La tapa de octubre de Marie Claire lo decía claramente: "Es con todas". Y sobre ese objetivo hay muchas personas trabajando en las industrias de la moda y la publicidad en estos días. De a poco, sus historias se están empezando a conocer cada vez más.
Acá, cuatro nuevas modelos nos demuestran que la búsqueda de mayor inclusión y diversidad en una ideal tan poderoso como "la belleza" también se puede lograr desde adentro.
Valeria Gómez
Tiene apenas 20 años, pero ya tachó de su “to-do list” el sueño de desfilar para marcas y pasarelas internacionales. Sus características físicas como el pelo corto y una fuerte estructura facial la han llevado a las pasarelas de Balenciaga y Versace. En nuestro país, Valeria es representada por la agencia Look1.
-¿Cómo describís tu belleza?
-La belleza es muy subjetiva, depende de quién lo mira. Para mí, se basa mucho en la actitud, ese es el secreto: cómo una se muestra a los demás. Hoy en día la actitud importa cada vez más y eso se nota en las pasarelas, con modelos de todos los colores, etnias e identidades sexuales. En ese sentido, creo que la moda va por un buen camino. Todavía le falta ser más más flexible en torno a los talles.
-¿Te consideras un reflejo de lo que la sociedad espera de belleza?
-Mmm, no lo sé. Sí creo que en Argentina todavía se trabaja mucho con un estilo de belleza comercial. Muy rubia, de ojos celestes. Yo tengo un look muy particular y shockeante, y para mí eso está buenísimo.
-¿Cómo fue tu camino para descubrir tu belleza?
-No fue nada sencillo, me costó mucho en realidad. En el colegio me hacían bullying por ser alta y usar anteojos, y eso me hacía sentir muy insegura. El modelaje me ayudó a encontrarme y a quererme. La belleza aparece cuando una empieza a quererse a sí misma. Cuando te sentís segura y respetada, eso lo transmitís hacia afuera.
Agustina Cabaleiro
Conocida en Instagram y Twitter como "Onilne Mami", Agustina es Licenciada en Publicidad, activista bodypositive, modelo, fotógrafa y creadora de contenidos para redes, desde donde realiza su pequeño gran aporte diario para que “cada mujer y persona puede tener el cuerpo que quiera”.
-¿Cuándo y cómo fue que empezaste a trabajar como modelo?
-Todo se dio como de casualidad, estudiaba Publicidad, pero no laburaba de eso y jamás había visto el modelaje como una posibilidad. Empecé porque un fotógrafo que admiro mucho me empezó a seguir y me pidió hacer unas fotos. Yo pensaba: “¿Estás seguro? ¿Por qué querés hacer eso?!” (risas). Hicimos la producción, salió genial y al toque me empezaron a contactar marcas que necesitaban alguien para modelar sus con talles no hegemónicos.
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-¿Cómo fue el proceso de descubrirte bella?
-Mi proceso empezó a raíz del feminismo, y de entender que la belleza está directamente cruzada con lo social, lo cultural, lo geográfico. Me dije: “¡Desde hoy decido que estoy buena!” (risas). Tiene que ver con realmente ser como una misma quiere ser, sin escuchar tanto las voces exteriores.
-¿Te tocó vivir situaciones adversas en el trabajo?
-Me pasó miles veces de que en un set no hubiese mi talle, o tener que llevar cosas mías “por precaución” y hasta quedarme afuera de la foto porque la estilista no tenía prendas de mi tamaño.
Nia Huaytalla
Ella es otra new-face en la moda argentina, de ascendencia indígena como Azul, protagonista de nuestra última tapa y de la misma doble nacionalidad: peruano-argentina. Acaba de ser admitida en la Northwestern University de Illinois para realizar allí sus estudios en Ciencias Políticas, Física y Astronomía. Además, Nia es una ferviente militante medioambiental antirracista. Con menos de un año de camino en la moda, ya ha sentido en carne propia el costado más tóxico de la industria.
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-¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentaste?
-Te diría que en general es difícil llegar a cualquier set y sentirse la “diferente”, que te miren de esa manera y que te saquen 3 fotos y a otra modelo le saquen 20. Una vez llegué a una producción y el fotógrafo me dijo: “Ah, pensé que eras la maquilladora”. Por eso, decidí trabajar con marcas independientes y emprendimientos auto gestionados y sustentables. Me hace sentir más genuina y respetada.
-¿Qué otra cosas buscás a la hora de modelar para marcas y diseñadores?
-Sobre todo intento que sea un trabajo que me provoque felicidad hacerla. Y que la marca pueda crear una imagen verdaderamente inclusiva, que sea ropa para el pueblo y para la gente común, sin reforzar estándares que sean imposibles de alcanzar.
Micaela Peiretti
Mica tiene 23 años, vive en Belgrano, estudia Derecho en la UBA y acaba de firmar su primer contrato como modelo con (nada menos) la agencia LO Management.
-En pocas palabras: ¿cómo describís tu belleza?
-Me gusta pensar que soy exótica, única, y que esto es algo bueno. No pensaba que el modelaje fuese algo para mí. Las veces que me decían algo por el estilo siempre lo tomaba como un halago y respondía seca, “¡ah, gracias!”. Hasta que un día decidí meterme y me empezó a gustar. Llevo relativamente poco tiempo en esta actividad.
-Si pudieras cambiar algo en la industria, ¿qué sería?
-El cambio más necesario que se pueda dar es que las hegemonías que ya vienen establecidas dejen de ser tan funcionales al patriarcado y a las estructuras de poder que ya están. Creo que la moda puede ser una industria ideal para transmitir un mensaje más inclusivo, igualitario y diverso. Y poderoso, claro.
-¿Tenés algún sueño para tu carrera?
-Sí, y se relaciona a lo anterior: quiero que de verdad la diversidad sea algo naturalizado en este ambiente. Todes somos diferentes y estaría buenísimo que eso realmente se refleje en la moda.
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