Cuando sube la temperatura, el vestido de playa se convierte en la prenda más práctica del guardarropa estival. No solo acompaña la jornada entre arena y sol, sino que también funciona como transición perfecta hacia un almuerzo, una caminata costera o un sunset drink. La clave está en elegir modelos livianos, versátiles y con materiales nobles, que se adapten al ritmo relajado del verano.
Estos son los vestidos de playa ideales para armar looks frescos, cancheros y sin complicaciones.
Vestidos de lino: frescura natural
El lino es, sin discusión, el tejido estrella del verano. Respirables, livianos y con una caída natural, los vestidos de lino funcionan tanto sobre la bikini como combinados con sandalias y accesorios simples. Los tonos neutros —blanco, arena, beige— potencian su elegancia relajada.
Cómo usarlos: sueltos, con botones o tipo camisero, arremangados y con actitud despreocupada.

Vestidos translúcidos: el aliado de la playa
Los modelos de telas livianas y semitransparentes están pensados para lucirse sobre el traje de baño. Gasa, algodón fino o viscosa aportan movimiento y un aire sensual, sin perder comodidad. Son ideales para caminar por la orilla o bajar al parador.
Tip Marie Claire: sumá anteojos XL y un sombrero de ala ancha.
Vestidos crochet y tejidos artesanales
El crochet volvió con fuerza y se convirtió en uno de los grandes protagonistas del verano. De inspiración bohemia, estos vestidos suman textura y personalidad, y funcionan tanto de día como de noche, según cómo se los combine.
Clave: elegir diseños calados, livianos y de buena confección.

Vestidos largos y fluidos: del mar al atardecer
Los vestidos maxi de telas vaporosas son ideales para quienes buscan un look más sofisticado sin resignar comodidad. Estampados suaves, colores plenos o monocromías funcionan igual de bien para la playa y para un plan improvisado al caer el sol.
Cómo elevarlos: sandalias bajas, joyería simple y piel al natural.

Vestidos cortos y relajados: básicos infalibles
Los vestidos mini, rectos o levemente evasé, son perfectos para los días más calurosos. Fáciles de poner y sacar, se adaptan a cualquier plan y ocupan poco espacio en la valija. Algodón, poplin y jersey liviano son los materiales más cómodos.
at redacción Marie Claire
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