Tuesday 23 de April de 2024

SOCIEDAD | 04-01-2022 11:12

Racismo encubierto: cómo eliminar la discriminación desde el lenguaje diario

Hoy en día se siguen utilizando algunos términos que mantienen una retórica racial subyacente.

Vicco García
Vicco García

Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]

La forma en que nos comunicamos refleja los valores culturales y morales de nuestra sociedad. El poder de la palabra es infinito y de ahí la importancia de utilizarlo de forma correcta. Es imposible que los prejuicios contra cualquier minoría o grupo social que se siente desfavorecido -ya sea por cualquier razón- no afloren en un lenguaje que se presenta "incorrecto" y que busca mitigar sus diferencias con eufemismos o bellas palabras. El racismo es racismo, aunque se lo quiera adornar.

“Mi negrita, negrita de mi vida, mi negra”, son algunos de los modismos que la sociedad blanca utiliza de manera "inocente" para referirse a otra persona, de forma "cariñosa". A primeras, puede sonar como una simple forma amigable de llamarse, sin embargo, al utilizar este tipo de lenguaje verbal, las personas blancas se apropian de una identidad que no les pertenece.

Es 2020 y el racismo existe. De formas brutales, a la luz del día y también en contextos menos claros. Por eso, es importante que desde los ámbitos más pequeños se comiencen a cambiar algunos de los hábitos en los que la discriminación se presenta de manera encubierta. No se ve a simple vista pero está y es peligrosa.

Puede parecer que se construye a un “otro” desde un criterio aparentemente no racial (lingüístico, en este caso) hay que alertar que de todas formas se sigue manteniendo una retórica racial subyacente.

Justamente fue la palabra "negro/negra" la que los esclavistas utilizaron para homogenizar la variedad de etnias africanas raptadas de su continente. La intención, tan sólo una: degradar y marginar a millones de personas para "diferenciarlas" de los europeos. 

De hecho, en inglés, el término "negro" tiene un matiz más despectivo que en español desde su mismo nacimiento. Su aparición en la lengua se remonta al siglo XVI (concretamente al año 1555, según el Shorter Oxford English Dictionary), y su origen español y portugués apunta a los tiempos de la esclavitud.

La palabra “negro” tiene un origen colonial y esclavista. No es para nada casual que además se asocie este termino a cuestiones negativas: lista negra, oveja negra, mercado negro... "Trabajar como un negro” o “no hay moros en la costa”, entre un sin fin de otros modismos con cualidades "desfavorables" y que por tanto tienen la intención de descalificar y subordinar por el color de la piel.

En ninguna de estas expresiones el blanco está presente, y cuando lo está, el contraste es bien significativo: existe una “magia negra” pero, al contrario que la blanca, implica a poderes cargados de malicia. No es casual tampoco que en el juego del ajedrez las piezas blancas sean las primeras en moverse.

No se puede negar ni dejar pasar que los términos y las diferentes formas del habla se cargan de ideologías y valoraciones a partir de cómo fueron utilizadas a lo largo del contexto histórico. Es decir, el lenguaje no se puede asumir de manera descontextualizada.

Es que las palabras no adquieren significados al margen de quién las habla ni de las prácticas sociales en las que se utilizan o de los propósitos implicados en estos usos y de las relaciones de poder que se ejercen e diferentes marcos.

Por tanto, las personas blancas -en su posición hegemónica y privilegiada- deberían abstenerse de usar este tipo de modismos ya que al hacerlo, la relación que se establece es de domino y de jerarquía.

La palabra que fue utilizada para oprimir no puede ser usada por el grupo opresor. Comenzar a reparar daños desde el lenguaje sería comenzar por utilizar de forma correcta el término “afrodescendientes”, término aceptado en la Conferencia Regional de las Américas en el 2000 que demuestra mayor respeto. Tal expresión, acuñada ya en el siglo pasado y resucitada en los años sesenta, proporciona unas referencias etno-históricas positivas, al evocar con orgullo el origen africano de sus antepasados.

No ser racista no es una elección personal sino también el resultado de un cambio de paradigma social. La sociedad consiguió que los hechos racistas sean socialmente repudiados y legalmente penalizados. Los microracismos conviven a diario entre todos y por más que sean menos visibles, son igualmente tóxicos y es necesario pararlos con urgencia.

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Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]

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