Como sociedad, todavía nos falta mucho para lograr una verdadera inclusión y existen mitos sobre la discapacidad que están súper arraigados en el imaginario colectivo.
Daniela Aza, es comunicadora e influencer de la discapacidad. Nació con artrogriposis múltiple congénita: Un síndrome neuromuscular que genera contracturas en las articulaciones. En su caso , en los miembros inferiores y superiores.
“Le pongo onda para circular, aunque sea una odisea. Todas las personas con discapacidad encontramos en la calle muchos obstáculos como veredas rotas y hay que ponerle bastante voluntad. Es una sociedad que todavía no está pensada para personas con discapacidad”, se lamenta.
DERRIBANDO MITOS DE LA DISCAPACIDAD
1. Tener una discapacidad es una “ tragedia”: se suele ubicar a la persona con discapacidad en lugar de pena y lástima. Es cierto que no es sencillo atravesar distintos obstáculos para vivir en sociedad, pero esto no significa que sean incapaces, infelices o dependientes. En general tiene que ver más con las barreras y obstáculos de la sociedad que con la condición en sí.
2. Las personas con discapacidad no trabajan: entre los derechos principales, las empresas u organizaciones deben abrir las puertas a los personas con discapacidad que son igual o más responsables que cualquier empleado. Aún esto no sucede y es una gran falencia como sociedad poner a los personas con discapacidad como “ carga” y no como “ oportunidad”

3. La discapacidad es una enfermedad : la discapacidad no es una enfermedad que necesita cura y las personas con discapacidad deben ser aceptadas como seres independientes y facilitar su autonomía. Tal como lo afirma la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, “resulta de la interacción entre las personas y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan la participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás.”
4. Las personas con discapacidad son asexuadas: se tiende a pensar que las personas con discapacidad no gozan de una vida sexual activa, no tienen deseos o bien son seres aniñados. Aún hoy persiste en el imaginario una concepción asistencialista que no considera a la persona con discapacidad como sujeto de deseo o capaz de experimentar placer sino como pasivo, “incapacitado” de amar y ser amado (o de tener relaciones casuales), infantil y asexuado.
5. Las personas con discapacidad no son independientes ni logran autonomía: Existe una mirada asistencialista que los tilda de seres dependientes o improductivos. Es importante derribar estos mitos para comenzar a naturalizar la discapacidad y contemplar a las personas con discapacidad como parte de la diversidad y como sujetos de derechos. Actualmente, las barreras y obstáculos que nacen de esos prejuicios obedecen a una sociedad que todavía está muy lejos de una inclusión real y verdadera.
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