Thursday 25 de April de 2024

PERSONAJES | 10-03-2020 13:20

Miranda Johansen: “A las mujeres nos han cagado muchísimo en el rock”

A sus 22 años, la hija mayor de Kevin Johansen se presentará en el próximo festival Lollapalooza. Sobre su música, su relación con Nueva York, la herencia artística y sus colegas en el rock habla en esta nota.

El calendario marcaba 19 de julio de 1997 y en medio de una calurosísima Nueva York, los jóvenes Kevin Johansen (músico) y Mariana León (bailarina) anotaban orgullosos el nombre de su primogénita: Miranda.

“Al toque de eso, se dieron cuenta que a esa nena había que darle de comer y emprendieron la vuelta a Buenos Aires”, bromea hoy esa cantante, música y también bailarina (así como también cineasta) Miranda Johansen  que en breve presentará los temas de su primer disco Fata Morgana en un marco muy especial: el festival Lollapalooza (abrirá a las 12.15 del domingo 29 el escenario Alternative). “Soy consciente de la inmensidad de un festival así, y por tanto lo primero que me sale es vivirlo como lo que es, una inmensa oportunidad. Y si lo pienso un poco más, solo le encuentro felicidad. A mí subirme a un escenario me gusta en cualquier forma, estado y contexto…”, asegura.

-¿No asoman ni un poco los nervios?

-Puede ser, pero en todo caso son nervios lindos, esos que tengo siempre que voy a salir a cantar y a generar un diálogo con el público… Siempre lo vivo así. Es más entusiasmo que inquietud.

-¿Creés que determinado tipo de música se ajusta mejor a un festival como el Lollapalooza?

-No, realmente siento que hay música para todos los estados. Y justamente por eso se me vuelve tan difícil atarme a un solo género, a una sola forma de música. Me siento en constante cambio, movimiento, y expansión. Y me parece que lo mejor que puedo hacer es seguir abierta a todas esas posibilidades…

Miranda Johansen
Su mamá es bailarina y su papá, un músico "de-generado" como ella.

-¿Cómo definís lo que haces?

-Es que no puedo hacerlo, de veras. Estoy en un momento de mucha búsqueda de lo que soy, de lo que creo que quiero ser... Es una identidad mutante.

-La senda “de-generada” de tu padre...

-Sí, totalmente. Si bien creo que hacemos músicas diferentes, es indudable que hay algo ahí implantado en mi cabeza desde hace mucho tiempo.

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-No fue para vos un tema despegarte o no de tu padre…

-No, creo que con hay una herencia palpable, y la verdad es que nunca me la cuestioné, al contrario, la abracé a pleno. Fue algo que estuvo ahí desde muy chica y lo tomé a pleno. Hoy en día soy una persona obsesionada con la música, siempre estoy escuchando algo, buscando algo para escuchar… Es así, la música es mi compañía principal y si no está, la invento.

-Tu disco, en algún punto, es un homenaje a esa “herencia palpable”. Está inspirado en un libro de poemas de tu abuela, la profesora de inglés, lengua y filosofía, Marta Gloria Calvet…

-Totalmente. Para mí fue muy encontrar ese libro que terminó por muchas razones y porque además terminó siendo eso, una puerta para adentrarme en mi mundo y mi música. Me ayudó a hacerme cargo de mí misa... En un momento tuve la idea es hacer canciones sobre los poemas que estaban ahí, pero enseguida me di cuenta de que tenía que dejar de hacerme la boluda con mis propias creaciones, las que tenía escritas y las que tenía por escribir.  

Fue un gran disparador. Fata Morgana enseguida me generó muchas cosas, ya el propio nombre tiene una musicalidad que me encanta. Y el sentido también, en la primera página de su libro mi abuela escribió: “esta es mi Fata Morgana, mi espejismo sobre estos mares y pampas”.

-¿Nunca sufriste el estigma de ser “hija de”?

-No, te juro que no. Muchas veces me lo han preguntado pero te aseguro que jamás fue un tema para mí. Un par de veces hasta me preguntaron por qué me ponía Johansen como mi papá. ¡Es mi apellido! (ríe). Creo que mi viejo siempre fue muy piola en ese sentido, primero porque nunca lo vi como una persona famosa, y segundo porque dejó que todo fluyera de forma natural y hasta lúdica. Me crié en medio de gente que bailaba, tocaba instrumentos, cantaba y pintaba pero jamás lo sentí un mandato.

Miranda Johansen
Su primer disco se titula como el libro de poemas de su abuela que encontró casi por azar: Fata Morgana. 

-¿Volviste a Nueva York en todo este tiempo?

-Sí, muchas veces, me encanta esa ciudad, aunque me siento más argentina que nadie. Soy la yankee más chanta de todas… (ríe).

-¿No tenés la nacionalidad estadounidense?

-Sí, y hace poco me saqué la argentina también. Fue después de que ganó Macri las elecciones. Espantada, me dije: tengo que tener mi DNI y votar en mi país.

-Por último, ¿qué opinás sobre el famoso cupo femenino en festivales de música?

-Me molesta que se trate de una especie de concesión, como si desde arriba nos diesen caramelitos para comer. Siento que la presencia equitativa de mujeres en cualquier festival debería ser algo completamente natural, pero lo cierto es que no es fácil de conseguir.

El estereotipo del músico rockero es muy jodido, a la mujer la han cagado y menospreciado muchísimo en el mundo del rock. Todavía hoy no es fácil ser mina y estar arriba de un escenario.

En seguida empiezan los cuestionamientos, las directivas... Falta un montón y es por eso que tiene que haber un cupo, para que la cosa arranque. Insisto, me molesta que no se produzca de manera natural, sobre porque hay muchas mujeres increíbles en la música. Muchísimas.-

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