Lamentablemente la infidelidad pasó a ser algo muy común en las relaciones. Incluso, aunque a veces probemos nuevas formas de vincularnos, por ejemplo, abrir la pareja, uno de los involucrados puede romper con las reglas impuestas y engañarnos.
El daño que esta especie de traición trae a nivel psicológico puede ser muy fuerte y con ello boicotear tus vínculos a futuro. Es importante primero tener en cuenta que no debemos generalizar. Aunque el popular dicho diga “de los cuernos y de la muerte nadie se salva”, seguramente haya personas por ahí con ganas de ser fieles y no traspasar los límites.
Las consecuencias emocionales de una infidelidad
Demás está aclarar que cada pareja es un mundo y que cada una de ellas vive su relación como así los establezcan las partes. Algo similar pasa luego de un engaño, cada persona lo vive como puede.
No obstante, y según explican los expertos en salud mental, luego de que nos son infieles suelen repetirse ciertos patrones a nivel psicológico. Así, muchas veces las víctimas de un engaño amoroso pueden desarrollar cambios en el estado de ánimo, bloqueos mentales, hipervigilancia, celos, pérdida del autoestima, pesadillas, o pensamientos intrusivos, entre muchas otras. Lo que es más, las cosas pueden complicarse aún más y la persona puede sufrir un trauma o padecer estrés post traumático.
Son muchos los afectados en una infidelidad
A partir de algunas investigaciones realizadas por profesionales en la materia, se puede afirmar que no solo la persona engañada sufre. Una infidelidad también trae consecuencias negativas para el infiel, y para las familias y amigos de los involucrados.
Rosie Shrout, profesora de la Universidad de Nevada, explica: “las personas que son infieles experimentan un fuerte estrés emocional y psicológico después de la infidelidad”. Esto puede llevar a la persona a desarrollar conductas que ponen en riesgo su salud, como tener relaciones sexuales sin protección, consumir drogas, abusar del alcohol, comer compulsivamente, o lo opuesto, dejar de comer.
Puede traer consecuencias en nuestra manera de relacionarnos
La persona que fue engañada, generalmente, comienza a desconfiar y a tener miedo de volver a caer en una situación parecida. No quiere que le vuelvan a romper el corazón, y para protegerse puede empezar a cerrarse o incluso a rehusarse a conocer a alguien. En algunos casos, la víctima de la infidelidad se convierte en alguien celoso e inseguro, con dificultad para entablar nuevas relaciones.
Superar un engaño amoroso es difícil, no vamos a mentir. Pero es posible. Es importante que trabajemos en nuestra autoestima y que volvamos a creer en nosotras mismas, así como también en la idea de que no todos son infieles. No debemos hacer generalizaciones, haber sufrido una vez, no significa que siempre nos va a ocurrir los mismo. Si el dolor es muy fuerte y nos volvemos conscientes de nuestra dificultad para volver a vincularnos, podemos recurrir a un profesional que nos ayudará a transitar este camino para salir más fuertes.
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