La serie de la reina Charlotte nos ha cautivado con sus personajes, diálogos, vestuarios y escenas. Pero lo más interesante aún es que todo parece basarse en la historia real que la monarca vivió junto a su amado George y sus hijos. Sin embargo, parece que Netflix no nos ha contado toda la verdad en esta última entrega del spin off de Bridgerton.
Al parecer, ese final que muestra la serie no es muy fiel a la realidad, o por lo menos no cuenta todo tal cual sucedió. Sí, Charlotte y George III vivieron un amor como el que muestra cada uno de los capítulos, y también tuvieron que enfrentarse al conflicto de no conseguir, por mucho tiempo, un heredero que asegurase la continuidad de su linaje.
Spoiler alert: al final de cuentas la monarca sí ve cumplido su objetivo cuando el príncipe Edward y la princesa Victoria le cuentan que están embarazados, de quien luego sería la famosa reina Victoria. Sin embargo, la escena que le sigue parece haber sido un tanto adornada y embellecida para el deleite de los fans.
Cuando Charlotte se esconde debajo de la cama para contarle la noticia del futuro heredero a George, el guión decidió no profundizar para evitar adentrarse en lo que en realidad era la despedida de la reina a su amor eterno. Charlotte falleció en noviembre de 1818, y quien luego fue la reina Victoria nació en mayo de 1819, por lo que no tuvo la oportunidad de conocer a su aguerrida abuela.
Probablemente Charlotte sabía que le quedaba poco tiempo de vida, y es por eso que estaba tan apresurada en asegurar que un heredero continuara con “el linaje de George”, usando las mismas palabras que la reina utilizó para transmitirle el acontecimiento a su esposo. George entonces la corrige, y le dice “nuestro linaje”. Ahora que sabés esto, quizás volver a ver esa última escena de la serie te hace derramar todavía más lágrimas y hasta te erice la piel.
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