Monica Bellucci: "Hay algo dramático en todas las divas italianas"

"Hay una cosa que me gusta mucho de mi trabajo: la parte imprevisible. Es cuando deseas algo con fuerza, y luego eso llega y no sabés bien por qué razón ha sucedido. Ok, de alguna manera pasa en la vida de todos, pero en mi trabajo parece casi magia". Cuando hacés una entrevista a Monica Bellucci podrías perfectamente presentarte en bata y pantuflas, si no fuera irrespetuoso, ya que podés estar seguro de que nadie se dará cuenta porque todos estarán mirándola a ella.

Es el aspecto relajante de tratar con una belleza, a la cual en su caso se le añade un componente hipnótico. Porque Monica Bellucci, con un traje negro de Dolce & Gabbana, modula las palabras como si tocara la flauta y a veces baja tanto la voz que te obliga a acercarte para escuchar mejor, como una flor tropical que te atrae con su aroma. Monica Bellucci está en Roma para recibir el Globo de Oro a la carrera, el premio otorgado por los periodistas de la prensa extranjera en Italia, en una gala que se celebró en el suntuoso jardín de la Academia Alemana en Roma.

 

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Junto a ella estaba su compañero, el director americano Tim Burton, quien mantenía siempre el contacto físico excepto cuando ella posaba para los fotógrafos con el trofeo en la mano. Entonces se apartaba y se colocaba en la sombra, convirtiéndose en representante de un nuevo tipo de hombre que ya no tiene miedo del éxito de sus compañeras, al igual que Sting, que en la misma velada nunca le robó protagonismo a su esposa Trudy Styler, premiada por el documental sobre Nápoles "Posso entrare? An Ode To Naples".

Monica Bellucci y Tim Burton en la premiación del Globo de Oro en Roma

"Este tipo de magia de lo imprevisible me ha sucedido muchas veces, creo que es una manifestación de la sinergia entre nosotros y el mundo", retoma Monica Bellucci. "Por ejemplo, cuando, como todos, vi la película Nuovo Cinema Paradiso, sentí un gran deseo de trabajar con Giuseppe Tornatore. Luego tuve la oportunidad de hacer algunos anuncios con él, y me dijo: 'Tengo una película en mente, una historia que quiero filmar, y si algún día la hago, será contigo'. Algunos años después me llamó porque había escrito Malena".

 

 

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Lo mismo le sucedió con Matrix. La actriz italiana cuenta que cuando se estrenó la primera película de la serie, en 1999, ella estaba en París y fue a verla: "Del mismo modo pensé: me encantaría estar en una película así. Luego fui a Estados Unidos y conocí a las Wachowski, y esta cosa maravillosa se repitió, me dieron el papel de Persefone". Si Bellucci cuenta todo esto es por una razón. La mañana antes de su premiación a la carrera, se hizo oficial la noticia de que la película Beetlejuice Beetlejuice, secuela de Beetlejuice - el súper fantasma, de la cual es una de las intérpretes, abrirá la 81ª Mostra de Cine de Venecia. La ex supermodelo es una de las nuevas incorporaciones junto a Jenna Ortega, Willem Dafoe y Justin Theroux, que se suman al elenco original, Michael Keaton, Winona Ryder y Catherine O'Hara.

El flujo de recuerdos surgió precisamente de la consideración de que nunca, en 1988, cuando se estrenó esa película que le dio a Tim Burton la fama internacional y que se convertiría en un culto, ella que tenía 24 años habría imaginado jamás actuar algún día en la secuela. Mucho menos enamorarse del director. Sobre su relación con Tim Burton no dice nada, pero deja entrever entre líneas, durante este encuentro, que "El amor no es una cuestión de edad, sino de energía: cuando filmé On the Milky Road con Emir Kusturica ya tenía cincuenta años, pero es una hermosa historia de amor que habla de lo que mueve a las personas más allá de la edad". Desde que Monica Bellucci era una joven modelo han sucedido muchas cosas, ha filmado una gran cantidad de películas de enorme éxito y es imposible determinar cuánto ha sido ella capaz de tomar las decisiones correctas, o si su presencia ha contribuido drásticamente al éxito de esas películas. Incluso una de las pocas que no funcionó en las salas, L'ultimo capodanno de Marco Risi, una de sus mejores interpretaciones que le valió otro Globo de Oro, se ha convertido de alguna manera en un culto.

Consciente de sí misma como es, aceptó el premio a la carrera sin falsas modestias: "Un reconocimiento a un recorrido que ha sido un tanto atípico. Las cosas nunca son obvias, pero el destino de un actor no se decide en una mesa, todo está ligado al instinto: haces una película con el corazón, pero luego realmente no sabes qué será de ella".

 

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Aunque vive en Francia desde hace muchos años, la actriz explica que hay películas italianas que para ella han significado mucho, no solo la ya mencionada Malena que le abrió muchas puertas y añadió valor a su perfil internacional: "El no pertenecer a ninguna 'familia' del cine ha hecho que me haya encontrado trabajando con los directores más diversos", explica, "Sam Mendes, las Wachowski, Gaspar Noé, todos en universos particulares, directores que tenían historias únicas que contar. Me he dado cuenta de que a menudo me he encontrado interpretando a mujeres en universos masculinos, víctimas de una sociedad dominada por los hombres.

Este es un momento en el que las mujeres tienen un impacto enorme en la sociedad, pero ahora que puedo mirar hacia atrás en mi carrera me doy cuenta de que tal vez, inconscientemente, también he querido contar cosas a través de las decisiones que he tomado. Creo que las decisiones artísticas están ligadas a las necesidades internas, al deseo de contar algo que seguramente te concierne, también como mujer". Una 'hermandad' que Monica Bellucci expresa también a través del apoyo a quienes hoy obtienen roles que en otro tiempo le habrían ofrecido a ella: "Nunca podría interpretar, por ejemplo, a Anna Karenina, un personaje maravilloso, pero soy demasiado mayor para hacerlo, hay estándares importantes que respetar, límites que no se deben superar. Además de ser actriz, también soy espectadora, mantengo la capacidad de mirar las propuestas con desapego preguntándome si es adecuado aceptarlas o no. Tampoco me gusta repetirme, algo puede ser hermoso pero si ya hice algo similar no quiero recorrer el mismo camino. Y luego, está el momento en el que debes ser un 'cojín' para las nuevas generaciones, darles espacio, verlas despegar pensando que tu historia puede servirles como punto de partida. Yo misma, que ahora me considero una 'vintage de los 90s', me inspiré en las mujeres que me precedieron, Silvana Mangano, Anna Magnani, Gina Lollobrigida, Sophia Loren, Monica Vitti, Lea Massari, Claudia Cardinale, Giulietta Masina.

He soñado con el cine a través de los ojos de estas mujeres maravillosas, tan diferentes entre sí, con formas tan distintas de contar el cine, pero con algo en su feminidad que las unía. Hay algo ancestralmente dramático en la feminidad italiana, diferente a la de las francesas, que tienen una forma distinta, pero igualmente interesante, de contar la feminidad. Yo siempre soy profundamente italiana, aunque me siento un poco extranjera dondequiera que vaya, solo he mantenido el pasaporte italiano. Pero Francia la llevo en el corazón, vivo allí desde hace muchos años, tengo muchos amigos tanto italianos como franceses y nunca he percibido una gran diferencia. Creo que franceses e italianos son como primos, hay una cultura que nos une desde siempre, también en el cine, hay inspiración recíproca. Pero hoy siento que podría volver a vivir en Italia. Tal vez porque con el tiempo, después de cuarenta años alrededor del mundo, sería bonito. En el fondo, sigo siendo la chica recién salida del liceo clásico de Città di Castello. He envejecido, es verdad, y soy más atenta en muchas cosas. Pero nunca he cambiado. Ya les haré saber".

 

 

Fuente: MC Italia

at redacción Marie Claire