En toda la larga lista de eslabones que componen la cadena del entretenimiento, siempre hay una lugar destacado para el sello Made in England.
Es así en la producción de series (la BBC sigue siendo una usina de talento que alimenta a todo el mundo), de películas y obras de teatro pero también y, muy especialmente, en la formación de actores y actrices.
Olivia Colman es, sin duda, una exponente de ese mundo que tan bien mezcla la credibilidad con el prestigio y el compromiso a la hora de encarnar historias ajenas.
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Formada en Cambridge y en la principal escuela de teatro de Bristol (la misma donde estudiaron Jeremy Irons y Daniel Day-Lewis, entre otros), Olivia se ha transformado en pocos años en “la mujer estatuilla”: lleva acumulados cuatro premios BAFTA (British Academy of Film and Television Arts), dos Golden Globe, cuatro BIFA (British Independent Film Awards) y un Oscar por su actuación en La favorita, donde interpretó a una exigente y tiránica Ana Estuardo.
Madre de tres hijos, todos con su actual marido, el escritor Ed Sinclair, Olivia sabe poco y nada de escándalos. Lo suyo, claro, es el trabajo y el profesionalismo, condimentos que cada tanto marida (como en esta charla, a propósito del estreno de The Crown emitido ayer por Netflix), con toques del típico humor inglés.
Helena Bonham Carter, que en esta nueva temporada de The Crown interpreta a la Princesa Margaret, reveló hace poco que hizo un enorme trabajo de investigación antes de encarar este papel.
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¿Cómo fue ese proceso en tu caso?
Lo que sucede es que Helena es sumamente aplicada… Lo voy a decir sencillo: si estuviéramos juntas en la escuela, me imagino que todos los días me copiaría de ella... (risas).
Lo cierto es que yo también hice lo propio, pero sobre todo quisiera destacar el trabajo del departamento de investigación que la producción creó justamente para eso. Era como si nos hubiésemos asociado a la British Library, todo el tiempo nos enviaban material.
Yo no soy muy tecnológica y gracias a ellos descubrí Dropbox, ya que me enviaban archivos pesadísimos, que no entraban en un mail. Me decían: te enviamos todo lo que dijo en esa época, lo que se escribió sobre ella, los videos que hay. ¡Todo! Así que sólo tenía que sentarme a leer y mirar. Y eso hice. No tanto como Helena igual, que es mejor que perfecta (ríe).
¿Qué opinión tenés de esta nueva temporada? ¿Consideras que Isabel está muy cambiada?
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Creo que tanto ella como el príncipe Philip están más adultos, más maduros y asentados... Saben por qué están juntos y ahora deben lidiar con el crecimiento de sus hijos, la llegada a la mayoría de edad de gran parte de ellos, algo que por cierto no fue sencillo.
En fin, casi como para cualquier familia, con la “pequeña” diferencia que te da tener hijos príncipes… (ríe). En esa lucha estarán todos, en si abandonan o no el nido familiar.
¿Y la reina? ¿Pudiste entenderla un poco más a partir de esta serie?
(Piensa) Creo que es una persona relativamente inmutable. Una especie de roca que en este momento en especial se dedica a aprender muchísimo de su entorno social y de cada persona con la que se cruza.
Creo que lo sigue haciendo y eso es una virtud, ojalá todos nos dedicásemos a aprender más de los demás durante toda la vida. No debe ser fácil ser reina, más bien todo lo contrario…
Y sin embargo, ahí está ella, tratando de asimilar un clima social diferente, rutinas y tratos especiales. Hay que saber atravesar toda esa curva de aprendizaje…
¿Cómo definirías su relación con Charles en este punto de la historia?
Creo que es una relación que está pasando por un momento de inevitable fricción. Ella quiere protegerlo y a su vez necesita decirle: “lo siento mucho pero vas a ser el siguiente y tienes que hacer esto y todo esto otro…” Algunas de sus decisiones le resultarán bastante difíciles de asimilar, lo mismo que para él varias de de las imposiciones reales.
¿Cómo te sentiste con el trabajo de vestuario y peinado?
Uff, eso fue increíble. Sue David hizo un extraordinario trabajo, tanto con el maquillaje como con esa peluca increíble que nadie notó que era peluca. Cada vez que aparecía en algún lugar nuevo, me preguntaban “¿cuándo te cortaste el pelo?” Así estuve durante ocho meses.
Y Amy, la diseñadora de vestuario, también hizo una labor increíble. La reina tiene un atuendo diferente casi para cada escena y todos ellos están hechos a mano. Son tan hermosos…
¿Tenés algún traje favorito?
Tengo varios, hay un vestido cuyas mangas están todas cosidas a mano y es una trama realmente impactante. Es un bordado sumamente precioso que replica uno de los vestidos más famosos de aquellos años.
Aun no sé cómo hicieron para lograr ese mismo nivel de detalle. Esa es otra de las enseñanzas que me dio esta serie, poder entender y valorizar el trabajo detrás de un vestido. No es poca cosa, eh… (ríe).
at Francisca Cersosimo
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