Las compañías globales, incluso las de belleza, están cada vez más atentas a lo que sucede en la “conversación social” que se produce en redes sociales y otros medios digitales.
Tras el asesinato de George Floyd en EEUU, una fuerte campaña por desterrar enclaves racistas (desde estatuas a publicidades y productos) comenzó a crecer en todo el mundo.
Sucedió con alimentos procesados (la salsa Aunt Jemima, de la multinacional PepsiCo, fue una de las más emblemáticas) y ahora está sucediendo, y cada vez más, con cosméticos.
En este rubro, una de las primeras compañías cosméticas en reaccionar fue Unilever que anunció que cambiaría el nombre a una de sus populares cremas de su filial: Fair & Lovely ("Clara & Bonita"), a fin de contrarrestar la polémica en la que son señalados por exaltar la supremacía de la piel blanca.
Johnson & Johnson ha tomado también anunció que dejará de comercializar su línea de productos para el aclarado de la piel Clean & Clear Fairness en India.
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Ahora le llegó el turno a L’Oréal que en un reciente comunicado anunció que decidió “retirar los términos blanco/blanqueador (white/whitening), claro (fair/fairness, light/lightening) de todos sus productos destinados a homogeneizar la piel”.
Una nueva era para el “naming” ha comenzado.
at Redacción Marie Claire
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