Furor hizo el sexting y el cibersexo con la pandemia, claro: no podíamos salir, tocarnos, besarnos…
pero ¿qué pasó luego?. La sex y lifecoach Marie Tesler nos cuenta en primera persona.
El sexo virtual llegó para quedarse, expandirse y quién dice, ¿reemplazar los encuentros carnales?
Soy nómade digital, trabajo mientras viajo por el mundo (ya he recorrido 23 países) y además de
dar talleres, retiros y sesiones, entrevisto personas. En uno de mis viajes a España, me reuní con el
creador de una de las primeras muñecas con IA (hay muñecos también, sí) y les puedo asegurar
que fue escalofriante ver cómo avanza el mundo tech a nivel de relaciones amoroso-sexuales.
Se dice ya hace varios años que para el 2030 tendremos más sexo con robots que con personas.
(no falta mucho) No quiero abrir polémica sobre este tema, pero sí contarte un poco más sobre
algunos juguetes que están causando estragos y que podés usar con tu pareja (ya sea casual,
marital o virtual) Hay mucho para aprovechar de esta unión tecnología + placer sin reemplazar
nada, sino condimentando el vínculo. Veamos dos casos diferentes.
Situación 1
Se conocieron por IG, una app de citas, Facebook. Nunca se vieron, pero
hicieron match. Pasaron a WhatsApp quizás, comenzaron a escribirse con un poco más de
calentura, se enviaron alguna foto, audios y todo comenzó a crecer. Pueden haber pasado
meses y siguen ahí. Hasta se tomaron un vino juntos, compartieron risas y gemidos, pero
siempre todo virtual. Les gusta ese juego, los calienta. Quizás estén a kilómetros de
distancia, quizás otro país incluso. A lo mejor estén cerca pero realmente no quieren
verse. Es mejor así.
Situación 2
Llevan años juntos, se aman, pero el deseo está un poco perdido. Bastante.
Mucha rutina, poco tiempo, los niños, las obligaciones, responsabilidades. La creatividad
quedó guardada en el cajón de los recuerdos. Quieren conectar, encender esa llama, pero
no hay caso. Quizás hasta están un poco resignados. Serán los años, el matrimonio, será
que es así. El erotismo perdido.
Dos situaciones totalmente diferentes que pueden condimentarse (¡y cómo!) con un
mismo juguete. Un producto que puede abrir una puertita nueva, que enciende la llama,
que permite generar complicidad, que vuelve a lo lúdico uniendo y generando chispas de
deseo de una forma inesperada.
Aunque te parezca extraño, los primeros juguetes a distancia con App se inventaron en el
2013 por la empresa Lovense y desde Singapur se lanzaron al mundo. Hoy 2023, ¡son
furor!
Quizás tengas en tu “Cajita Feliz” el modelo que se usa junto a un control remoto (que
admite entre unos 3 a 8 metros de distancia). Del que quiero hablarte hoy
específicamente sería una versión más increíble aún. No sólo podés salir a jugar a un
restaurant, sino que podés usarlo sin verte, conocerte, tocarte… ni siquiera estando en el
mismo continente. Así es, como lo leés, la distancia ya no es un impedimento.
Este juguete trae su propia App y quien lo tenga consigo habilita a la otra persona a
sumarse. ¡Pueden estar a 5 metros de distancia o vivir en otro país!!! Claro, es que se
conectan con una aplicación propia mediante Wifi. Se recargan con USB y traen un
montón de funciones para jugar de manera segura y totalmente privada ¡Sólo necesitan el
código de acceso para compartirlo y voila! A subir la temperatura, un viaje de ida te diré…
Esta opción de cibersexo está volviéndose cada vez más popular ya que abre un espacio a
un mundo nuevo de sensaciones: cómo cuando eras adolescente y te pasabas horas y
horas jugando, pero esta vez de una forma súper caliente.
Cuidando siempre la salud, con materiales certificados, en Argentina la empresa que lo
está desarrollando actualmente se llama BE (Butterfly Effect) y estará disponible para que
puedas comprarlo muy pronto!
at Marie Tesler
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