Desde su trabajo en el restaurante Gustu, Marsia Taha Mohamed viene demostrando al mundo la diversidad de la cocina boliviana, yendo más allá de lo tradicional andino. Su propuesta en una cocina de autor centrada en productos locales. “Nos caracterizamos por tener una cocina de investigación, de viajar a poblaciones para identificar productos únicos y técnicas nativas”, explica. Su inspiración proviene de los variados ecosistemas bolivianos, desde los Andes hasta la Amazonia.
El compromiso de Marsia con la sostenibilidad es integral. Para ella, esto abarca desde el trato al personal hasta la gestión de residuos. “La sustentabilidad no tiene que ser solo sobre el producto, sino incluir todo, desde lo humanístico hasta la trazabilidad de los ingredientes”, afirma.
Un ejemplo destacado de su colaboración con productores locales es su trabajo con los Tacanas, un pueblo originario en la Amazonia boliviana. Se trata de una comunidad que se dedicaba al trabajo del cuero de lagarto para ser enviado a Europa, pero que no aprovechaba la carne. Gracias a Marsia y la Fundación Conservación para la Vida Silvestre (WCS), ahora la carne de lagarto se procesa y distribuye en supermercados, beneficiando a las familias locales y promoviendo la sostenibilidad.
Marsia aconseja a los chefs más jóvenes comenzar por lo básico. “Es esencial que empecemos con una sostenibilidad coherente desde nuestros restaurantes”, dice. Esto incluye la separación de residuos y la elección consciente de productos.
Mirando al futuro, la chef sueña con una mayor presencia de la gastronomía boliviana a nivel global. “Me encantaría ver más propuestas y que la cocina boliviana sea conocida en todos los continentes”, expresa con entusiasmo.
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