Dos semanas antes de declararse el estado de emergencia, volé de Londres a Sri Lanka para la boda de mi amigo y disfruté de un romance épico de vacaciones con un australiano de Melbourne.
Volver a mi casa y a la realidad después de eso fue una lucha seria, por lo que decidí recluirme en algo que tenía bien a mano: la famosa aplicación de citas y concerté una al norte de la ciudad.
En ese momento, el coronavirus comenzaba a expandirse por todo el Reino Unido, pero como el gobierno no había desaconsejado la socialización, decidimos mantener la fecha y la hora.
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En el metro me sentí juzgada: era viernes por la noche y yo era la única mujer que usaba maquillaje. La cita fue fallida. Pero para no desanimarme, decidí actualizar mi perfil. Nada sucedió, pasé la noche desinfectándome y en estricto aislamiento social.
Es decir, sola y en mi casa. Si la situación no fuera tan grave, podría hasta reírme de esto como un complot universal para mantenerme soltera para siempre.
¿Conclusión? Recomiendo descargar Houseparty, la mejor aplicación para hacer video chat con tus amigos. Otra distracción es el placer propio.
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Las ventas de juguetes sexuales se han disparado a medida que las personas se autoaislan del coronavirus. Tal vez estoy destinada a estar con el australiano después de todo.
Por ahora, no puedo besar ni pasar tiempo de calidad con nadie en Londres. Pero la búsqueda del amor nunca se detiene. Podría encontrar a alguien para escribirnos cartas de amor.
O que me envíe paquetes de cuidado personal con desinfectante de manos. Solo una idea.
at Redacción Marie Claire
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