Hace más de 2000 años, Cleopatra era devota de ciertos ingredientes claves para su rigurosa rutina de belleza. Además de usar miel y vinagre de manzana, la reina egipcia se bañaba en leche agria por su ácido láctico, conocido por su poder exfoliante e hidratante, que permiten logran una piel suave, lisa y uniforme. A lo largo de estos años, la leche resistió al paso del tiempo como ingrediente de la cosmética.
Son muchas las firmas que lanzaron productos de cosmética, basados en este ingrediente. Otras, recogen sus cualidades en sus texturas con fórmulas lácteas que son además ligeras, y permiten cuidar la piel en los meses en que más estamos expuestos al sol.
Entre los principales cosméticos, la leche se utiliza para la elaboración de suavizantes, geles, jabones y cremas, ya que cuenta con hidratos de carbono, grasas y proteínas que la convierten en un excelente hidratante cutáneo. El ácido láctico es rico en proteínas, biotina y bioproteínas, ya que ayudan a retener la humedad y actúa como protector frente a agresiones externas.
También se puede utilizar a este ingrediente como desmaquillante, ya que, al mezclarlo con avena, actúa como exfoliante, y es un remedio muy efectivo para calmar la piel irritada o fortalecer las uñas. Al hablar de las propiedades nutritivas de la leche, estas tienen un alto contenido de minerales como el calcio, y las vitaminas A, B y D.
at. Redacción Marie Claire
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