The Vow: Qué esperar de la segunda temporada de la serie sobre la "secta sexual" NXIVM

Con un título algo enigmático, The Vow (“El Voto”) llegó a la pantalla de HBO (aun no existía acá HBO Max) allá por mediados de 2020, en plena pandemia y en pleno esplendor de los documentales.

La serie, de apenas 9 episodios, retrataba una de las “sectas” más increíbles de la historia reciente de Estados Unidos: NXIVM (suele pronunciarse como “nexium”), un grupo de superación fundado en 1998 por Keith Raniere y Nancy Salzman. Promocionado como plataforma “para el desarrollo personal”, NXIVM brindaba una serie de cursos, seminarios y programas desde su sede de Clifton Park, al norte del estado de Nueva York.

Se calcula que al menos 17 mil personas pasaron por sus cursos, incluidas muchas personalidades del mundo del espectáculo, adonde apuntaba fuertemente para fortalecerse en su expansiva misión (llegó a abrir sedes en México, Canadá y Colombia). Una de sus historias más famosas vinculada a este caso, reflejada en reiteradas ocasiones por Maire Claire, fue el de Catherine Oxenberg, recordada actriz de Dinastía, y su hija India Oxenberg, a quien terminó rescatando de las entrañas de esa secta tras varios años de lucha. 

Con mensaje supuestamente “universal”, el grupo efectivamente se apoyaba mucho en la figura de varias mujeres, desde la fundadora Salzam, a las hermanas Clare y Sara Bronfman, herederas de un verdadero imperio global (Seagram) y principales accionistas del grupo, y la actriz Allison Mack, quien se había hecha famosa en la serie Smallville y por quien entraron también varias actrices de Hollywood. Ellas conformaron luego el “inner circle” de Raniere, el líder máximo de la organización a quien ya a mediados de 2000 empezaron a rozarle denuncias y acusaciones de abuso sexual.

Todo tardó bastante en estallar, ya que fue recién en 2017 cuando la historia de “DOS” (así se llamaba) llegó a los medios. ¿De qué se trataba? De un cónclave “secreto” dentro de la organización, liderado por muchas de aquellas mujeres y pensado como un supuesto “cónclave de sororidad” y superación femenina.

Finalmente, y a raíz de las denuncias de varias ex miembros, se supo que era en realidad una gran plataforma para esclavizar sexualmente a mujeres, quienes debían demostrar su absoluta entrega y sumisión frente al líder y frente a sus abusos sexuales, extorsiones, chantajes y abominables exigencias, como la de tatuarse con hierro caliente sus iniciales en la pelvis.

La temporada inicial de la serie terminaba justamente allí, con la caída de todo el grupo, en particular Raniere, condenado a 120 años de prisión por abuso y tráfico sexual entre otros 11 importantes cargos.

¿Qué esperar entonces de una segunda temporada que ya tenía el termino “FIN” tan a mano? La respuesta es “MUCHO”. En principio justamente por eso, porque no suelen verse documentales con el “post” condena, siempre se trata de esos párrafos que anteceden los créditos finales donde se informan las condenas, y donde está cada uno de los implicados.

Acá partimos de esa información, sí, Keith Raniere está en prisión y lo más probable es que nunca salga de ahí, pero, ¿cómo se llegó a eso? ¿Cómo fue el efecto dominó que desarmó una organización que había acumulado tanto poder en tan poco tiempo? ¿Qué dicen sus defensores? Y esta última pregunta encierra algo de la fascinación de esta segunda temporada, ya que por más que la justicia se ha expedido, el grupo de documentalistas liderado por la talentosa Jehane Noujaim rastreó y buscó a quienes aún abogan por la inocencia de Keith. O al menos la “matizan”. Y ahí hay otro valor ya que entender el por qué, el cómo o el para qué es sin duda más interesante que quedarse solamente con una foto de un hombre esposado.

Entre los grandes aciertos de este ciclo está, sin duda, el de sentar frente a las cámaras a la mismísima Nancy Salzman, que tras mostrar su tobillera (tiene arresto domiciliario), hablará largo y tendido de la fundación a “la que le dio su vida” (a diferencia de Rainiere, ella se declaró culpable y obtuvo una pena más leve). Bajo el paraguas argumentativo de “lo malo no lo sabía”, la mujer expone sus argumentos de manera cruda y súper irritante, sí, pero no por eso menos interesante.

A grandes rasgos podría decirse que, si la primera temporada nos presentó los hechos, esta segunda temporada tratará de acercarse a una explicación, a una exploración algo más profunda que la saca del terreno del “escándalo sexual” para sumergirse en sus costuras más enrevesadas y complejas, esas que la acercan, y mucho a estos tiempos de florecimiento de “comunidades terapéuticas” de todo tipo.

En ese sentido, es también para destacar también el testimonio de Marc Elliot, uno de los principales “docentes” y speakers de los cursos, que exponía allí su caso personal, el de la superación del síndrome de Tourette a partir, según afirma aún hoy, de su experiencia en NXIVM. Son apenas 6 episodios nuevos, pero tan hipnotizadores como se supone es el propio Rainiere, quien aparecerá más de una vez, pero solo como “voz”, recreando sus dichos durante su célebre juicio.