Tuesday 23 de April de 2024

PERSONAJES | 19-05-2020 19:19

Rafael Ferro: “Si de esta pandemia salgo igual de mediocre, quiere decir que fracasé”

Con su habitual franqueza, el actor repasa las contradicciones de esta época y explica por qué a pesar de estar surfeando una sobredosis de estrenos, hoy tiene que vivir de prestado. Los hijos, el encierro, las crisis y la creatividad en una nueva entrevista en cuarentena.

Rafa y un unicornio inflable. Y una pileta repleta de hojas. Las imágenes salen de su cuenta de Instagram y forman parte de una de las actividades a las que el actor se entregó durante esta pandemia; crear mini ficciones desde su casa y subirlas a la web.

Lo curioso es que al muchacho no le han faltado estrenos en este tiempo y de hecho es todo un hombre récord ya que en el transcurso de este mes de mayo lo hemos visto o veremos en tres nuevas -y muy comentadas- producciones: Casi Feliz (la serie de Sebastián Wainraich para Netflix), la coproducción con España Los Internacionales (estreno de este miércoles 20 de Flow y Telefé) y la película original de Netflix, La Corazonada, junto a Luisana Lopilato y Joaquín Furriel, que llegará el próximo jueves 28.

De todo eso, y más, habla a continuación.

Rafael Ferro 2016
"Me siento un buen amo de casa", comenta el actor.

-En principio, ¿cómo, dónde y con quién venís atravesando la cuarentena?

-En mi casa, solo, o con la compañía de tres de mis cuatro hijos, ya que Toto hace rato que vive con su novia. De hecho la pandemia lo agarró trabajando en México y pudo volver pero para seguir la cuarentena en su departamento. Hace meses que no lo veo. La mayor parte de la semana (entre cuatro a seis días) estoy con mis tres hijos, que son de tres madres diferentes, y luego, solo.

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-Esos tres hijos tienen edades muy diferentes (Miguel, de 5, Antonio, de 12, y Matilda de 17), ¿cómo se lleva eso?

-Laburando como loco, trapeando, cocinando, limpiando, ordenando y en el medio intentado hacer cosas piolas con ellos, jugando con el más chiquito, que está feliz, y empujando a los otros dos que salgan de la cama o del sillón y se desconecten por un rato del celular. Todo lo hago con muchísimo amor, pero la realidad es que es muy arduo.

Antonio encima está con tarea descomunal, ya que sigue con un curso de ingreso a otro colegio y tiene una parva de clases por Zoom. Y ese es otro universo a conciliar, que ande bien Internet, que el chiquito no grite… En fin, todo ese lío junto.

-¿Y cuando estás solo?

-Y ahí me agarra una paz y a la vez un vacío enorme… (ríe). Me pongo con mis cosas, que también son varias ya que empecé a darle bola a mi Instagram, a filmar y subir unos videos que hago con la ayuda de una amiga guionista, Josefina Licitra, y de un fotógrafo amigo, Alejandro Guyot, que me prestó la cámara. Cuando puedo me filmo y hago esas pequeñas historias… Una especie de expresión artística que tenía ganas de hacer hace mucho.

-Sos seguramente el actor argentino que más estrenos ha tenido en este tiempo (Casi Feliz en Netflix, Los Internacionales en Flow y Telefé y La Corazonada, por Netflix…). ¿Cómo vivís eso?

-Y.. es rarísimo. De afuera supongo que da una sensación de opulencia, pero es solo una sensación ya que toda esa plata se la fumó la pandemia… La verdad es que estamos ante un panorama dificilísimo, ya un poco se habla de que este año no se va a filmar nada. Espero que no sea así y que a fin de año la rueda empiece a girar porque sino…

Yo, de hecho, ya estoy viviendo de plata prestada, de guita que me prestan amigos. Vivo en una casa alquilada, estoy hasta las manos… Por eso te decía que era algo muy contrastante, hay tres estrenos míos pero no tengo un mango… Si no se graba de acá al año que viene, ¿de qué nos disfrazamos?

-En el medio volvieron a poner Nina en la pantalla de Telefé…     

-Sí, lo cual fue un respiro ya que nos pagan por repetición y por eso mismo no dejo de rezar que le vaya bien de rating, de eso depende que la dejen o no. Una de mi ideas era que en esta crisis los canales no pongan latas turcas o brasileras, que pongan contenido local así al menos los actores podemos cobrar por repetición. Claro, el tema es que los canales enseguida te dicen: “pero la otra es más barata y encima mide el doble”.

Y bueno, ahí no solo les pediría solidaridad a ellos sino también a los televidentes. Apoyemos la ficción local al menos durante esta gran crisis.

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-¿Qué aptitudes o habilidades incorporaste durante esta cuarentena (o seguís aprendiendo o e incorporando)?

-En general, te soy sincero, me siento un buen amo de casa. Amplié un poco mi menú de recetas, algo que jamás fue mi fuerte (mis hijos no me recordarán por la cocina) pero te diría que me reencontré con lo hogareño a full. Y encuentro un cierto placer en barrer, lavar los platos, ordenar… Ya lo había sentido un poco antes, pero ahora se potenció.

Lo mismo que los juegos y momentos de conexión con ellos. De algún modo, esta cuarentena me hizo sentir un buen padre y está bueno eso. Me reconectó además con una cosa muy lúdica, sobre todo gracias al más chiquito, que me hace bien. ¡Ah! y una cosa más: saldé una antigua deuda que tenía conmigo mismo que era ponerme a escribir.

Y ahora logré hacerlo, escribí lo que podría ser un libro, aunque por ahora solo tengo el esqueleto. Falta trabajarlo y pulirlo mucho aun.

Rafael Ferro 2016
Las incertidumbres laborales y las experiencias de padre soltero x 4 atraviesan su diario.

-¿De qué va el libro?

-En principio se trata de una idea cero original, lo debe estar haciendo el 90% del planeta: un diario de cuarentena. Nació como la idea de ordenarme y hacer un par de cosas para mí durante el encierro: meditar, hacer ejercicio y escribir. El archivo en el que lo hice se llama Pandemia pero no creo que ese sea su título final.

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Está atravesado por ese tema, pero después por todo lo otro que venimos charlando, ser padre soltero de 3 hijos (y de cuatro en su momento), ser un actor sin trabajo y en el medio, mechado por recuerdos de todo tipo. Te repito: no es para nada original, es un diario del encierro.

-¿Creés que, como suele decirse, esta pandemia nos convertirá en personas distintas? ¿Mejores o peores?

-Yo siento que si salgo igual de esto, igual de idiota o mediocre después de esto que es tan extraordinario y potente, eso quiere decir que fracasé. Algo nos tiene que modificar este cimbronazo. Por lo menos ver las cosas desde una perspectiva nueva, valorizar más lo poco o lo mucho que tenemos, celebrar más la vida, el presente… Disfrutar, no darnos tanta rosca con la melancolía o la depresión por cualquier cosa. Hoy estamos vivos y no es poca cosa. El que no sale un poco mejor de esta pandemia, más solidario, humano reflexivo o sabio, creo que se la perdió. Y me incluyo. -

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