Shakira: "Soy feminista y creo que debemos progresar más rápido con la igualdad de derechos"

Shakira baila como pocas, canta y entretiene a sus millones de fans en todo el mundo. Pero, además, busca concientizar, se compromete con causas sociales y cada vez que puede utiliza su voz para decir mucho más de lo que se espera de ella. Y, como si todo esto fuera poco, la súper estrella y mamá de Sasha y Milan tiene una exitosa línea de fragancias. “Mis perfumes generalmente se condicen con mis momentos musicales. Dance Midnight explica mi conexión con la música desde mis inicios que fue a través de la danza. Antes de descubrir mi propia voz y mi capacidad de compositora, descubrí el baile, que es algo mucho más primario y menos intelectual”, apunta desde Barcelona.  

-Cuando te ofrecieron por primera vez lanzar una fragancia, ¿te pareció una locura o una idea genial?
-Me pareció un proyecto que tenía sentido para mí porque siempre fui una persona muy olfativa. Soy como un roedor, puedo oler a grandes distancias (risas). Siempre me gustaron las fragancias, pero no conseguía una con la que me sintiese identificada. Entonces cuando me dieron la oportunidad de jugar y crear mi propio perfume fue maravilloso.

-¿Cómo vivís este momento de pandemia?
-Esta es una situación de cambios sísmicos, internos y externos. Cada cual lo vivió de una forma muy personal. Adaptarse fue imprescindible para convivir con la realidad. En este proceso aprendimos a reorganizar las prioridades, a valorar a los de nuestro alrededor y extrañar a los que no tenemos cerca.

-¿Te genera miedo o angustia?
-Tengo cierto optimismo porque pienso y espero que pronto llegará la vacuna. Y ruego que la puedan tener los millones de personas que la necesitan.

-Desde que empezaste a hoy el mundo de la música cambió muchísimo, ¿cómo te llevás con la reinvención?
-La música fue el vehículo a través del cual me fui descubriendo como persona y como artista. Los tiempos cambian y mi música también, no quiero repetirme y no creo en fórmulas predeterminadas… He sido tan libre como pude. Cometí errores, fallé y aprendí de ellos y traté de ser siempre mejor, aunque no siempre lo logré (ríe).

-¿De dónde sacás esas ganas y el optimismo que te caracteriza?
-No soy tan optimista siempre. Soy una mezcla extraña de mujer positiva y negativa (ríe y piensa). Al final creo que hay una vocecita que me dice que las cosas van a salir bien. Soy muy sufridora, a veces pienso que tengo que padecer para conseguir lo qué quiero. Sin dudas, es un poco la culpa católica con la que me crié.

-¿Cómo vivís desde tu lugar lo que sucedió en el mundo entero y especialmente en Latinoamérica con los movimientos feministas?
-(Piensa). Es interesante cuando charlo sobre el tema con mi hijo mayor de 9 años, que le interesa mucho la historia. ¡En eso salió a mí! Siempre quiere saber qué sucedió en el pasado, le interesa el franquismo, la política, me consulta qué es la democracia… Cuando hablamos de todas las etapas en la historia de Occidente en que la mujer no contaba con los mismos derechos que el hombre, los ojos se le ponen como platos, no puede creerlo. Es curioso verlo desde los ojos de un niño y más que vive en el Primer Mundo. Creo que la mujer hoy tiene un lugar en la sociedad vital, pero aún hay mucho por hacer y, en especial, en varios lugares del mundo.

-¿Te definirías como feminista?
-Sí, me considero feminista, me importa mucho que las niñas disfruten de las mismas oportunidades y educación que los varones, porque la desigualdad empieza muy temprano sobretodo en algunas partes del mundo donde muchas chicas no asisten a la escuela y luego es muy difícil que superen esas desigualdades para tomar las riendas de sus vidas. Es increíble que en el año 2020 estemos todavía luchando para que una mitad de la población gocen de los mismos derechos. Tenemos que progresar mucho más rápido.

-Escribiste hace poco una nota para la revista Time sobre la crueldad de las políticas de inmigración de Estados Unidos con las que en los últimos años se separaron a más de 2500 familias en las fronteras y que llevaron a que 545 niños sigan sin poder estar junto a sus padres. ¿Por qué lo hiciste?
-Quise utilizar mi voz, me parece una situación injusta y absolutamente terrible. Es inverosímil que eso suceda hoy en este siglo y en una nación que es conocida como el país de la libertad. Me alivia saber que ahora al menos Estados Unidos se encuentra en manos de una persona más civil y compasiva, más decente y que al menos se preocupa por el cambio climático y tiene experiencia en el asunto. Tiene muchos desafíos por delante y espero que pueda cumplir con la responsabilidad que se le ha encomendado… Volviendo a los niños, siento que tienen que encontrar a sus padres y espero que con la gestión de Biden no queden olvidados.

-¿Qué otros teman te preocupan actualmente?
-El medio ambiente es una de mis grandes preocupaciones. Me he involucrado en ese tema aparte de mi labor para la educación, porque es urgente, incluso mis niños me preguntan por ello y y me doy cuenta de que esta generación será la que decide el futuro de este planeta. Por eso me sumé a una campaña con el Príncipe William de Inglaterra para buscar soluciones innovadoras a los desafíos del cambio climático de aquí al 2030 y para educar a los jóvenes de hoy porque este será uno de los retos más importantes para ellos.

 

-¿Y cuáles son hoy tus mayores desafíos?
-Ahora mismo mi mayor desafío es mantener el equilibrio entre ser madre, mi carrera y los diferentes proyectos que tengo en marcha para el próximo año y el siguiente. Este año he aprendido a parar y a tomarme las cosas de otra manera. Creo que me ha servido para dar importancia a las cosas que la tienen de verdad.

-¿Cuáles son esos planes?
-Estoy en el proceso de crear música y espero poder empezar a compartirla durante el 2021. Escribir es un proceso de catarsis para mí, y creo que será un momento bueno para expresarme luego de este largo año de reflexión.