El término BDSM se refiere a las practicas consensuadas que involucran la esclavitud y la disciplina, la dominación y la sumisión, y el sadomasoquismo. Cuando hablamos de sexo kinky, nos referimos a aquellas prácticas sexuales que caen fuera de lo convencional, lejos de actos como la conversación romántica, los besos, la penetración, masturbación o sexo oral.
El sexo kinky consiste en la práctica sexual que llevan a cabo las personas libres de prejuicios, que están dispuestos a hacer realidad sus fantasías sexuales y experimentar nuevas sensaciones. La escritora Jillian Keenan explica en su libro “Is Kink a Sexual Orientation?” que se trata de una práctica donde participan los comportamientos que generan una cierta dinámica de poder y adoptan una identidad que transmite esta dinámica.
Esta práctica va mucho más allá del sexo con juguetes o posiciones, ya que se involucran varios elementos. También puede incluir actividades con juguetes un poco dolorosos, pero a diferencia del sadomasoquismo, no se necesita llegar al dolor para experimentar el placer. Pero para disfrutar de este tipo de acto sexual con tu pareja, es necesario tener en cuenta la fantasía sexual, el juego intenso y la comunicación.
Si querés experimentar el sexo kinky en pareja, debes romper las reglas para lograr cierta adrenalina en la cama. Aunque para muchos parece doloroso, el bondage es una de las prácticas más comunes en el sexo kinky y se recomienda hacerlo con cuidado y responsabilidad. No te olvides de usar juguetes sexuales si querés estimular a tu pareja, y muchos optan por hacer juegos de roles que son básicos en esta actividad sexual.
at. Redacción Marie Claire
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