Verano: dos destinos de Argentina en clave sensorial

En un contexto donde todo parece correr más rápido de lo que podemos procesar, la idea de viajar también se transforma. Ya no se trata solo de visitar lugares, sino de habitarlos con presencia. Quiet Travel (viaje tranquilo), así se llama globalmente esta nueva sensibilidad que privilegia la experiencia auténtica, la inmersión en la naturaleza y la atención personalizada. En este sentido, el lujo cambia de forma: deja la ostentación de lado para volverse íntimo, introspectivo, con foco en el bienestar y la armonía. Así es la propuesta de Loi Suites Iguazú y Chapelco.

En la Patagonia profunda

Más al sur, entre cordillera y bosque, Loi Suites Chapelco despliega otra expresión de este nuevo paradigma. A solo 17 kilómetros de San Martín de los Andes y dentro del exclusivo complejo Chapelco Golf & Resort, el hotel propone una conexión directa con la montaña. El spa de altura “Namasthé” es su corazón: un refugio cálido que honra el agua y la aromaterapia como vehículos para la sanación. Con baños de vapor, jacuzzi ozonizado, circuitos de aguas puras y tratamientos estéticos, todo está pensado para invitar al cuerpo a soltar. La propuesta gastronómica combina identidad y sofisticación. En los salones Coirones y Astas, con vistas a los Andes, se sirven platos que celebran los sabores del sur: trucha, ciervo, cordero, pastas caseras y productos frescos de la región se combinan con presentaciones cuidadas y maridajes pensados. Para quienes buscan una experiencia aún más sensorial, la Cava Don Bernardo ofrece degustaciones íntimas de etiquetas seleccionadas, en un entorno que celebra el ritual del vino y la conversación sin apuros.

Aires de selva

En el corazón de la selva misionera, Loi Suites Iguazú ofrece una experiencia inmersiva, sensorial y profundamente conectada con el entorno. Las pasarelas colgantes entre los árboles que conectan las habitaciones y diferentes edificios, la vegetación exuberante y los materiales nobles construyen una atmósfera envolvente, donde cada rincón invita a bajar el ritmo y dejarse llevar por el entorno. El clima subtropical enmarca una estadía que combina spa, sabores locales (en el restaurante Naipi o en Yvaga, ambos con una vista a las piscinas única emplazadas en el medio de los árboles) y hospitalidad cinco estrellas, con un detalle que lo cambia todo: se puede caminar descalzo, sintiendo la tierra húmeda bajo los pies, mientras el sonido del monte marca el compás del descanso.

En primera persona

Para quienes desean una vivencia aún más exclusiva, la “Escapada de lujo” de Loi Suites Iguazú es una propuesta que sintetiza el espíritu de este lugar. La propuesta consiste en disfrutar dos noches en una Vila con vista al río Iguazú. Con servicio personalizado las 24 horas, caminatas guiadas por el predio del hotel, yoga en la terraza de la habitación, masajes en el spa o en el cuarto y gastronomía local en un entorno lleno de naturaleza para reconectar cuerpo, mente y paisaje. Un conserje será el encargado de todo en estos días de disfrute, desde preparar el jacuzzi, hasta pedir los transportes o encargar cualquiera de las comidas en la habitación. La Vila está alejada del complejo, lo que garantiza conexión plena con el paisaje y mucha tranquilidad. Los sonidos del agua, los pájaros y el viento son la compañía perfecta para un viaje de a dos.

A través de un camino selvático de troncos se llega a otro espacio exclusivo de Loi Suites Iguazú: el Tiki Bar solo para adultos que cuenta con barra y dos piscinas infinitas (una climatizada y otra al tiempo) y una vista privilegiada del río. Este plan incluye transfers, una picada de bienvenida, almuerzos, meriendas y cenas, bebidas sin restricciones, traslados y dos opciones de excursiones por día. Una experiencia diseñada para los que buscan realmente habitar un lugar. Tanto en la selva como en la montaña, Loi Suites invita a soltar el control, el ruido y el “hacer” constante para volver a sentir, mirar, oler, escuchar, descansar. El nuevo lujo no se ve. Se siente en la piel, en el cuerpo que se relaja, en la mente que se apaga y en la emoción que se despierta. Porque a veces, el verdadero viaje empieza cuando dejamos de correr.

at redacción Marie Claire

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