La violencia de género, definida por ONU Mujeres como cualquier acto dañino dirigido contra una persona o grupo debido a su género, ha evolucionado más allá de la agresión física. A pesar de ello, ciertas manifestaciones de esta violencia continúan siendo normalizadas e invisibilizadas en algunos países, lo que dificulta la obtención de estadísticas oficiales que revelen con certeza su prevalencia y consecuencias. Un ejemplo paradigmático es la violencia digital.
La agenda de género un tema clave para mujeres y disidencias
En Argentina, la violencia digital está subregistrada, ya que no figura en los registros nacionales oficiales. La Oficina de Violencia Doméstica de la Suprema Corte de Justicia y el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad no la consideran en sus estadísticas sobre violencia de género. Además, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos carece de estadísticas desagregadas por sexo sobre la incidencia de delitos informáticos.
Cuestión legal
Es relevante destacar que la Ley Olimpia, que incorpora la modalidad digital a la ley 26.485, fue promulgada en Argentina en octubre de 2023. México abordó legislativamente la violencia digital en 2020, mientras que en Brasil se crearon leyes en 2018 para tipificar crímenes de importunidad sexual y divulgación de imágenes de violación, así como para atribuir a la Policía Federal la responsabilidad de investigar delitos digitales contra las mujeres, incluida la difusión de contenidos que propagan odio o aversión.
A nivel regional, el Informe Ciberviolencia y Ciberacoso contra las mujeres y niñas (ONU Mujeres, 2022) revela un aumento sostenido de la violencia digital en América Latina. Se destaca la falta de registros estadísticos y estudios oficiales sobre la violencia de género de este tipo, a pesar de la participación creciente de mujeres en espacios digitales.
Violencia de género: Qué se hizo, qué falta y qué hay que corregir para generar el cambio
La tecnología, que desdibuja las líneas entre lo material e inmaterial, juega un papel central en la vida cotidiana. Aunque los daños de la violencia en línea puedan parecer inexistentes, generan efectos reales, incluidos daños psíquicos, emocionales y físicos, así como aislamiento social, limitación de movilidad en línea y fuera de ella, autocensura y reducción o abandono de espacios digitales.
Unidos por un cambio
Una iniciativa toma fuerza este 2024. Desde Argentina el Fondo de Población de Naciones Unidas de Argentina (UNFPA), la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Fundación Avon lanzaron una campaña para abordar la violencia de género digital. Esta iniciativa busca concientizar sobre estrategias y herramientas para hacer de Internet un espacio más seguro, así como prevenir y denunciar la violencia digital.
at Clara Ballester
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios