Friday 19 de April de 2024

PERSONAJES | 27-09-2021 17:02

La increíble historia de vida María Rosa, una cantante uruguaya para descubrir

Hija de un pastor religioso, llegó a Buenos Aires haciendo dedo y durmiendo en camiones. Pasó por el primer Operación Triunfo y hoy presenta su álbum debut: “Abre María”. Sobre todo eso hablamos con ella.

María Rosa, uruguaya e hija de un pastor de Iglesia, descubrió a temprana edad que quería dedicarse a la música. El camino no fue fácil y es hasta digno de una película. Sobre ello, su arte y su flamante disco “Abre María” nos habló en una charla vía Zoom y a corazón abierto.

-Tenés una historia particular, de hecho de adolescente cruzaste la frontera entre Uruguay y Argentina escondida en un camión. ¿Cómo fue eso?

-Una locura que hoy uno no se podría ni imaginar porque son otros tiempos. Pero con la foto del camión en mi álbum lo que intenté hacer fue dejar registro de lo que me pasó. El camión fue mi segunda casa, iba y venía a dedo todo el tiempo, me he ido hasta Brasil incluso.

Me gustó la idea de desmitificar la figura del camionero porque la realidad es que ellos son verdaderos laburantes, la mayoría tiene familia y no se quiere meter en problemas sino hacer bien su trabajo.

Cuando llegó el momento de hacer las fotos para el disco (NDR: a cargo de Nora Lezano), llamé a una empresa de camiones y les conté cómo fue mi adolescencia y quería que se sepa que el camión fue una parte muy importante de mi vida. Si el camionero no me cruzaba, no lo lograba. 

Una de las canciones del álbum se llama “Gloria” y habla de eso, me fui a la ruta a grabar el sonido de los camiones pasando.

-¿Tus padres sabían que ibas a cruzar la frontera haciendo dedo?

-Mi padre sí. Él sabía que yo en Montevideo había hecho todo. A los 14 años fui corista del gran músico Claudio Taddei que había hecho un feat con Rubén Rada y fue un éxito. De golpe me quedó chico Montevideo porque había recorrido todo, incluso en televisión y en cine.

Yo tenía claro que quería irme a Buenos Aires y crecer más. Si no era en camión no llegaba, porque no tenía plata y mi viejo tampoco porque éramos siete hermanos. Él era pastor y me dijo: “Vaya. Tengo fe, voy a orar y le va a ir bien porque confío en usted”. Frente a la ausencia de mi madre y el aval de mi padre, irme me dio alas.

-¿Cómo fue esa llegada a Buenos Aires?

-No tenía donde dormir. Iba y venía en los camiones para no tener que hacerlo en la calle. Esa experiencia me llevó a ver qué podía hacer para sobrevivir. Comencé a comprar libros por la Avenida Corrientes, de Julio Cortázar, Eduardo Galeano, a buen precio y armaba paquetitos de cinco libros distintos y salía a venderlos, muy bien vestida, puerta por puerta.

Los vendía a 10 pesos, que en esa época era bastante. Con eso de a poquito iba pagando el hotel donde me quedaba y ahí pude ir creciendo de a poco. Nunca me creí menos que nadie por no tener donde dormir o no tener para comer.

-¿Qué tal fue tu experiencia en Operación Triunfo Argentina?

-¡No existían las redes sociales en ese momento! Fue algo masivo, hemos llenado estadios. Paralelamente a eso, no fue sano mentalmente para nadie estar encerrado bajo presión en una casa. No éramos Gran Hermano, pero estábamos en una academia de música todo el día.

Fue insano estar incomunicado, en las galas no nos dejaban saludar a la gente. Fue mucha presión y eso me angustiaba.

Yo tenía 19 años en ese entonces, cumplí 20 ahí encerrada, no me conocía nadie y de repente mi primera salida fue ir de programa en programa de televisión, fue agotador. Una vez llorando le dije al productor que necesitaba salir a la calle, que me estaba afectando, habían pasado como 4 meses que no veía a nadie. Necesitaba al menos salir a comer afuera así que me terminó llevando a un bar en Santa Fe y Callao.

De repente estaba todo el vidrio de afuera lleno de gente con carteles, querían entrar porque eran fans míos. ¡Yo no entendía nada! Al mismo tiempo no me la creí, más que agradecerle a la gente su apoyo. La realidad es que tampoco la paga era buena.

En un momento le exigí a Telefé que me pague un poco más porque no tenía ropa para hacer todas las presencias que se me pedían. Tengo los comprobantes de los pagos y si te los muestro te reís.

Por otro lado, gracias a Operación Triunfo nunca más hice otra cosa que no fuera trabajar de música. Muchas veces remándola donde sea, pero de ahí en más yo pude pegar ese saltito. Pero bueno…Fue una explotación, eso hay que decirlo y es la verdad.

Hubo momentos que no la pasé bien, hubo diferencias y eso para alguien joven es bravo. Tuve que reconstruir mi seguridad porque me la destruyeron. A la vez me dieron un piso que nadie me lo dio, así que siento gratitud y un camino de sorpresas en donde me conocían en otros países por ese programa. ¡Una locura! También gracias a eso me puse a estudiar música profesionalmente. Una cosa no quitó la otra.

-Compartiste escenario con artistas como Sandra Mihanovich, Rubén Rada, Natalia Oreiro, Javier Malosetti y David Bisbal, entre otros, ¿qué tal fueron esas experiencias?

-Me he sentido colega con cada persona con la que me tocó trabajar y al mismo tiempo me emociona y me siento agradecida. Con Natalia Oreiro tuve una hermosísima experiencia en Rusia, fuimos varias veces. Hemos tocado en lugares increíbles, parado en hoteles también muy imponentes. Ella es un amor, realmente.

-¿Sentís que “Abre María” te representa como artistas solista? ¿Cómo fue ese proceso?

-Venía de sacar sencillos y EPs, pero no lograba que me representara porque soy muy exigente. Yo tenía que verme en el espejo musical porque después lo tenía que sostener en un escenario. “Abre María” es muy importante para mí porque no es el primer disco que hago, pero sí el primero que dejo que vea la luz.

Me metí mucho con mi historia, la tapa es como un afiche de película en donde está la ruta y el camión, quise contarlo de esa manera porque me representa.

-¿Qué se siente haber trabajado el álbum en plena pandemia?

-Eso fue maravilloso, porque cuando todo el mundo estaba entrando en crisis yo lo tomé como que era el momento de hacerlo. Soy madre, trabajo mucho y pensé que ya no tenía excusas de producirme. Claro que hicieron falta un montón de cosas para llegar al producto final.

Ave Fénix entró en mi camino, que es la productora ejecutiva, y me apoyó un montón en todo sentido. Creyeron en mí y tuvieron mucha fe en el proyecto. Fue un momento en el cual todo el mundo estaba retirando la inversión y apareció Ave Fénix… No es casual ese nombre tampoco.

Allí decidí buscar compañeros de fórmula musical para poder producir y que me acompañen, Juan Belvis y Luciano Vitale. Así sucedió la magia, en plena crisis mundial, con mis hijas dentro de casa. Fue muy intenso, al igual que el disco.

-¿Cómo sigue tu 2021?

-Estoy sorprendida porque han hablado de “Abre María” en Japón y en Rusia. En más de 44 países lo han escuchado apenas salió, según el radar de mi Spotify. ¿Cómo llegó mi música a esos lugares? No lo sé. Al mismo tiempo tengo artistas invitados de lujo como Hugo Fattoruso, Julieta Rada, Léo Amuedo, que son muy queridos por el mundo.

Se me fue de las manos el álbum y vale la pena que la gente lo disfrute porque costó mucho trabajo. ¡Me espera tocarlo en vivo! Estoy buscando ámbitos más íntimos para hacerlo. Así que estén atentos a mis redes sociales.

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