La llegada al mundo de Elizabeth Alexandra Mary Windsor, hace 96 años, no fue la de una futura reina. Sin embargo, el destino la acomodó en el trono del Reino Unido como Isabel II por siete décadas, convirtiéndose en la monarca más longeva de la historia de la corona. Su estabilidad y adecuación a los tiempos, hacen de ella una soberana excepcional. A la altura de las circunstancias están las celebraciones por su Jubileo de Platino, entre las que se destaca una tríada de exhibiciones en homenaje a la Ascensión, la Coronación y los Jubileos, emplazadas en los palacios de Buckingham, Windsor y Holyroodhouse respectivamente. Retratos, indumentos, joyas y objetos componen un guión curatorial digno de la realeza.
Historia real
Cuando el tío de la Reina, Eduardo VIII, abdicó al trono para casarse con la socialité estadounidense Wallis Simpson en 1936, Elizabeth tenía diez años. De pronto, su padre Jorge VI tomó el mando del reinado y la vida de la familia dio un giro determinante. Dieciséis años más tarde, otra sorpresa, la muerte del rey, aceleró la ascensión al trono de una royal recién casada que aspiraba a dedicarse a sus hijos, Carlos (4 años) y Ana (2), antes de asumir sus deberes reales. Cambio de planes. Sin más preparación, la joven se convirtió en Isabel II con el contrapoder parlamentario del legendario Winston Churchill como primer ministro. Según la historiadora Kate Williams, éste rompió en llanto al enterarse que tendría que responder a la hija de Jorge VI: “Es sólo una niña”, habría dicho. “No sabe cómo llevar adelante un país”.
Tildada de inexperta y naïf por los diplomáticos a su alrededor, Isabel II juró su compromiso vitalicio al pueblo del Reino Unido y los Reinos de la Commonwealth. Postura inflexible, con la que lideró sus territorios durante los años más revolucionarios del siglo XX y el nuevo milenio. Primera monarca británica en celebrar un Jubileo de Platino, este año protagoniza tres muestras que remiten a momentos significativos de su reinado: The Queen’s Accession (la Ascensión), The Queen’s Coronation (la Coronación) y Platinum Jubilee Display (los Jubileos).
Paseo por las exhibiciones
Cada verano boreal, los salones del Palacio de Buckingham (Londres) abren al público. Este año, el emblema albergará la primera de las exhibiciones, en honor a la Ascensión de la Reina. Desde el 22/7 hasta el 2/10, se expondrán retratos oficiales tomados por Dorothy Wilding, junto con piezas de joyería. La primera sesión de fotos con Wilding, retratista de la familia real desde 1929, se realizó veinte días después de la ascensión en febrero de 1952. Hubo una segunda sesión a los dos meses, resultando en un total de 59 imágenes con vestidos diseñados por el couturier Sir Norman Hartnell, y alhajas históricas como la corona Diamond Diadem. Los retratos se utilizaron desde 1953 hasta 1971 en estampas postales, y se colgaron en embajadas británicas de todo el mundo.
La Diamond Diadem, en exposición, data de principios del siglo XIX. Fue confeccionada para la coronación de Jorge IV en 1821, y reúne 1.333 diamantes talla brillante. El diseño presenta una banda con dos hileras de perlas a los laterales de una central de diamantes, y en la parte superior, diamantes dispuestos en forma de rosa, cardo y dos tréboles; emblemas nacionales de Inglaterra, Escocia e Irlanda. La pieza fue heredada en 1873 por la Reina Victoria, quien la lució en múltiples eventos y retratos. Luego pasó a manos de Alejandra de Dinamarca, María de Teck, Isabel la Reina Madre, antes de llegar a Isabel II, quien la lució el día de su coronación y para todas las ceremonias de apertura del Parlamento desde entonces.
Otra joya en exhibición, el collar Delhi Durbar con colgante Cullinan VII, reúne nueve esmeraldas que pertenecían a la abuela de María de Teck, junto con un corte colgante de diamante de 8,8 quilates del Cullinan: el diamante más grande jamás encontrado. María de Teck lo lució para la asamblea Delhi Durbar en India, en 1911, e Isabel II lo llevó en la última sesión de fotos con Wilding, en 1956, antes de que la fotógrafa se jubilara.
En el Castillo de Windsor (Berkshire) se desplegará entre el 7/7 y el 26/9 la muestra dedicada a la Coronación. Allí podrán apreciarse el vestido y la túnica lucidos durante el acto de la Abadía de Westminster en junio de 1953. Creado por Hartnell, el vestido presume del más sofisticado raso duquesa, ornamentado tipo celosía con un esquema iconográfico alusivo a las flores nacionales del Reino Unido y la Mancomunidad.
¿Materiales? Hilos de oro y plata más sedas pastel, con incrustaciones de perlas, lentejuelas y cristales. Por su parte, la túnica de la herencia real, confeccionada por Ede and Ravenscroft, cuenta con terciopelo de seda violeta de Warner & Sons y bordado dorado de la Royal School of Needlework. El diseño de éste presenta espigas de trigo y ramas de oliva, simbolizando la paz y la prosperidad, alrededor del monograma Real EIIR coronado. En él trabajaron 12 bordadoras con 18 tipos de hilos de oro, y llevó más de 3.500 horas. Se sumará a la exhibición una serie de broches, entre ellos el de Hoja de Arce Canadiense (William Drummond & Co., 1939) y el de Zarzo Dorado Australiano (Asprey & Co., 1954), dando cuenta de la afición de la Reina por lucir emblemas regionales de los territorios.
Por último, la exhibición Platinum Jubilee Display abrirá sus puertas entre el 3/7 y el 25/9 en el Palacio de Holyroodhouse (Edimburgo). Se trata de un homenaje a los Jubileos de Plata, Oro y Diamante, celebrados en los años 1977, 2002 y 2012. Las piezas más destacadas son el vestido, el abrigo, la estola y el sombrero lucidos por la Reina en la Catedral de San Pablo para celebrar sus 25 años en el trono, el 7 de junio del 77. Obra del couturier real Sir Hardy Amies, los indumentos están realizados en crepé de seda rosa y gasa, mientras el sombrero, by Frederick Fox, presenta flores de seda. Llevado para la misma ocasión, pero en 2002, se suma el conjunto en crepé de seda y sinamay ideado por la asesora de vestuario de Isabel II, Angela Kelly. Éste consta de un vestido turquesa pálido y un abrigo bordado con flores plateadas, más sombrero a tono.
Como broches finales de la muestra, se presentarán la llave ceremonial del Palacio de Holyroodhouse (c. 1820-60), entregada cada verano a Su Majestad al comienzo de la Semana Real en el palacio; y la lámpara modelo Davy (c. 1957-58), presentada a la Reina en la inauguración de la mina Rothes Colliery allá por el 58.
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