La vestimenta de luto ha formado parte de la cultura real europea durante siglos, pero tomó mayor importancia en el siglo XIX con la influencia de la reina Victoria, que marcó a la sociedad lo que se debía usar en esa situación. Ella tenía tan solo 42 años cuando perdió a su amado esposo, el Príncipe Alberto, en 1861, y pasó el resto de su vida (casi 40 años) de color negro en honor al difunto monarca.
El color negro en vestidos, medias y zapatos de las mujeres fue sumado por un accesorio en particular, las perlas. Las mismas no solo son utilizadas por la Familia Real británica, sino que muchas otras casas monárquicas también las utilizan como accesorio de excelencia en aros, pulseras y collares. ¿Por qué las perlas?
Usar perlas en ocasiones oficiales durante el período de duelo para la familia, es una tradición que se remonta al reinado de la reina Victoria (1819-1901). Su uso se debe ya que, al estar de luto, se requiere estar de manera discreta, respetuosa y justamente estas gemas no se consideran brillantes ni ostentosas.
Sí nos remontamos a la historia y la influencia de las perlas en las distintas culturas, los griegos creían que se formaban con las lágrimas de los dioses. Por otra parte, en la cultura hindú, las mismas se asociaban a la luna y simbolizaban la sabiduría y la pureza. En la tradición china, se colocaba una perla en la boca de un muerto como protección, para facilitar su viaje al más allá.
Durante el Renacimiento, dada su rareza y alto valor, estas joyas del mar se asociaron con la riqueza y el alto rango social. Para la Reina Isabel I, deseosa de proyectar su imagen de reina virgen, las perlas representaban la pureza y la castidad, además de ser un código visual que transmitía su extrema riqueza y poder. No fue hasta el periodo de la reina Victoria que estas fueron asociadas fuertemente con el luto.
Esto demuestra que las mismas son vistas como un símbolo de elegancia y que la gente puede identificarse con ellas sea cual sea su origen, dando así una imagen de sabiduría y discreción. Por ejemplo, cuando asumió la vicepresidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris, el collar de perlas era su accesorio por excelencia y lo utilizó con un doble mensaje. El mismo representaba a su hermandad “Alpha Kappa Alpha” y esto llevó a que llamen a sus fundadoras “Las veinte perlas”. Esa unión que las caracterizó se trasladó a todas las jóvenes del mundo que decidieron compartir fotos de ellas con collares de perlas sintiéndose representadas por una mujer como Harris en los altos sitios del poder. Crearon una hermandad en donde todas las mujeres que utilizaban este tipo de collares se potenciaban.
A lo largo de estos días, hemos visto utilizar las joyas como herramienta de comunicación, brindando un mensaje o simplemente un homenaje a la difunta monarca. La Princesa de Gales, Kate Middleton utilizó en la ceremonia religiosa en Westminster Hall, un broche que pertenecía a la reina Isabel II que lució en su cumpleaños en 1999 durante su gira por Corea del Sur y luego se lo obsequió a la princesa. Este está formado por un trío de perlas de gran tamaño engarzadas en el centro de una hoja. Esto lo combinó con los aretes de perlas y diamantes de Diana, Princesa de Gales.
Posteriormente, en el funeral de Estado volvió a lucirse ya que llevó los pendientes de perlas de Bahrein de la Reina, elaborados a partir del juego de siete ejemplares que la entonces princesa Isabel recibió de Hakim de Bahrein como regalo nupcial en 1947. Además, lució la increíble gargantilla de cuatro hilos de perlas y diamantes que fue encargada por la Reina a Garrard, a partir de un obsequio del gobierno japonés en los años 70. Es el mismo collar que en 1982, utilizó la princesa Diana para que lo utilizara en la cena de Estado en honor a la reina Beatriz de Holanda.
La duquesa de Sussex, Meghan Markle utilizó en todas las ceremonias unos aretes de estas joyas del mar, también obsequio de la reina. A su vez Camilla Parker Bowles (la reina consorte de Reino Unido), la reina de Holanda, la reina de Dinamarca y tantas otras mujeres de las distintas casas reales, llevaron este accesorio con excelencia y elegancia.
Si bien, fuera de un funeral de Estado, en muchos países la utilización del riguroso negro y perlas en ceremonias de luto ya está cayendo en desuso, aquel accesorio redondo no deja de ser un símbolo de la sofisticación y discreción absoluta. Hoy es utilizado en infinitas ocasiones diarias, profesionales o personales, por muchísimas mujeres a lo largo del mundo y en combinación inclusive con otras joyas, lo que nos muestra que es posible la fusión de lo tradicional con lo moderno.
Este tipo de accesorios fue desde sus inicios una herramienta de comunicación y nos lleva a pensar hoy, cuándo, cómo comenzaron y en qué se convirtieron hoy en día.
Fuente: Taina Laurino, especialista en protocolo internacional e imagen pública y política.
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