Quienes trabajamos en el área de sexualidad y puntualmente en tratamientos de terapia sexual, trabajamos terapéuticamente con uno de los aspectos mas íntimos de las personas, y es allí donde vemos la cantidad de mitos, mandatos, estereotipos, etc, que nos atraviesan a las personas por el mero hecho de haber crecido en una cultura con mucho sesgo machista y patriarcal.
Es por esto que trabajar en terapia sexual, ya sea con individuos solxs o con parejas, nos hace tener una mirada y estrategia terapéutica amplia y abarcativa, donde corremos el eje del síntoma y la disfunción, para ponerlo en el cambio de paradigma sexual necesario para lograr una sexualidad feminista.
¿De qué hablamos cuando hablamos de sexualidad feminista?
Disfrutemos del sexo tal cual nos guste, sin pensar en lo que “debería ser” y sin exigirnos resultados que se midan en cantidad o calidad de orgasmos. Sepamos que la sexualidad es sumamente amplia, y no empieza en la excitación y termina en la penetración y orgasmo. Hay sexualidad con nosotras mismas, hay sexualidad en besos y abrazos con nuestrx compañerx sexoafectivx. Hay sexualidad en la forma en la que nos hablamos y deseamos.
También sepamos que el consentimiento, a lo largo de todo el encuentro sexual, es fundamental, y para esto debemos tener muchísimo respeto.
Culturalmente aprendimos que no podíamos pedir lo que nos gustaba, también a los hombres les enseñaron que salvo que escucharan un NO explícito, todo el resto significaba que SI.
Hasta hace apenas unos meses, se nos castigó con el hecho de no poder decidir sobre nuestro cuerpo si quedábamos embarazadas y no lo deseábamos. Se nos castigaba cuando teníamos sexo por placer, como si fuéramos solo un objeto en ese encuentro al servicio del otro.
Es fundamental que psicoeduquemos y ayudemos a repensar y replantearnos todos estos mandatos. Y también debemos hacer que los hombres se replanteen estas cuestiones, porque si pensamos en el amplio abanico de relaciones diversas y no heteronormativas, en vínculos sexoafectivos heterosexuales, cambiando el chip mental de solo las mujeres, no logramos nada.
Tenemos que seguir trabajando para levantar la bandera de la defensa de nuestro propio placer, aprender a identificar lo que nos gusta y como nos gusta, aprender a pedirlo asertivamente, hacer valer nuestra palabra y el derecho a ser respetadas. Debemos seguir empoderándonos para lograr la igualdad en este área, así como seguimos luchando por lograrla y sostenerla en otras.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, donde seguimos luchando para conquistar derechos, sigamos con la revolución sexual feminista.
Lic. Laura Müller. Psicóloga sistémica y TCC, terapeuta de parejas y sexóloga. IG @lic.laura.muller
at Lic. Laura Müller
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