El frío, la calefacción y el encierro producto de la cuarentena que estamos viviendo los argentinos atenúan el resecamiento de la piel, el cual constituye el órgano más extenso de nuestro cuerpo y el primero en línea de defensa. Múltiples factores externos e internos atentan contra ella. Cambios hormonales, stress, radicales libres, UV, luz azul, polución, mala alimentación, entre otros. Y en el invierno ¡más!
Cuidar la piel implica primero incorporar de manera fiel la noción de que la misma es un órgano vital para nuestro cuerpo y que la falta de protección propiciaría diferentes trastornos o afecciones.
Cinco inco sencillos (pero esenciales) consejos para incorporar a nuestras rutinas diarias:
- Limpieza. Es importante realizar una adecuada higiene del rostro 2 veces al día. Debido a este cambio de estación es fundamental ajustar el producto según cada tipo de piel. Por ejemplo, el uso de leches de limpieza aportarán mayor emoliencia y suavidad en comparación las aguas micelares o los geles, los cuales son ideales para aquellos pacientes con tendencia a la oleosidad.
- Hidaratación. Es una actividad que debemos incorporar durante todo el día, sobre todo después de la ducha. Para eso, es necesario elegir productos que contengan principios activos como ácido hialurónico, aquaxyl, ceramidas, o manteca de karité que nos permiten mantener una buena humectación. A nivel corporal es ideal utilizar emulsiones o cremas que contengan urea, vitaminas A y E (¡no olvidar los labios!). Las pieles con acné también necesitan ser hidratadas con los productos adecuados.
- Tomar agua. No nos cansaremos de repetirlo! Consumir al menos 2 litros de agua por día, acompañado de una dieta y un estilo de vida saludable son la Santísima Trinidad del cuidado de la piel. Las cremas, los geles, las leches de limpieza y ningún producto hará magia si no lo aplicas en un cuidado integral de tu cuerpo.
- Evitar el agua caliente. Evitar las duchas con agua muy caliente debido a que éstas tienden a deshidratar aún más la piel. Es mejor el uso de agua tibia con jabones cremosos adaptados al pH de la piel que es levente ácido. ¡Cuidado con la calefacción y con los cambios bruscos de temperatura!
- Protección solar, ¡siempre! Sí o sí, protección solar: las radiaciones ultravioletas también nos afectan en el invierno, como así también la luz azul proveniente de pantallas y celulares.
at Redacción Marie Claire
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