El sol es uno de lo mayores enemigos de la piel, aunque es fundamental también para la vitamina D y la absorción de nutrientes, se deben tener ciertos cuidados, incluso durante el invierno.
En los cortos días de invierno muchas personas olvidan el uso del protector solar, el aparentemente inofensivo sol que calienta poco y no quema la piel, tiene efectos nocivos y puede dejar marcas permanentes si se tienen cicatrices o erupción es cutáneas.
La piel necesita cuidados especiales en invierno para evitar los efectos nocivos del sol, que pueden provocar desde quemaduras hasta cáncer de piel. Aunque el sol se sienta menos intenso, la radiación UV sigue siendo peligrosa y puede penetrar la piel con facilidad. Por eso, es importante seguir estos consejos:
- Usar agua tibia para bañarse, ya que el agua muy fría o muy caliente reseca la piel y la debilita.
- Aplicar una crema o loción hidratante antes de que empiece el invierno, adaptada al tipo de piel que se tenga.
- Elegir un protector solar con un FPS de 30 o más y que bloquee tanto los rayos UVA como los UVB. Reaplicarlo cada dos horas o después de sudar o mojarse. Es mejor usar cremas que lociones, porque crean una barrera más resistente.
- Evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 horas, que es cuando la radiación es más alta.
- Cubrirse con accesorios como sombreros, gorros, bufandas, guantes y gafas de sol. Las gafas de sol son fundamentales para proteger los ojos del cáncer de piel y las cataratas.
- Beber al menos dos litros de agua al día para hidratar la piel desde dentro.
- Comer saludablemente y consumir mucha vitamina C, que ayuda a combatir el estrés oxidativo del sol y a favorecer la producción de colágeno.
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios