Friday 13 de September de 2024

SEXUALIDAD Y VíNCULOS | 22-08-2024 08:02

La triple jornada: qué es y por qué no deberíamos enfrentarla a solas

Una experta en temas de sexología y mujeres nos explica la carga que implica la triple jornada y cómo deberíamos transitarla.

En el contexto de una sociedad patriarcal, las mujeres han sido tradicionalmente relegadas a roles domésticos, responsables de la crianza y del cuidado del hogar. Sin embargo, con la incursión de la mujer en el mundo laboral, se generó un fenómeno conocido como la "triple jornada", donde las mujeres no solo tienen un trabajo remunerado, sino que también siguen siendo las principales responsables del trabajo doméstico y de cuidados, sin que esto conlleve una redistribución justa en los hogares.

Veamos entonces cuales son estas tres jornadas:

1)      El trabajo remunerado

Para muchas mujeres, el trabajo remunerado no es solo una fuente de ingresos, sino también una forma de realización personal y profesional. No obstante, la inserción en el mercado laboral suele estar plagada de obstáculos. Posiblemente conozcas términos como brecha salarial de género, la discriminación y la falta de políticas de conciliación adecuadas, techo de cristal. Pero incluso cuando logramos superar estas barreras, el hecho de tener un empleo formal y remunerado, pareciera que no nos exime a las mujeres de las responsabilidades del hogar.

2)       Las tareas domésticas

A pesar de los avances hacia la igualdad de género, en la mayoría de los hogares sigue existiendo una distribución desigual de las tareas domésticas. Las investigaciones dicen que las mujeres dedicamos el doble del tiempo a las tareas hogareñas, que lo que dedican los hombres. Las mujeres, después de cumplir con sus responsabilidades laborales, volvemos a casa para enfrentarnos a una segunda jornada, que incluye cocinar, limpiar, y encargarse de todas esas tareas que suelen ser invisibilizadas pero que son esenciales para el funcionamiento del hogar. En casos en los que haya empleada doméstica, la gran mayoría del pensar, estar atentx, planificar, etc, también depende de las mujeres (la famosa carga mental).

3)      El cuidado de hijxs

Solemos escuchar que la maternidad es una de las experiencias más gratificantes para muchas mujeres, pero también es una de las más demandantes. La crianza de lxs hijxs implica una inversión emocional, física y temporal que, en muchas ocasiones, recae de manera casi exclusiva en las madres. A esta jornada se le suman las responsabilidades de ser presente emocionalmente, asistir a las actividades escolares, y estar atentas a las necesidades emocionales y de desarrollo de los pequeños y pequeñas.

Entonces, ¿cuáles serían las consecuencias de esta triple jornada?

El resultado de esta triple jornada es un agotamiento crónico que afecta la salud física y mental de las mujeres. Nos encontramos constantemente corriendo de un lado a otro, tratando de cumplir con las expectativas laborales, domésticas y maternales. Este agotamiento no es solo personal; es un reflejo de una sociedad que todavía no ha logrado desprenderse del machismo estructural que delega en las mujeres el peso de la responsabilidad familiar y del cuidado.

Además, esta carga desproporcionada tiene efectos sobre nuestras carreras profesionales. Muchas mujeres se ven obligadas a aceptar trabajos a tiempo parcial o menos demandantes para poder equilibrar sus responsabilidades, lo que perpetúa la brecha salarial y limita las oportunidades de crecimiento profesional.

La necesidad de un cambio colectivo

La triple jornada es un reflejo de las desigualdades persistentes en nuestra sociedad. No es solo un asunto de organización del tiempo o de habilidades multitarea, sino una manifestación de la inequidad de género que sigue afectando a las mujeres. Para avanzar hacia una verdadera igualdad, es crucial replantear los roles de género y fomentar la corresponsabilidad en el hogar. Las tareas domésticas y el cuidado de los hijos deben ser compartidos de manera equitativa entre todos los miembros de la familia, independientemente de su género.

Después de todo, no hay nada biológicamente predeterminado para que nosotras seamos mejores haciendo todo esto, simplemente lo hacemos, y muchísimas veces no nos gusta hacerlo.

Además, es fundamental que las políticas públicas y las empresas reconozcan y apoyen la realidad de las mujeres trabajadoras. Es necesario crear entornos laborales que ofrezcan flexibilidad, apoyo en la crianza y, sobre todo, un compromiso real con la igualdad de género. Solo así podremos aliviar la carga de la triple jornada y avanzar hacia una sociedad donde las mujeres no tengan que sacrificar su bienestar personal para cumplir con expectativas imposibles.

 

Laura Müller

Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género

Terapia sistémica y TCC

at Laura Müller

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