengo todos los sentidos en alerta, me permite apreciarlo en todo su esplendor.
A la noche me gusta disfrutar de un té verde antes de ir a dormir. Sé que hay mucha gente que le teme a la cafeína, pero en el té este alcaloide se encuentra en dosis muy bajas, con lo cual no afecta el sueño. Por el contrario, la l-theanina favorece un buen descanso. Sólo las personas con una sensibilidad especial a la cafeína deberían cuidar no beber té durante las últimas horas del día. En ese caso recomiendo infusiones sin cafeína como el rooibos (que no es té) pero se consume en forma de infusión.
at Clara Ballester
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