Septiembre es el mes de la salud sexual, y a lo largo de estos días se llevan a cabo diferentes campañas y actividades para educar y concientizar respecto a la importancia de la educación sexual y la sexualidad, como puente a transitar hacia una mejor calidad de vida sexual. Cada 6 de septiembre, se celebra el Día Internacional del Sexo Oral, en relación a la posición indicada en el Kamasutra, para poder dar y recibir placer al mismo tiempo: 6/9.
La salud sexual amerita la posibilidad de tener experiencias sexuales y placenteras seguras, libres de coerción, violencia o discriminación. Distintos estudios aseguran que “el 85% de los adultos incluyen el sexo oral en sus encuentros, ya sea con preludio al coito o como una práctica en sí”. Diferentes asociaciones civiles y profesionales eligieron esta fecha para reivindicar los beneficios de dicha práctica sexual y poner énfasis en los cuidados que se deben tener a la hora de realizarlo.
El sexo oral es una de las prácticas más habituales en las relaciones sexuales y consiste en la estimulación de los genitales, sobre todo, del glande del clítoris, del glande del pene, o del ano, usando la boca, más concretamente la lengua y los labios. De realizar esta práctica, se puede producir mucho placer y mejorar la calidad de un encuentro sexual.
Esta práctica sexual es apta para mentes abiertas, ya que la persona que lo realiza, fisiológicamente no recibe ningún placer, aunque psicológicamente sí. El sexo oral hacia un hombre consiste en estimular toda la zona del glande y del tronco del pene con la estimulación oral. En cambio, el sexo oral hacia una mujer, consiste en la estimulación de la vulva y la zona del clítoris, la más sensible donde se localizan los estímulos sexuales. Es muy importante tener en cuenta el autoconocimiento, para reconocer cómo funciona el propio cuerpo y entender qué es lo que nos gusta y evitar lo que no durante la relación sexual.
Practicar el sexo oral libera distintas hormonas (como el cortisol, la estrona y la oxitocina) que permiten una mejora en el humor. Según el Journal of Reproductive Immunology, ingerir el semen de tu pareja durante el embarazo, siempre y cuando no existan enfermedades contagiosas en una de las partes, disminuye el riesgo de preeclampsia. Además de ayudar a llegar al orgasmo, esta práctica sexual ayuda a relajar el cuerpo, por lo que permite mejorar la calidad del sueño.
Si bien antes de realizar esta práctica se recomienda realizar una consulta médica para evacuar inquietudes personales, expertos aseguran que, para disfrutar de esta experiencia sin riesgos, es recomendable usar preservativo y lavar toda la zona con agua y jabón antiséptico.
At. Redacción Marie Claire
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