Olivier Polge nació de casualidad en Grasse, la ciudad de las fragancias francesas, aunque la residencia fija de su familia era en ese momento París. Quiso ser pianista, pero las vueltas de la vida lo convirtieron en perfumista como su padre, Jacques. El nariz de la casa Chanel y creador de fragancias como N°5 L’Eau, Gabrielle Chanel, Chance Eau Vive y Bleu de Chanel Parfum visitó por primera vez Latinoamérica y se quedó encantando con Buenos Aires, un destino que hace largo tiempo quería conocer.
LA VIDA AL SUR DE FRANCIA
Imposible recordar mi primera vez en Grasse, porque yo nací allí. Mis padres vivían en París, pero en el verano mi mamá fue a pasar las vacaciones al sur, y ahí nací. Mi primer recuerdo de la ciudad es de mi infancia, cuando fuimos una semana de vacaciones. Mis abuelos tenían una casa más en el campo, pero alquilamos un departamento en Cannes y ahí fui a nadar al mar.
VISITAR LATINOAMÉRICA
Visité por primera vez Latinoamérica, estuve en Ciudad de México, luego en Rio de Janeiro y finalmente en Buenos Aires. Noté que hay algo más europeo en esta ciudad, que por supuesto me gusta y me hace sentir más conectado. Tuve un pequeño pantallazo de la ciudad, fui al teatro Colón, me impresionó conocer el backstage y los talleres en donde arman todo lo que se ve en escena, también recorrí el Mercado de San Telmo y Caminito. Me pareció culturalmente muy rico e interesante. Me gustan las ciudades grandes con contrastes y que tengan una escena cultural importante.
“Me encanta cuando encuentro una persona que usa una creación mía, porque conozco algo de esa persona que ella no sabe”.
PRIMEROS PASOS EN CHANEL
Al principio la mayoría de la gente me decía que me concentre en lo que iba a suceder, que había mucho que aprender, pero que dejara que fluyera. Fue la primera vez que trabajaba con una marca que no sólo hacía perfumes, sino también joyas, relojes, ropa… Eso fue muy inspirador para mí, además de desempeñarme como perfumista para una marca muy importante en materia de fragancias que creaba todas sus fórmulas propias.
MI PRIMERA IMPRESIÓN DE UN PERFUME
Oler una fragancia creada por uno la primera vez es un sentimiento muy hermoso. Existen dos situaciones diferentes: una cuando la persona no sabe quién creó esa fragancia, y eso me encanta porque conozco algo de esa persona que ella no sabe; y la otra es la que conoce que yo fui el que la creó, ahí la experiencia es otra y me intriga saber qué opinan de la misma y si me dicen la verdad (risas).
LANZAR UN NUEVO PERFUME
El primer perfume que hice para Chanel fue Misia, de la colección Les Exclusifs. Pensar y crear algo más exclusivo fue una buena forma de empezar a trabajar para la casa. Luego llegó CHANCE Eau Vive, un perfume más conocido
y a gran escala. El desafío fue captar el espíritu jovial de la fragancia y transformarlo. Tuve que jugar con la frescura y tratar de convertirlo en algo nuevo sin perder su esencia.
VOLVER A TRABAJAR DESPUÉS DE SER PAPÁ
Mi hija mayor es 20 años o sea que llegó antes de que entre a trabajar en la maison.. Cuando ella nació trabajaba en Nueva York y justo regresé a París para su nacimiento, así que tuve dos grandes cambios en ese momento. Fue una etapa en la que no pude desconectar ninguna de esas circunstancias que me habían sucedido. Fue todo un gran desafío.
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