Los secretos detrás de Cynthia Cohen, una de las creadoras de la movida cultural argentina

Mi vida y mi obra forman parte de un todo”, dice Cynthia Cohen y mientras uno la mira moverse por su taller de Constituciòn repleto de óleos, obras que esperan la última pincelada, trapos con restos de pintura y un enorme equipo de sonido que dispara música clásica es imposible no creerle.

FIGURA DEL ARTE POP ARGENTINO

Figura indiscutida del arte pop argentino, domadora de gallos y de anillos con piedras preciosas desmesuradas, exploradora del surrealismo, pareja de Jorge Telerman, madre de Natalia y Sofía Malamute, traductora de Barbies y caballos. En su atelier los objetos parecen agrupados por asociación libre, pero nada es producto del capricho. Cynthia Cohen o el espacio como reflejo de una mente creativa.

-¿Cómo creaste Revelaciones,la muestra que está en MC Galería y cómo te acercaste a esa especie de pop metafìsico que la habita?
-Es una muestra que siento como la culminación de todas mis etapas, es la síntesis de mis trabajos con una conciencia mucho más clara de todos esos universos espirituales y de creencias, de un pensamiento mágico que siempre tuve y que ahora tiene una presencia más fuerte en mi vida. Todo eso apareció en las obras de un modo muy mío construyendo un mundo donde es posible entrar y entenderlo de la manera que el espectador quiera.

-Leí una entrevista al actor Joaquin Furriel donde decía que el tiempo es un poco injusto con el teatro porque no queda un registro que perdure como pasa con el cine. Una pintura permanece y puede ser reintepretada infinitas veces. ¿Pensás en eso cuando trabajás?
-Es verdad, el arte permanece muchìsimo y un poco trascender es eso, pensar que tu obra va ser vista a travès del tiempo, pasa también con la música. Recién tuve conciencia de que era una artista plástica cerca de los 30 años, obviamente yo era otra persona, estaba con unas expectativas que muchas se cumplieron y otras no, pero a partir de eso la vida se transformò en lo que hago, no hay una separación entre mi ser y el taller. Quizás en un momento estuvo todo más dividido, entre la maternidad con hijas chicas, la situación doméstica por un lado y el arte por otro . Con el tiempo mi vida fue mutando en algo inseparable de mi oficio.

 

-Lo doméstico ha sido bastante denostado, pero gran parte de la vida de las mujeres ha pasado por esa instancia. ¿Se puede encontrar belleza y convertir lo doméstico en arte?
-En mi caso cuando mis hijas eran chicas empecé a sentir que este era mi lugar pero de alguna manera tomé el universo de ellas. En mis primeras obras, las del 95, 96 estaban las Barbies con las que ellas jugaban aunque obviamente para mí tenían otro sentido, cuando jugaba con las chicas o mirábamos películas y dibujitos animados veía a esos elementos también como significantes para mis obras. Así te das cuenta de que no trabajás el arte en tu taller, toda la vida la mirás con ese lente.

 

-Nombraste a Barbie que es pop en estado puro y la película también desató un fenómeno popular impresionante. Más allá de que admita mùltiples lecturas, hay algo de la pregnancia cultural de la muñeca que es interesante. ¿Cuál es tu opinión?
-Me parece que opera un poco como un caballo de Troya. Es una película que ingresa por un mundo rosado, divino y termina estallado, inmerso en un montón de información para pensar y repensar. Hay algo del pop como movimiento que tiene que ver con la apariencia. La imagen de la sopa Campbell de Warhol no es simplemente una lata, en realidad se está hablando del consumo, hay una crítica social, una mirada, una postura sobre el mundo. La película de Greta Gerwig reproduce de algún modo ese mecanismo pop.

 

-¿Hay paridad de género en el mundo del arte?
-Tengo una mirada que no sé si es políticamente correcta pero creo que en el mundo del arte las mujeres siempre tuvieron lugares de poder. La mejor galerista es Ruth Benzacar por ejemplo, las directoras de los principales museos y galerías son mujeres en su mayoría. Es verdad que en los certámenes se premia más a los hombres. Yo valoro la obra más allá del género del artista , pero creo que los lugares que legitiman las obras deben estar atentos y tener presente la cuestión. Hay posturas más politizadas y otras que no. Yo creo en la convivencia, ser firme sin avasallar ni tomar posturas radicales, hay que establecer un diálogo y un equilibrio.

-Eso de que los artistas argentinos venden muy bien en el exterior, ¿es una realidad o un mito?
-Hay una mirada sobre el arte latinoamericano puesta desde afuera y eso hace que entren en valor determinados artistas argentinos pero no todos, porque desde el exterior se buscan determinadas cosas en Latinoamérica, una estética particular, temáticas puntuales, hay artistas que entran en ese canon y a otros les cuesta màs vender sus obras. Lo que es notable después de recorrer ferias internacionales es constatar que acà hay una producción artística increíble. En todas las muestras te encontrás con obras que podrían estar en competencias internacionales. Lo que no tenemos lamentablemente es un mercado interno fuerte.

-¿Es posible vivir del arte en Argentina?
-Es muy difícil, siempre cuento que mi abuelo, Juan Carlos Faggioli que fue un nombre conocido en las artes plásticas, se dedicaba al taller, daba clases en una secundaria y trabajando èl solo, porque antes las mujeres salían mucho menos al mercado laboral, tenía su departamento propio en Caballito y sus hijos hicieron dos carreras universitarias como Odontología y Sociología. Todo eso con lo que generaba el trabajo de mi abuelo, hoy algo así es impensable. En esa época no existían las 80 bienales, ferias, lujo, moda, nada de eso formaba parte de la ecuación. Había un circuito de galerías de barrio donde era posible para la clase media comprar obras de vez en cuando, hoy no ocurre.

-¿Las ferias y las bienales son una posibilidad de expansión concreta o solo una manera de hacer turismo, como me dijo un director en relación a los festivales de cine?
-Sirven en gran medida para hacer turismo (se ríe). También está la suerte de caer justo en el momento indicado con la persona correcta y que vea tu obra, eso puede pasar pero no es tan habitual. En el mundo del arte hay ciertos circuitos y curadores que legitiman a determinados artistas, coleccionistas que van por estéticas especìficas. Sostenerte como artista a través de los años y que tu espíritu trascienda las modas te convierte en alguien con un caparazón importante, porque el arte es un trabajo que se origina en tu interior y busca conectar con los demás. ■

at Marcela Soberano