Pistacho lover: historia, tendencia viral y los mejores lugares para probarlo

El pistacho no es una moda pasajera. Su historia se remonta a más de 9.000 años en Medio Oriente, donde se cree que comenzó a cultivarse en lo que hoy es Irán, Turquía y Siria. Era un alimento valorado en la antigüedad no solo por su sabor, sino también por su capacidad de conservarse durante largos períodos de tiempo.

Los persas lo consideraban un manjar reservado para la realeza, mientras que los romanos lo llevaron a Europa en el siglo I d.C. Gracias a su resistencia a climas áridos, el pistacho se adaptó a distintas regiones y se convirtió en un cultivo fundamental en países como Grecia, Italia y España.

En el siglo XIX, los inmigrantes del Medio Oriente introdujeron el pistacho en Estados Unidos, donde con el tiempo se convirtió en un producto clave, especialmente en California, que hoy es uno de los principales productores mundiales.

 

 

El pistacho en la gastronomía actual: de lo tradicional a lo innovador

Hoy, el pistacho es mucho más que un simple fruto seco. Su versatilidad lo ha convertido en un ingrediente de moda en la alta gastronomía y en la cocina cotidiana. ¿Las razones de su éxito? Su equilibrio entre dulzura y salinidad, su textura cremosa cuando se procesa y su capacidad para realzar otros sabores.

¿Por qué el pistacho es un superalimento?

Más allá de su sabor y estética, el pistacho también ha ganado protagonismo por sus beneficios nutricionales:

• Es una excelente fuente de proteínas y grasas saludables, ideal para dietas equilibradas.
• Contiene antioxidantes y vitaminas B6 y E, que ayudan a la salud de la piel y el sistema inmunológico.
• Tiene un bajo índice glucémico, lo que lo convierte en una opción ideal para personas con diabetes o que buscan mantener niveles de azúcar estables.
• Se lo asocia con la salud cardiovascular, ya que contribuye a reducir el colesterol malo (LDL) y mejorar la circulación sanguínea.

El pistacho llegó para quedarse

Desde sus orígenes en los desiertos de Medio Oriente hasta su estatus como el ingrediente más deseado del momento, el pistacho ha recorrido un largo camino. Su combinación de historia, sabor, estética y beneficios lo han convertido en un verdadero fenómeno gastronómico.

Ya sea en un helado artesanal, un café de especialidad o un sofisticado plato de alta cocina, el pistacho sigue reinventándose y conquistando nuevos paladares. Y todo indica que su reinado está lejos de terminar.

¿Dónde probarlo?

Con queso

Joaquín Vasco, la tienda de repostería premium comandada por Belén Durañona y Federico Reznick sorprende con su versión local de la tarta de queso española, una delicia típica de la cocina ibérica, ahora disponible en Buenos Aires. Una de las más pedidas es la de pistacho, que lleva una pasta 100% de este fruto, sin aditivos ni colorantes, junto con la crema de quesos, para aportar un sabor equilibrado, donde cada ingrediente se distingue y es protagonista. Para coronar, se añade una lluvia de pistachos trozados. A la par de esta variante, se suman la clásica de queso y las versiones con dulce de leche, chocolate belga y otros sabores de edición limitada, según la temporada, siempre preparadas de manera artesanal. 

 

 

Espíritu italiano

ROMA, la emblemática pastelería de Caballito, propone una selección de especialidades dulces para homenajear este fruto seco tan sofisticado. Con más de 100 años de historia y recetas que atraviesan generaciones, el chef pastelero Fabio Mandia crea productos donde el pistacho es el gran protagonista. Entre las opciones más tentadoras se encuentra la Torta Pistacho y Frambuesas, un bizcocho de pistacho relleno con crema de pistacho y frambuesas liofilizadas. Para los amantes de los formatos individuales, el Minicake Pistacho y Frambuesas combina bizcocho de pistacho, crema, gelificación de frambuesa y frambuesas frescas. Y para los que buscan un bocado más sutil, los clásicos Macarons de Pistacho son la elección ideal.

De lujo

En la pastelería Tallarica el pistacho cobra protagonismo en un petit de autor donde, combinado con frambuesa, cada bocado es una original fusión de sabores dulces con toques ácidos, en sintonía con diferentes texturas cremosas y crujientes. Su dueña, la chef patissier Daniela Tallarico, es la creadora de esta mini torta artesanal que sigue siendo de los productos más elegidos en sus locales de Belgrano y Palermo. La propuesta consiste en una base de masa sablé de almendras que cubren con una capa de masa financier y luego rellenan con crema de vainilla y un tentador centro de mermelada artesanal de frambuesas; por último, cubren este generoso domo con pistachos tostados para aportar un extra de crocancia desde el primer momento. 

 

 

Bien helado

Laban Pâtisserie, la reconocida pastelería de estilo francés en Buenos Aires, sorprende con su exquisito macaron helado de pistacho. Esta creación combina la textura crujiente y delicada de los macarons con un cremoso helado de pistacho, elaborado con ingredientes de alta calidad. Su equilibrio perfecto entre dulzura y el sutil sabor tostado del fruto seco lo convierte en un imperdible para los amantes del pistacho. 

 

Con vista al río

Enero resalta como un punto de encuentro versátil al que se puede ir en busca de diferentes experiencias, pero con la base de una propuesta gastronómica de calidad y una invitación a salir de la rutina. El imponente local, que cuenta con tres espacios diferenciados —el elegante y exótico salón principal, el selvático garden semidescubierto y la terraza a cielo abierto—, presenta una carta inspirada en la tradición ítalo-argentina, con toques de autor. En esa línea, destacan dos postres con pistacho. Por un lado, el profiterol relleno con salsa toffee, muselina de pistacho, crema de chocolate blanco y esferificaciones de frambuesa; tanto la muselina como las esterificaciones le aportan frescura al postre y le dan un toque estético.

 

 

Italiano y gourmet

Obrador Florida, la heladería de especialidad en Buenos Aires, ofrece dos imperdibles para los fanáticos del pistacho: Pistacchio y Almendrado de Pistacho. El primero destaca por su sabor intenso y auténtico, elaborado con pistachos de la mejor calidad, mientras que el segundo combina la cremosidad del helado con trozos de almendra crocante, aportando una textura única. Ambos reflejan el compromiso de la marca con ingredientes puros y técnicas artesanales. Ideales para disfrutar en su local de San Isidro, son una verdadera experiencia gourmet.

at redacción Marie Claire