La génesis de esta historia se encuentra en las influencias artísticas que impregnaban el hogar de los hermanos Romero (Martín a cargo de la administración, Diego liderando el marketing y la comunicación, y Noel destacándose como la mente maestra del diseño) , donde los tres niños crecieron en un ambiente que fomentaba la creatividad y la exploración sin límites a la hora de abordar el juego de la vida. Desde la pintura y las revistas hasta el rock nacional que marcó sus años de adolescencia, o la Europa en la que se formó Noel, todos estos elementos combinados formaban el caleidoscopio de posibilidades que podría dar lugar a AY Not Dead.
Sin embargo, más allá de la moda, lo que realmente los impulsó al trío de hermanos hacia la misma dirección fue el deseo de crear un espacio de liberación social y cultural que pudiera servir como una herramienta política para influir en la sociedad. Y así, el proyecto de marca era, más que una simple excusa, una ambición fogosa por tener una voz significativa en el discurso nacional.
La propuesta que enmarcaba el bautismo de la firma en el 2003 tenía mucho que ver con la irreverencia, la creatividad y la originalidad, aspectos que carecían en el contexto de la industria de la moda argentina dentro de las ofertas que se apuntaban a los veinteañeros del momento. Y así la visión primordial que pretendían era crear en AY Not Dead un auténtico parque de juegos, donde la moda pudiera fusionarse con otras esferas culturales y artísticas de manera inusual y emocionante.
Sin embargo, cuando se les cuestionó a los fundadores sobre cuál era el público objetivo que buscaron capturar, Diego Romero respondió con total franqueza: “En realidad, nunca tuvimos a nadie en mente. Todo siempre fue casi un capricho de lo que nosotros nos queríamos poner”.
AY Not Dead no respondía a un rango etario, sino a todos aquellos que pudieran conectar con su eclecticismo: donde el único común denominador era la determinación de vivir y experimentar plenamente el presente, asumiendo una responsabilidad de expresión social; siendo el único secreto de su éxito aquel que radicaba en encontrar al grupo perfecto de consumidores que se sintieran más a gusto, dentro lo que ya existía, con el universo alternativo que estaban forjando los hermanos.
Pero el plan del emprendimiento familiar no surgió de la noche a la mañana. En sus inicios, Noel comenzó a crear colecciones, algunas en colaboración con una socia y otras bajo su propio nombre. Pero cuando decidió formalizar el que sería su proyecto de vida, sus hermanos, desde sus respectivas áreas formativas, se sumaron al objetivo de crear algo más que simplemente prendas de alta calidad. Buscando establecer una compañía que se destaca por su diseño creativo minuciosamente elaborado y patrones avanzados para el mercado local; donde ninguna decisión conceptual o detalle de las colecciones era tomada al azar.
La unión entre los tres se volvió cada vez más sólida y aunque siempre habían sido unidos, la marca los hizo elegirse una vez más de por vida.
Citando a Picasso, uno de los referentes más importantes para los diseñadores de la familia, citan la frase: “Youth has no age” y de la mano con ello sostuvieron que si bien se toman muy en serio el trabajo, tratan de hacer todo desde el humor, convirtiéndolo en un ejercicio lúdico de cada día. En definitiva, ya no son aquellos veinteañeros caprichosos que querían diseñar sus propias prendas, pero algo de esa rebeldía y juventud les sale por los poros cuando hablan de la empresa como el parque de diversiones que siempre quisieron tener.
La evolución es innegable, tanto en lo personal, empresarial, y hasta en lo espiritual; pero así y todo, Noel contó entre risas agradecidas que aunque tal vez hoy no diseñaría lo mismo, a esta altura Ay Not Dead es un ente cultural más grande que todos ellos, sostenido directamente por sus usuarios, quienes la componen y la siguen haciendo marchar firme desde su discurso nacional.
at Mélanie Read
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios