Maia Reficco es de Cáncer con ascendente en Escorpio, una combinación enigmática y magnética que refleja su creatividad, carácter y perseverancia. Estas cualidades han sido clave en su carrera, desde sus primeros pasos hasta su debut en Broadway, una historia que ejemplifica lo que significa luchar por un sueño en tierras extranjeras.
Desde siempre, Maia supo que se dedicaría al arte, una pasión que nació de su amor por la música, ambiente en el que creció. Su madre, Katie Viqueira, reconocida cantante de tango y folclore argentino. Ella fue, además, coach vocal de grandes artistas como Duki, María Becerra, Tini y Emilia, siendo su mayor inspiración. Por otro lado, su padre es académico, profesor universitario y con un posgrado en Harvard. Es por este motivo que vivió hasta los 4 años en Boston y luego se mudó a Buenos Aires.
Maia comenzó cantando en el coro del colegio, donde su amor por el arte creció aún más, pero el proyecto que cambió su vida fue Kally’s Mashup, una serie coproducida por Nickelodeon Latinoamérica. Tras ese promisorio debut fue convocada para interpretar a la joven Eva Perón en el musical Evita de Andrew Lloyd Webber en Broadway.
Cuatro meses después de ese hito, Maia se sumó al elenco del musical Casi Normales. Suma a su currículum vitea: el filme Do Revenge de Netflix, junto a Maya Hawke y Camila Mendes y su protagónico en Pretty Little Liars. Actualmente protagoniza el musical Hadestown en Broadway.
“Comprendí que lo que realmente me hacía bien no era solo el éxito profesional, sino también los afectos y la necesidad de generar un hogar en cualquier lugar”.
-Para empezar, ¿qué significó para vos debutar en Broadway nada más y nada menos que en Evita?
-Fue un honor y un privilegio. Representó no solo un logro profesional para mí, sino también una conexión profunda con mi herencia cultural. Subir al escenario entendiendo la historia y el contexto desde una perspectiva que la gran mayoría del elenco no tenía, se sintió como un abrazo. Esta experiencia no sólo consolidó mi lugar en la escena artística estadounidense, sino que también me abrió los ojos a la posibilidad de que trabajar en Estados Unidos era un sueño que podía hacer realidad.
-Contanos sobre tu experiencia actual protagonizando Hadestown…
-Reinterpretar a Eurídice fue un honor y un desafío significativo. Siento la presión de darle vida a un papel que otras actrices que admiro profundamente ya han interpretado, pero canalizo esa presión en la determinación de encontrar mi propia versión del personaje. Tengo dos opciones: dejarme paralizar por el miedo y la comparación, o esforzarme por hacer de Eurídice algo propio. Elegir la segunda me permitió disfrutar mucho más del proceso y darme cuenta de que también puedo aportar algo nuevo a esta interpretación.
-¿Cómo es la experiencia de trabajar en Estados Unidos?
-Es una experiencia que genera aislamiento y desconexión. Percibo que en este país hay una obsesión excesiva por las características que nos distinguen, resaltando las diferencias. Esto provoca que mi identidad se forme a partir de cómo los demás me perciben, lo que me hace sentir atrapada en la etiqueta que la cultura estadounidense me asigna. En consecuencia, redefinir quién soy se vuelve un proceso clave. Cuando estoy en casa, muchas veces no soy consciente de todas las costumbres y aspectos culturales que me rodean, y esa desconexión puede resultar abrumadora.
“Trabajar en Estados Unidos es una experiencia alienante y aislante. Mi identidad se conforma a partir de lo que los demás perciben de mí, y eso me hace sentir encasillada en la definición que la cultura estadounidense me impone”.
--¿Cómo ves la representación latina en la industria?
-Es compleja. Si bien ha habido avances significativos, como una mayor presencia latina, siento que aún queda mucho por hacer. La representación se ve limitada por la percepción de quienes producen los proyectos, lo que puede resultar en narrativas que no reflejan la realidad auténtica. Para mí, es crucial que, en el proceso de crear estas historias, haya voces latinas que puedan amplificar lo que realmente se experimenta. La autenticidad es fundamental; de lo contrario, las representaciones pueden volverse superficiales y desconectar al público.
-¿Qué te pasó emocionalmente tras tener éxito profesional?
-A lo largo de mi carrera, reflexioné sobre cómo la vida pasaba frente a mí, con todo lo que nutría mi corazón deslizándose como arena entre mis manos. Este fue un punto de inflexión; comprendí que lo que realmente me hacía bien no era solo el éxito profesional, sino también los afectos y la necesidad de generar un hogar en cualquier lugar. No todo ha sido fácil. Recuerdo que tras grabar un viernes, volé a Argentina por dos días para despedirme de mi abuelo, que estaba muriéndose, y el domingo ya estaba de camino a Inglaterra para otro proyecto. Esta experiencia resaltó lo difícil que es trabajar en una industria que exige tanta entrega, a menudo alejándome y drenándome emocionalmente. Las victorias pueden ser agridulces, ya que el éxito profesional a veces lleva a momentos de soledad y desconexión con lo que realmente nutre mi espíritu.
-¿Cuáles son esos "tus ni negociables" para mantener el equilibrio entre la vida personal y la carrera profesional?
-Me aseguro de tomarme vacaciones en Buenos Aires y regresar a mi hogar cada cierto tiempo para visitar a mi familia y reconectar con mis amistades, quienes son fundamentales para mi bienestar emocional. Estos momentos de conexión son esenciales para no perder de vista lo que realmente importa en la vida.
“Debutar en Broadway con Evita representó no solo un logro profesional para mí, sino también una conexión profunda con mi herencia cultural”.
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-Continuar en Hadestown hasta enero, pero luego tomaré una pausa para enfocarme completamente en mi música. Esta decisión me llena de nervios e incertidumbre. Aunque el miedo a lo desconocido es abrumador, sé que mi verdadera pasión está en la música. “Viene la Maia emprendedora”, me digo a mí misma, reconociendo que dar ese paso me aterra, pero es lo que más deseo. Me da mucho miedo, por eso tardé tanto. Sin embargo, ahora siento que he tenido el tiempo de preparación necesario y confío mucho más en mi instrumento y en mi capacidad.
FOTOS: Albert Font. PRODUCCIÓN: Inside Studios. DIRECCIÓN DE ARTE: Florencia Villa.
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