Infancia y adolescencia: cómo ayudar a los jóvenes atravesados por la tecnología

Los chicos de hoy son distintos, tienen distintas habilidades y nuevos desafíos, pero también tienen las mismas necesidades, amor, contención, respeto, conexión, juego. 

Vemos a los chicos que empiezan la pubertad entrando en un mundo difícil de llegar, las redes sociales, los juegos en red, los celulares los aíslan del mundo y sentimos que no podemos o no sabemos cómo acompañarlos. 

Antes los adolescentes se encerraban más o pasaban más tiempo con los amigos pero a gran escala se sabía lo que les pasaba, lo que hacían, a donde se movían, hoy pueden estar en muchos lugares donde padres y educadores no tienen acceso. Además se está perdiendo esto de la introspección que es tan necesaria para su desarrollo. 

Un concepto fundamental para los chicos de esta edad es entender que están “cambiando el caparazón” al igual que los bichos o que las mariposas esto significa cambiar, transformarse y es salir de la seguridad de mamá y papa hacia un mundo que quieren conquistar pero no saben cómo. Pensemos en esa nueva mariposa que salió de su protectora crisálida, con alas recién estrenadas que no sabe cómo manejar, con una nueva forma de alimentarse y de vivir. Así mismo están ellos, buscando descubrirse a sí mismos.

Este cambio de caparazón trae algo que a los papás no nos gusta tanto que es la individuación, para ser yo mismo primero me tengo que separar de mi mamá y mi papá y descubrir volando lejos de ellos, quien soy. 

En esto de crecer se juega por entero la autoestima de los chicos, cuanto más alta la tengan mejor van a superar la etapa de la adolescencia sin golpes tan grandes. Los chicos miden contantemente su valor, si son valiosos, si a los demás les gustan si lo que hacen hace reír. Por eso es importante que en casa sigan siendo valiosos para nosotros aun cuando golpeen puertas y hagan cosas que no nos gustan, su valor no puede estar en juego. Es especialmente importante que se críe desde la empatía, que se los acompañe aun sin entender lo que les pasa o no entendamos la gravedad del asunto.  

Los padres tenemos que ser puerto seguro para esos hijos, que puedan explorar, que puedan salir a ver el mundo, pero que tengan un lugar calentito al cual volver, donde no se sientan juzgados, donde puedan descansar del mundo, que sabemos todos, a veces duele. 

Cuando la sociedad hoy en día no aporta a la crianza de la manera que los padres necesitan,  apostamos a este libro para traer a las familias y a los chicos que están transitando este camino algo de base y claridad, conceptos básicos puestos sobre la mesa para que puedan consultar, descubrir, destrabar y trabajar por cuenta propia en su diario íntimo donde puedan descargar anguistias y entender sus emociones.

Autoras: Sofia Chas y Maritchu Seitun.

at Sofia Chas y Maritchu Seitun

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