Gisèle Pelicot, una mujer que creía estar perdiendo la memoria en Francia, enfrentó una devastadora revelación: su esposo de 50 años la drogaba para facilitar su abuso sexual por parte de desconocidos. Entre 2011 y 2020, Dominique Pelicot drogó a Gisèle con una mezcla de medicamentos para ansiedad e insomnio, atrayendo a al menos 72 hombres a su hogar para violarla mientras ella estaba inconsciente. Filmó estos ataques, acumulando más de 20,000 imágenes en su computadora.
El caso salió a la luz en 2020 cuando Dominique fue arrestado por tomar fotos inapropiadas de mujeres en un supermercado. Durante la investigación, la policía descubrió las grabaciones, lo que llevó a la detención de Pelicot y decenas de cómplices.
El juicio: 51 acusados y un impacto global
El juicio, que se llevó a cabo en Avignon, Francia, incluye a 50 hombres acusados de agresión sexual o violación, y Dominique Pelicot (con sentencia a 20 años de prisión), quien confesó ser el autor intelectual de estos crímenes. Algunos acusados, como Lionel R., han admitido su culpabilidad, mientras que otros han negado los cargos, alegando que no sabían que Gisèle había sido drogada.
Dominique Pelicot, de 71 años, no ha intentado defender su inocencia. “Soy un violador, como los demás en esta sala. Todos sabían lo que estaban haciendo", declaró en el tribunal. A pesar de su confesión, la defensa de algunos hombres intenta minimizar su responsabilidad, argumentando que fueron engañados.
El dolor de Gisèle
Gisèle, quien ahora tiene 72 años, decidió hacer público el juicio para inspirar a otras mujeres a denunciar casos de abuso. “No somos nosotras las que debemos sentir vergüenza, sino ellos”, dijo en una de sus declaraciones. También denunció el trato humillante que ha recibido por parte de los abogados defensores, quienes intentaron desacreditarla y mostrarla como participante voluntaria.
Gisèle describió su experiencia como tortura: “Cuando ves a esa mujer drogada, maltratada, es como si estuviera muerta. Mi cuerpo estaba allí, pero yo no estaba”.
Un ícono de resistencia
La valentía de Gisèle ha inspirado a miles. Cada mañana, una multitud de mujeres se reúne en el tribunal para apoyarla, mientras su imagen se convierte en un símbolo de lucha contra la violencia de género en Francia. Su decisión de renunciar al anonimato busca desafiar el estigma y poner fin al mito del "violador monstruoso", mostrando que los abusadores suelen ser personas comunes, muchas veces cercanas.
El juicio de Dominique Pelicot no solo expone uno de los casos más atroces de violencia sexual, sino que también obliga a reflexionar sobre las fallas estructurales en la protección de las mujeres y la responsabilidad de la sociedad frente a estos crímenes. Gisèle Pelicot ha transformado su dolor en una llamada urgente a la acción y a la justicia.
Si vos o alguien que conocés necesita ayuda, comunicate con una línea de asistencia para violencia de género en tu país.
Fuente: MC Australia
at redacción Marie Claire
Galería de imágenes
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios