Entrar al mundo de Nadine Zlogotora es como saltar a un espacio creativo fuera de tiempo. Cada prenda es un poema textil, una historia humana, una obra única. En el fondo de la boutique está su taller. Allí, en sus paredes, no hay dibujos ni esquemas de colección porque Nadine no dibuja. Se sumerge en sus telas, las mira, las toca, conversa con ellas. Las descose, las diseca y las vuelve a coser de otra manera, agregándoles magia. Deconstruye para volver a construir. Una verdadera alquimista.
Nadine es una mujer apasionada por lo que hace. Logra transformar lo cotidiano en algo inesperado y sorprendente.
-¿Cómo surgió tu inquietud por rescatar y reciclar géneros y cómo es el proceso para lograr tus llamadas telas de “otros tiempos”?
-Mis primeros pasos fueron en la construcción. Fui a un colegio industrial y soy diseñadora de indumentaria en la UBA. Soy nieta de abuelos que vivieron las guerras. El rescate, el re-uso, el uso de los recursos siempre estuvo presente. Gané en el año 94 el concurso de Alpargatas usando descartes textiles. La búsqueda de textiles nacionales de fibras naturales discontinuos fue para mí encontrar tesoros. El depósito de Alberto Alalú siempre fue mi inspiración.
-¿Tenés diseñadores a los que admiras y que te han inspirado, tanto locales como de otros países?
-Los 6 de Anvers, Rei Kawakuvo, Yamamoto y de los locales la primer bienal fue muy movilizante para los que estudiábamos diseño. De mis colegas tengo admiración, no los siento mis referentes transitamos caminos paralelos.
-¿Cómo logras conservar tu manera tan personal de expresarte sin contaminarte con los embates de un mundo materialista y superficial?
-Tengo principios de los que soy fiel desde el comienzo. En cada decisión están impresos y eso garantiza que no se contamine.
-¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?
-El paso del tiempo lo veo en lo rápido que crece mi hijo.
Lo único que me condiciona es la economía cíclica del país y no poder proyectar. Cuando tenés sueños, pasión y hacés lo que amás, solo sentís que crecés no que envejecés. No siento que influya en mi porque encaro cada día como cuando inicié.
-Tus prendas se miran, se tocan. Son como enigmas. Le das mucha importancia en los detalles?-
Siempre pensé que los interiores de mis prendas eran para quien las elegía y usaba y el exterior para quien la contemplaba. Por ello hago hincapié en los detalles, la confección y la calidad. Aunque parta de materiales de descarte, hoy lo que hago es upcycling. Es mi filosofía de vida.
-¿Cómo definís tu estilo?
-Creo que mi estilo es un post punk apocalíptico, la inmigración, la post guerra y el grunge también elementos de la infancia Mi estilo es lúdico vestirse es jugar, es crear personajes. Mis prendas son para gente con personalidad. No es ostentosa, es para gente sensible.
Siento que hago prendas para viajeros nómades. Hay una tribu imaginaria que no se la puede ubicar en alguna década ni en un lugar. Mis prendas son abollables, las arrugas y el desgaste las enriquecen. Y son para ser usadas en cualquier ocasión. Los complementos las ubican de día o en la noche. Son versátiles se adaptan a distintas ocasiones y a diferentes cuerpos intento que sean para todo aquel que las quiera vestir. Las prendas no tienen género, tiempo ni talle.
-¿Quiénes son tus clientas?
-Creo que hago prendas para un tipo de persona no para una edad determinada. Visto desde nietas hasta sus abuelas, he logrado mi primer sueño que era hacer prendas para ser heredadas. Son prendas para personas con actitud y estilo propio sin edad. Mientras estés vivo, sigas soñando, tengas pasión… todo lo podés. La edad es arbitraria. He visto abuelas con más actitud que sus hijas. Y veo nietos sin sueños, sin querer intentar, sin voluntad y sin querer esforzarse. La pasión no tiene edad. Tener valores, y tener ejemplos a seguir.
FOTOS: EVE GRYNBERG
TEXTO: @LAS_INTREPIDAS_SILVER
at Las intrépidas Silver
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