Cada año personas mueren debido a que son transgénero. El 20 de noviembre marca el TDoR, el "Día del Recuerdo Trans" o "Trans day of remembrance". "Es la ocasión de recordar y honrar a todas esas personas que han sido asesinadas simplemente por existir en su autenticidad, en su realidad", explica Morgan Noam, psicólogo y entrenador en cuestiones de género y sexualidad, quien gestiona una cuenta informativa en Instagram sobre el tema.
Entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, el proyecto de monitoreo de asesinatos trans contabilizó 320 asesinatos por transfobia en todo el mundo, principalmente de mujeres trans racializadas y trabajadoras sexuales. A estas muertes violentas y concretas se suman también los suicidios. Según Morgan Noam: "El suicidio se asemeja a un asesinato por transfobia, causado por muchas personas diferentes".
Una sobreexposición al riesgo de suicidio
En el verano de 2023, se publicó el primer estudio nacional sobre la exposición al riesgo de suicidio de las personas trans. Se trata de un estudio danés realizado entre 1980 y 2021 y publicado en el Journal of American Medical Association. Los números son impactantes: las personas trans tienen 8 veces más probabilidades de intentar suicidarse que el resto de la población y 3.5 veces más probabilidades de morir por suicidio.
Cuando Candice-Lucie expresó su identidad trans hace tres años, fue una revelación: "Comencé a sentirme más liviana; la gente me decía que era mucho más sonriente y radiante que antes". Sin embargo, la mujer de treinta años piensa a menudo en el suicidio. En la panadería, en el hospital, con la trabajadora social, en una fiesta, en la comisaría cuando quiere presentar una denuncia, confiesa: "A donde sea que vaya, si pongo un pie fuera de mi casa, sufro discriminación, preguntas inapropiadas, insultos o golpes".
La transfobia no se limita a la violencia física. Preguntar a una persona trans cuál es su "verdadero nombre", hablar sobre lo que tiene entre las piernas, maltratarla de género son formas de violencia psicológica que se le infligen a diario. "Constantemente me recuerdan que soy trans, pero no soy un documental, una condición o un sufrimiento; solo soy yo", afirma Candice-Lucie. "Dibujo, hago tatuajes, compongo música techno... hago muchas cosas, pero me hablan tanto de mi sexo o de mi voz que mi personalidad desaparece".
La transfobia está en todas partes, todo el tiempo
La transfobia se filtra en todas las capas de la sociedad, como explica Anaïs Perrin-Prévelle, co-presidenta de la asociación feminista OUTrans: "Hay transfobia en diferentes grados: médica, administrativa, familiar. Tenemos un verdadero problema de transfobia institucionalizada". La dificultad de las personas trans para acceder a la atención médica que necesitan es una de las pruebas más evidentes. Por ejemplo, la testosterona, una hormona masculinizante, debe ser recetada obligatoriamente por un endocrinólogo.
OUTrans contactó a los 60 endocrinólogos registrados en Doctolib: solo 5 aceptaron atender a una persona trans. "A pesar de que se supone que es su especialidad", se indigna Anaïs Perrin-Prevelle. En todos los servicios, algunos médicos declaran no estar capacitados, como si la identidad trans fuera una especialidad, como un veterinario con los animales. Todos los médicos tienen la capacidad de atender a personas trans; el hecho de ser trans no nos excluye de la humanidad". La co-presidenta de OUTrans forma regularmente a médicos en la atención a personas trans.
Las personas trans sufren el estrés minoritario
La Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de las enfermedades psiquiátricas en 1993 y la identidad de género en 2022. "Hoy, la mentalidad general en torno a la identidad de género es similar a la que teníamos hace 30 años sobre la homosexualidad", analiza Anaïs Perrin-Prevelle.
El alto índice de suicidios en personas trans no proviene de una fragilidad psicológica o psiquiátrica innata. "Las personas trans no intentan quitarse la vida porque son trans, sino por la forma en que su identidad es tratada por la sociedad, los medios de comunicación, las instituciones, el cuerpo médico, etc.", enfatiza el psicólogo Morgan Noam.
Las personas trans están particularmente expuestas al estrés minoritario, un fenómeno que afecta a los grupos más marginados de la sociedad. Concretamente, la transfobia expone a las personas afectadas a cantidades astronómicas de estrés, que se manifiestan con síntomas similares a los del estrés postraumático: hiper vigilancia constante, aislamiento autoimpuesto, insomnio, estados depresivos, migrañas, entre otros.
La transfobia da la impresión de que la identidad de género es una enfermedad grave.
Las microagresiones transfóbicas se acumulan como traumas. Esto lleva a que Candice-Lucie a veces quiera poner fin a su vida: "Quiero vivir, pero es tan difícil enfrentar esta transfobia constante. Me dan ganas de esconderme, de desaparecer".
Cambiar el imaginario colectivo
Con su asociación, Anaïs Perrin-Prevelle dirige varios grupos de apoyo para personas trans y sus seres queridos. Es esencial para ella transmitir este mensaje lo antes posible: "Todo el problema de la transfobia es que da la impresión de que la identidad de género es una enfermedad grave, ¡pero no es grave ser trans!".
En 2023, la AJL, la asociación de periodistas LGBTQIA+, señaló en un estudio la cobertura aún desequilibrada de la identidad de género en los medios de comunicación franceses. El imaginario colectivo retrata a las personas trans como desviadas, afectadas por un trastorno psiquiátrico, tristes o aisladas. Sin embargo, "mientras la imagen que tenemos de las personas trans no sea más real, más auténtica, alimentará la transfobia y el deseo de algunos de eliminar a las personas trans", advierte Morgan Noam.
Fuente: Marie Claire Francia
at Redacción Marie Claire
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