Miranda de la Serna no tiene miedo. Nunca la verás cuidando sus gestos, conteniendo los movimientos, ensayando qué le conviene decir. Verla actuar es comprobar que lo da todo, sin temor a caer al abismo, lejos de ese medio tono desganado que tanto se usó en contra del cine independiente argentino.
Miranda es hija de Érica Rivas y de Rodrigo de la Serna. Y se nota cuando compone a Laila, la adolescente de Errante corazón que busca su propio camino mientras construye y deconstruye la relación con un padre tan solo como sediento de amor, interpretado por Leonardo Sbaraglia.
Dirigida por Leonardo Brzezicki, la película se acaba de estrenar en cines y en HBO Max, donde sigue disponible. El trabajo de Miranda es pura entrega, algo que ya se había insinuado en los otros films de los que fue parte: Bruja, donde compartió cartel con su mamá, y la joyita indie Amor Urgente.
Ahora, mientras sonríe desde el otro lado del mundo, le pregunto cómo hace para construir esa intimidad que se ve en pantalla. Porque si me decís que Laila es la hija de Sbaraglia, te creo.
“A la hora de trabajar, apareció una conexión que parecía de toda la vida. Casi como padre e hija, teníamos esa química dentro y fuera de escena y creo que eso se ve muy bien en la peli. ¡Espero!” contesta Miranda.
-Hacés un trabajo muy físico, porque Laila, tu personaje, es alguien que se expresa corporalmente. Más allá de su condición de bailarina, ella le pone el cuerpo a la ira, al amor. ¿Cómo trabajaste eso y qué importancia le das a la formación? Porque se nota que fue algo elaborado a conciencia...
-Uy, qué bueno que se vea eso, porque es el papel para el que más trabajo hice. Estuve yendo a clases de baile durante mucho tiempo, casi un año, todos los días de la semana tomaba clases de diferentes tipos de danza: clásica, contemporánea, jazz… Y creo que ese aprendizaje pude incorporarlo a la vida cotidiana de Laila. A su ira y rabia, y también a su amor.
-¿Y te enganchaste con ese mundo del baile?
-Y, un poco me enganchó, es muy atractivo todo ese mundillo del baile y su gente. Además es muy importante para un actor incorporar esa expresión física. Ahora dejé de estudiar un poco pero porque tuve que mudarme a España.
-Estás trabajando en Madrid, ¿no? Seguramente debés tener los labios cosidos, pero por favor, tiranos algo de lo que estás haciendo…
-(Ríe) Ay sí, pero te puedo tirar unas cositas. Vine a España para trabajar en una serie que se llama Now and Then, para la plataforma de Apple Tv. (N de la R: se trata de un thriller del mismo equipo que creó Velvet y Las Chicas del Cable, protagonizado por la gran Maribel Verdú, la eterna Rosie Perez y Manolo Cardona, uno de los actores principales de ¿Quién Mató a Sara?).
-Vivir una experiencia en otro país es algo que también le pasa a tu personaje de Errante Corazón, ella lleva sus banderas en esa búsqueda un poco errática de su identidad. Y quería saber, ¿cuáles son tus banderas?
-Uf, que pregunta amplia y difícil... Antes que nada, me considero mujer, feminista, abortera, obvio… Hasta hace poco en Argentina pude ser parte de todo el movimiento que peleó por su legalización. También creo mucho en el amor libre, en los derechos de los animales, voy por ahí.
-Es interesante lo que decís del amor libre porque justamente Laila sufre cuando su chico le plantea que quiere estar también con otras personas. ¿Cómo te parás frente a ese tironeo entre la libertad y lo establecido (y conocido)?
-Ahora estoy más del lado libre, pero hay algo muy gracioso que sucedió en el medio: justo en el momento en que tuve que filmar esa escena medio que me encontraba en una situación, digamos, muy similar… ¡Fue re fuerte tener que hacer un personaje al que justo le estaba pasando lo mismo que a mí! Creo que aprendí un montón de Laila en ese sentido.
-Veo que sabés lo que querés y me resulta inevitable pensar en tu mamá, quien no solo es una actriz formidable sino una mujer que le pone el cuerpo a todas sus batallas, asumiendo los costos que sean necesarios. ¿Te identifica eso?
-Y sí, soy muy luchadora también. Soy de las que en una cena familiar se pelean seguido con sus abuelos porque dicen cosas horrorosas, retrógradas… Es algo que heredé bastante de mi mamá. Me gusta escuchar las opiniones de los demás y sé que no tengo la verdad absoluta de nada, pero mis convicciones las llevó acá (señala su corazón).
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