Los rodillos faciales también conocidos como face rollers o derma rollers, fueron creados por primera vez en China en el sigo XII. Originalmente eran hechos con piedra de jade y era usados para reducir los signos de envejecimiento de la piel.
En las culturas mayas y egipcias el jade era también usado para la relajación de los músculos mediante masajes. Todas estas técnicas milenarias son hoy en día retomadas por la cosmética y dermatología, gracias a la facilidad de uso y por ser tratamientos no invasivos.
Los rodillos faciales sirven para denar, desinflamar y mejorar la circulación en el rostro, y así poder lucir una piel radiante. Los masajes deben realizarse en el cuello y mentón de lado a lado. En la zona de las mejillas de la nariz hacía afuera, y en la zona de la nariz con dirección a la frente, como se muestra en la imagen de Cande Lirio.
Hay muchos centros cosméticos que ofrecen este servicio, pero gracias a la globalización, este producto se puede encontrar para uso doméstico. Es importante contar con el acompañamiento de un dermatólogo, para la formulación de las cremas y tratamientos indicados para cada tipo de piel y su uso simultáneo con los rodillos faciales. Hoy existen diferentes tipos de rollers: los tradiciones en jade, también en cuarzo, ónix y obsidiana.
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