Solares: todo lo que hay que saber para estar protegidos de verdad

Para comenzar, es importante que no asociemos la exposición al sol sólo al verano o las vacaciones. De hecho, según las estadísticas de The Skin Cancer Foundation, hasta el 40% de la radiación ultravioleta llega a la tierra en un día completamente nublado.

“A menudo, las personas sufren quemaduras graves porque pasan jornadas al aire libre sin ninguna protección. Se recomienda usar protector y cuidar la piel los 365 días del año, tomar conciencia de esta información es la principal fuente de prevención de los daños como envejecimiento prematuro, manchas o cáncer de piel”, explica la Dra. Cristina Sciales, médica cirujana.

Belleza Solares — “Una vez que conocemos nuestro fototipo, ya podemos elegir la protección mejor adaptada a nuestra sensibilidad natural al sol”.

Qué es el fototipo

Aclarado ese punto, llega el día D, cuando debemos elegir el protector, tarea no tan simple. Los especialistas recomiendan, como punto inicial, conocer nuestro tipo de piel. El fototipo viene definido por el color de la piel y del pelo, la tendencia a las quemaduras solares y la aptitud al bronceado.

Estas particularidades están genéticamente programadas. Hay pieles muy blancas que enrojecen y nunca se broncean, otras blancas que enrojecen pero se broncean ligeramente. Pieles mates que enrojecen pero toman un bronceado dorado y aquellas más oscuras, en las que el bronceado aparece desde el inicio de la exposición.

“Una vez que conocemos nuestro fototipo, ya podemos elegir la protección mejor adaptada a nuestra sensibilidad natural al sol. El mercado nos ofrece gran cantidad de productos que nos brindan eficacia y seguridad, protectores de amplio espectro UVA-UVB, a muchos de los cuales se les asocian sustancias antioxidantes que previenen los daños inducidos por los radicales libres”, detalla la Dra. Cristina Pascutto, dermatóloga, asesora médica Sidus Dermocomética.

Precisamente, según el tipo de piel, lo ideal es escoger productos en versión cremas para las secas, emulsiones o spray oil free para los cutis grasos, emulsiones para los normales y, en los casos de pieles sensibles, los productos desarrollados específicamente, en general, a base de filtros minerales.

Daños colaterales del sol

Ya sea que nos quedemos a pasar el verano en la ciudad o decidamos viajar, hay cuidados comunes que se aplican en todos los casos:

Emplear un factor de protección solar (FPS) mayor a 50.
Aplicar el protector 30 minutos antes de la exposición en cantidad generosa y cubriendo todas las zonas del cuerpo. Reponerlo cada dos horas.
Respetar los horarios recomendados y evitar exponerse entre las 10:00 y las 16:00.
Usar ropa clara, anteojos de sol con filtro UV y sombrero para proteger la zona del rostro y cuello.

Cuidar, evitar, revertir

Para prevenir lesiones, durante todo el año nuestra piel debe estar nutrida, hidratada (por dentro y fuera) y humectada, de acuerdo con nuestra edad y biotipo, debido a que es nuestro gran órgano de defensa y debemos mantenerla equilibrada y fuerte.

¿Qué pasa con los rayos solares? El sol es fuente de radicales libres, que son los encargados de degradar y de alterar los procesos biológicos en las células de nuestra piel. Este daño puede generar cáncer de piel, envejecimiento cutáneo, manchas, arrugas, deshidratación y flacidez, producto de la degradación de las proteínas como el colágeno y la elastina.

Todo lo que tiene que suceder en forma inexorable por el paso del tiempo se acelera por el efecto de estos radicales libres que provocan un fotoenvejecimiento prematuro. Por eso, es fundamental que cuidemos la piel durante todo el año con productos que aporten antioxidantes, capaces de revertir la acción de esos radicales libres.

Siempre vitamina D

Queda clarísimo que es fundamental usar protector solar adecuado todo el año, entonces, ¿qué sucede con la vitamina D? ¿Absorbemos igual sus beneficios?

Está comprobado que, con 15 a 20 minutos de exposición solar al menos tres veces por semana logramos una síntesis suficiente de vitamina D. Pero, como exponernos sin la protección adecuada puede provocar cáncer, “lo ideal es realizar actividades al aire libre, protegiendo las zonas fotoexpuestas - cara, cuero cabelludo y orejas-, dejando que los brazos y piernas reciban la vitamina D, sin protección”, subraya la Dra Valeria Bárbaro, dermatóloga.