Una de las grandes inquietudes que suelen tener las madres y los padres a lo largo del crecimiento y el desarrollo de sus hijos está vinculada a cómo generar conversaciones y favorecer el diálogo.
Solemos tomar la comunicación como un valor fundamental para la crianza, no solo porque es a través del diálogo que podemos enseñar y transmitir a nuestros hijos ideales y valores sino también porque es un momento sumamente enriquecedor para mostrar nuestra apertura a escuchar lo que ellos tengan para decirnos.
Sin embargo, ¿estamos realmente favoreciendo el diálogo con los niños? Les dejo algunas ideas para implementar fácilmente.
1.Contarles qué nos pasa a nosotros
Una buena forma de comenzar a conversar es contarles a nuestros hijos (sin importar la edad que tengan) algo que nos haya ocurrido durante el día y que no necesariamente tiene que ser algo bueno.
Los pequeños registran esa correspondencia y, si bien no es lo más habitual que ellos nos pregunten cómo fue nuestro día, suelen manifestar mucho interés cuando nos tomamos el tiempo de contarles algo que nos pasó o de comenzar el diálogo con un relato propio que luego deriva en su propio relato.
2.Hacer preguntas abiertas
En algunas oportunidades pensamos que nuestras preguntas pueden favorecer el diálogo y demostrar el interés a nuestros hijos por lo que les está pasando. Sin embargo, es importante reparar en el modo en que las formulamos.
En ocasiones son preguntas cerradas o que tienen la respuesta implícita en su formulación. Por ejemplo, si preguntamos a nuestro hijo: “¿te fue bien en el jardín?” es probable que nos conteste que sí sin pensarlo. Las preguntas abiertas dan lugar al diálogo.
Podríamos preguntarles: qué fue lo mejor que les pasó en el colegio ese día, qué fue lo peor, qué aprendieron nuevo.
3. Darle lugar a la fantasía en los diálogos
Muchas veces pensamos que nuestros hijos no conversan demasiado con nosotros o que no es fácil dialogar con ellos. Frente a esto surge la siguiente pregunta: ¿es cierto que nuestros hijos no conversan con nosotros o no estamos pudiendo prestar atención a lo que nos están contando?
En muchas ocasiones sus relatos se basan en sus experiencias lúdicas o en un descubrimiento que acaban de tener y los adultos, en lugar de aprovechar ese relato para dar comienzo a un diálogo, nos negamos a seguir hablando sobre temas que pertenecen al mundo de la imaginación.
Debemos tener presente que el juego y la fantasía son la vía privilegiada para la expresión de emociones y pensamientos en la infancia y que escuchar lo que en ese mundo se despliega es una herramienta clave para conocer a nuestros hijos.
4.Generar el espacio
Por último, y sobre todo a medida que nuestros hijos van creciendo, es fundamental poder enfocarnos en que ellos sepan que estamos disponibles para el diálogo sin que reciban la presión de tener que contarnos todo lo que les está pasando.
Para poder generar conversaciones con nuestros hijos debemos tener presente que la base de una comunicación efectiva está en el deseo de escuchar sin juzgar pero también en el deseo de compartir la propia experiencia. De modo que abrir los espacios para generar diálogos donde la escucha es la protagonista nos asegura mejorar la comunicación con nuestros hijos.
*Florencia Casabella es psicoanalista, autora de varios libros y socia fundadora y directora de Désir Salud, centro de atención integral y capacitación en Salud Mental.
at Florencia Casabella
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