De regreso en Argentina, Lola Ponce encontró en el vino una nueva forma de expresión. En una jornada inolvidable en Chateau d’Ancon, la cantante deslumbró con su voz, se reencontró con el público mendocino y celebró el lanzamiento de MUSA, su proyecto vitivinícola que ya conquista paladares en Europa. En esta charla íntima, Lola habla de su conexión con la tierra, la inspiración detrás del Malbec, y cómo el vino, como la música, puede tocar el alma.
¿Cómo nació la idea de lanzar tu propio vino Malbec?
Hace años venía soñando con tener un producto propio que me conectara aún más con mi tierra, Argentina, y que pudiera expandirse al mundo. La propuesta llegó de la mano de Jorge Bailey, propietario de Chateau d’Ancon. A partir de ahí, junto a Aarón —mi compañero creativo— y Adrián De Brasi como productor, nació MUSA, nuestro primer espumante. Fue un deseo que se concretó. Hoy MUSA creció y ya cuenta también con su Sauvignon Blanc y Malbec.
¿Es un proyecto personal o nace de una colaboración con una bodega?
Es un proyecto muy personal, pero acompañado por grandes referentes del Valle de Uco, en Tupungato, Mendoza. Chateau d’Ancon tiene viñedos centenarios y una experiencia enorme que fue clave para lograr este sabor tan especial.
¿Qué te atrajo del Malbec como varietal para este nuevo desafío?
El vino es cultura, arte, historia. Nos une a través del sabor, nace de nuestra tierra y es sostenible. Para mí, tiene una conexión directa con la música: una nota inicial, un nudo, un desenlace, y luego esa estela aromática que te envuelve.
Ya comenzamos a exportar MUSA a Italia, y sin dudas el Malbec será nuestro emblema. Es exquisito.
¿Cómo fue el proceso de selección y elaboración del vino?
Contamos con dos enólogos maravillosos: Juan Pablo Michelini y Emiliano Turano. Trabajan con una pasión y una conexión con la tierra que se siente en cada copa. Lograron un vino fresco, armónico, lleno de vida. Beber MUSA es, de verdad, beber amor.
¿Participaste en la cata y el desarrollo del perfil del vino?
Sí, fue una experiencia fabulosa. Estuve en contacto con las uvas, visité la bodega y formé parte del desarrollo. Además, el chef de Chateau d’Ancon, Bruno, hizo un maridaje perfecto en la cata. Quedé completamente fascinada.
¿Cómo fue presentar tu vino en Mendoza, la cuna del Malbec?
Un sueño hecho realidad. Mendoza me abrazó con una calidez enorme. Conocí gente hermosa y sentí una gran conexión. MUSA fue muy bien recibido, y eso me llena de emoción.
¿Cómo reaccionaron los mendocinos y los expertos del vino?
Todos se mostraron entusiasmados y sorprendidos por el sabor de MUSA. Ya está en camino a Italia, donde estará disponible en “El Porteño”, un restaurante que adoro y que representa muy bien a nuestra cultura. También estará pronto en Argentina, México y Estados Unidos.
Mi idea es llevar estos vinos a los eventos donde canto, como hicimos recientemente en Chateau d’Ancon, donde combinamos música, vino y hasta una exhibición de polo.
¿Qué lugar tiene el vino en tu estilo de vida?
Es parte de mi ritual cotidiano. Esa copa al final del día, la conversación, los sabores… Practicar la gratitud. El vino me inspira.
Además, como decía mi nonno Pietro (y repite mi papá): "Chi beve un bicchiere di vino al giorno, vive cent'anni di più!"
¿Pensás expandir la línea o explorar nuevas variedades?
Por ahora, el foco está en MUSA. Estamos dando los primeros pasos, pero con mucha firmeza. MUSA es más que una etiqueta, es una experiencia con diferentes capas. Lo vivimos recientemente en un evento que organizamos en Chateau d’Ancon: polo, show en vivo con orquesta, emoción y vino.
Entre la música, la actuación y ahora el vino, ¿qué otras facetas te gustaría explorar?
Hoy me siento plena e inspirada con todo esto. Puedo compartirlo en familia, viajar, crear juntos. Con Aarón estamos desarrollando un proyecto sustentable en San Miguel de Allende, México, que me tiene muy ilusionada. Ya les contaré más pronto.
¿Cuál es tu maridaje ideal con este Malbec?
El que cada uno elija, pero personalmente creo que MUSA Malbec, con sus notas suaves, es como una caricia. Acompaña muy bien y te invita a viajar.
¿Algún plato o momento especial donde lo recomendarías?
Una buena pasta, sin duda. Y el momento ideal: una cena íntima, en familia o en pareja, a la luz de las velas. Después, un postre de chocolate… y dejar que MUSA haga lo suyo.
at redacción Marie Claire
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