El documental de Alanis Morissette, entre la polémica y el acierto

Editado en 1995, Jagged Litttle Pill fue el disco presentación de Alanis Morissette en todo el mundo. Si bien ya había sacado otros dos en su tierra natal, Canadá, con ese álbum que contenía temazos como You oughta know, Ironic, You learn y Hand in my pocket (entre otros), conquistó no sólo toda América sino gran parte del globo.

A 25 años de entonces, y en plena pandemia, la cantante decidió que el aniversario había que festejarlo. Y lo hizo a su manera, con nuevo álbum, Such pretty forks, un libro de memorias (que aún no vio la luz), una gira temática (que se hará finalmente en 2022) y un proyecto al que le había dado el visto bueno desde el vamos: un documental que girara en torno a la producción de aquel icónico álbum.

Titulado Jagged, el film sería dirigido por Alison Klayman, una joven periodista y documentalista con varios celebrados títulos en su haber (en especial dos: uno sobre el artista y activista chino Ai Weiwei y otro sobre los problemas de la automedicación de estimulantes, tipo Adderall).

Todo parecía marchar perfecto, pero…

Las críticas de Alanis

A horas de su estreno mundial, nada menos que en el Festival Internacional de Cine de Toronto, en septiembre de este año, la cantante pateó el tablero. No solo decidió no ir a la premiere de la película, sino que enseguida hizo públicas sus diferencias con ella.

“Acepté participar en un proyecto que inicialmente era sobre la celebración de los 25 años de Jagged Little Pill. Terminé siendo entrevistada en un momento vulnerable de mi vida, confinada, y en medio de mi tercera depresión posparto”, contó en sus redes sociales la cantante y madre de tres hijos. Luego completó en un duro comunicado:

“Me dejé llevar por una falsa sensación de seguridad, pero su espíritu falaz se hizo evidente apenas vi el primer corte de la película. Fue entonces cuando supe que lamentablemente nuestras visiones divergían bastante", agregó.

Jagged y las polémicas

Disponible ahora en HBO Max, la película sorprende porque justamente cuenta con  Alanis como principal voz y motor de la narración. Ella es quien recuerda todo lo que rodeó la creación de esa verdadera obra maestra e ícono musical de los 90.

Pensado más como testimonio de una época, el documental dedica bastante tiempo a revisar los inicios de Alanis (cuando muchos esperaban que fuera una nueva princesa del pop), la escena musical de aquel entonces (dominada por el rock alternativo y el grunge) y su vehemente irrupción en ella. También toca temas como el machismo de la industria y lo que significó para muchas mujeres la aparición de una voz cruda y descarnada como la de Alanis.

Bastante escueto y compacto (dura exacta hora y media), adolece quizá de cierta falta de profundidad en los temas más espinosos y delicados: los trastornos alimenticios de la cantante, los hábitos "festivos" de su banda y la hiper sexualización (¿y abusos?) que vivió apenas comenzó su camino en la música.

Quizá ahí, en esa suerte de “mención al pasar”, casi como para tickear el slot de “revelaciones picantes”, esté parte de la explicación del desencuentro entre la directora y Alanis. Lo más probable es que no lo sepamos nunca, para empezar porque la cantante jamás volvió a hablar del tema y la propia promoción del filme fue entre modesta y nula (dos pequeñas curiosidades: el sitio de prensa de HBO no tiene fotos del film y su estreno no fue comunicado por la oficina de prensa en Argentina).